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sábado, 30 de agosto de 2025

LA “LACRA NO es VICTIMA es VICTIMARIO”: “ACTOS del BUFON NORROÑA HABLAN MAS ALTO del POLITICO que HA PERFECCIONADO el ARTE del INSULTO,la PROVOCACION y la SIMULACION”…para propio lucimiento, no como defensa de desprotegidos.


Tras cachetadon que le fue asestado en el rostro al Diputado Gerardo Fernández Noroña ,en la mismísima Camara de Diputados,el legislador ha buscado promocionarse como mártir, pero la realidad que exhibe el periodista Hector de Mauleon grita otra cosa.

Pues resulta que un mero atisbo a su expediente ,permite ver que mas que víctima, es unauténtico victimario. Sus actos hablan más alto que sus discursos incendiarios; estamos ante el político que ha perfeccionado el arte del insulto, la provocación y la simulación como trampolín para su propio lucimiento, no como defensa de los desprotegidos.

Historia de Abusos y Provocaciones

Y De Mauleon los describe: Desde hacer apología de la “desobediencia civil” saltándose el pago completo por un lujoso Volvo y orinarse en la vía pública para evadir cinco miserables pesos, hasta negarse a cubrir impuestos bajo pretextos de protesta, todo lo suyo huele a show barato. Noroña ha insultado a empresarios, tachando de “monstruoso” tener dinero en un país donde hay hambre, pero no desde la austeridad: al contrario, presume camionetas, viajes y una mansión de 12 millones en Tepoztlán que ningún asalariado pagaría ni en 150 años.

Violencia Verbal… y Física

Su repertorio de improperios es de antología: promesas de golpizas a adversarios, insultos misóginos a diputadas y periodistas –a quienes no solo descalifica, sino que pone en riesgo al ventilar supuesta información personal–, retos de macho calado en plena tribuna y hasta escándalos físicos en recintos como la Catedral Metropolitana y el mismísimo Senado, donde su gestión dejó un rastro de gritos, veto a la palabra y caos deliberado para evadir el escrutinio de sus propios excesos.

¿Víctima? Solo en su Libreto

El show siempre acaba igual: tras la violencia, se pinta como perseguido y censurado por el sistema, mientras castiga a periodistas críticos llamándolos “ruines” o a la oposición “cínica” y “cobarde”. Sin embargo, los expedientes crecen: abuso de poder, enriquecimiento inexplicado y un largo etcétera. En cada episodio bochornoso –sea un zafarrancho verbal, un veto ilegal o la compra opaca de propiedades imposibles para un servidor público–, Noroña no es símbolo de resistencia ni voz de la dignidad, sino reflejo descarnado de la degradación política que dice combatir.

La narrativa es clara: quien vive de las ofensas, no puede reclamar dignidad cuando la recibe de vuelta. Más que símbolo, Fernández Noroña es síntoma. No de la persecución, sino del abuso rampante, la trampa disfrazada de rebeldía y la impunidad celebrada como si fuera virtud. Así, el autoproclamado rebelde se exhibe más como chivo expiatorio de sí mismo, más bufón que paladín, más responsable de la crisis política que víctima de ella.

Con informacion: HECTOR DE MAULEON/YOUTUBE

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