Durante el más reciente fin de semana en Sinaloa, la violencia imparable se recrudeció con múltiples asesinatos, ataques armados y robos de vehículos que dejaron ver que “no hay quien atienda el changarro o no lo atienda bien”.
Entre los hechos destacados, se reportó el incendio de un camión tipo torton que fue utilizado para bloquear la carretera estatal hacia La Noria, a la altura de Puerta de Canoas, así como balaceras y sobrevuelo de helicópteros militares en zonas rurales, lo que generó temor entre los habitantes.
El viernes 2 de mayo se registraron tres homicidios en Sinaloa. En el municipio de Elota, tras diversos reportes de enfrentamientos entre civiles armados, una persona sin vida fue localizada sobre el camino de terracería que conduce de Potrerillos del Norote a Tanques, y otra más falleció en el hospital, tras recibir atención médica por lesiones derivadas de hechos ocurridos el 30 de abril de 2025 en el poblado de Tayoltita.
Un tráiler y un auto compacto incendiados fue el saldo material que dejó el enfrentamiento entre civiles la mañana del sábado en la zona rural de Mazatlán, entre La Noria, Siqueiros y San Marcos.
Hombres armados y a bordo de una motocicleta dispararon ayer sábado contra Manuel y Adrián, dos jóvenes hermanos que convivían afuera de su domicilio este sábado en la colonia Felipe Ángeles.
Manuel murió en el lugar, mientras Adrián fue trasladado herido a un hospital, donde más tarde perdió la vida.
Tras un ataque armado contra elementos del Ejército registrado este sábado en la sindicatura de Siqueros, en Mazatlán, el Grupo Interinstitucional confirmó dos civiles reducidos en los hechos, sin precisar si fueron abatidos, aunque en el lugar se constató que sí fallecieron.
La presencia de grupos armados y bloqueos en caminos rurales y el imbatible robo de autos a nivel de 20 diarios, sigue siendo constante, con reportes diarios al 911 y en redes sociales.
Balance de la ola de violencia (“parte de guerra”)
El balance acumulado de la ola de violencia, desatada desde el 9 de septiembre de 2024 al 2 de Mayo de 2025, por la disputa interna entre las facciones de “Los Guzmán” y “Los Zambada” del Cártel de Sinaloa, es mas que alarmante:
- 1,210 homicidios dolosos (promedio de 5.1 diarios)
- 1,376 personas privadas de la libertad (5.8 diarias)
- 4,596 vehículos robados (19.5 diarios)
- 1,024 personas detenidas (4.3 diarios, inferior a ejecuciones)
- 77 personas abatidas[4]
Impacto y percepción ciudadana
La violencia ha paralizado sectores enteros, especialmente en Culiacán y comunidades rurales camino a Mazatlán. Las balaceras, bloqueos y desapariciones han convertido la noche en territorio prohibido y la economía local se ha visto gravemente afectada. La disputa entre las facciones del cártel ha triplicado los homicidios y duplicado las desapariciones respecto a años anteriores, rompiendo la relativa “pax narca” que caracterizaba a la región.
Respuesta de las autoridades y crítica social
A pesar del despliegue de miles de elementos federales, militares y de la Guardia Nacional, la percepción general es que las autoridades han sido incapaces de contener la violencia. La sociedad y organizaciones civiles han exigido un plan extraordinario de seguridad, pero la respuesta oficial se ha limitado a reforzar la presencia militar y policiaca, sin resultados visibles en la reducción de los delitos de alto impacto.
La situación ha llevado a suspensiones intermitentes de clases, cancelación de eventos públicos y un clima de miedo e incertidumbre, mientras que la impunidad y la falta de resultados reales dejan a las autoridades en una posición muy cuestionada ante la opinión pública.
Todo ello parece resumirse en tan solo unas frases: “parece que no hubiera quien despache el changarro”, ante la magnitud de la crisis de seguridad y la ausencia de control efectivo del Estado bajo el imponente poder territorial del Cartel de Sinaloa.
“¿HAY ALGUIEN ALLÍ que ATIENDA el CHANGARRO?
Esta frase se sintetiza en la sensación dominante en la entidad: la ausencia de autoridad real frente a la continuidad de la violencia.
“¿hay alguien allí?” : Nos evoca la imagen de un espacio abandonado o, al menos, de autoridades rebasadas y ausentes. Es una pregunta retórica que interpela a quienes deberían responder por la seguridad pública, pero que no aparecen ni en los hechos ni en la comunicación.
Esto queda reflejado en la crítica social y política a la falta de presencia y respuesta efectiva de los titulares de seguridad, quienes han estado ausentes de conferencias informativas, alimentando el malestar y la percepción de vacío de poder. La ciudadanía, incluso en situaciones de emergencia, se topa con funcionarios que no pueden o no quieren actuar, como se evidenció en Choix, donde la Guardia Nacional argumentó no tener órdenes para intervenir ante balaceras prolongadas, cita INFOBAE.
“Soy un simple soldado, esas son órdenes superiores”
La segunda parte del título, “parte de guerra de fin de semana es igualito al de todos los días en Sinaloa”, subraya la normalización de la violencia: homicidios, desapariciones y robos de vehículos se mantienen con cifras alarmantes y sin variación significativa, pese a los cambios de estrategia o de funcionarios. El balance de los últimos meses confirma que la violencia no cede y que las autoridades, lejos de recuperar el control, parecen resignadas a administrar la crisis y minimizar su impacto mediático con cifras de detenidos y decomisos de impacto que “no impactan”.
En suma, nuestra intención con este título directo, irónico y críticos reflejar con precisión el hartazgo social y la percepción de que, en Sinaloa, la autoridad está ausente o actúa como si el “changarro” estuviera solo, mientras la violencia se mantiene como rutina diaria.
Con informacion: NORESTE/
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