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viernes, 23 de mayo de 2025

“OIGAN al VIRREY TRASNOCHADO”: “NORROÑA le dijo a los CHINOS que NO QUIERE CAMBIAR un IMPERIO por OTRO IMPERIO pero el ACTUA como EMPERADOR”…buenos pa’enredarse con la lengua.


El presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, recibió hoy a una delegación de funcionarios de la República Popular de China, pero aunque inecesario,no perdio la oportunidad para exhibirse tal cual es, pues les hizo la aclaración inecesaria de que Mexico “no quisiera cambiar un imperio por otro imperio”.

“Nos visitan en un momento muy delicado de la relación de México con Estados Unidos, de la cual ustedes también batallan con ella”.

Pero Fernández “Norroña”, este adalid de la retórica grandilocuente y la congruencia selectiva, vuelve a demostrar que el poder, en manos de quienes se proclaman paladines de la soberanía, puede convertirse en un instrumento de soberbia y despotismo.No es exagerado llamarlo tribuno de la doble moral, pues mientras sermonea a las potencias extranjeras sobre los peligros del imperialismo, en casa se comporta como un autócrata de opereta, incapaz de tolerar la más mínima disidencia sin recurrir al escarnio público y la humillación institucional. 

Su investidura, que debería ser ejemplo de civilidad y respeto democrático, se transforma en un manto de impunidad y altanería. En suma, Norroña encarna esa figura tristemente célebre del político que, bajo la máscara de la defensa nacional, esconde un talante autoritario, intolerante y profundamente narcisista, más propio de un virrey trasnochado que de un servidor público en una república moderna.Sources

Este discurso de norroña busca proyectar una imagen de defensa de la soberanía nacional y rechazo al unilateralismo.

Sin embargo, la congruencia de este “Norroña” entre el discurso y la práctica política ha sido cuestionada recientemente por su comportamiento ante la ciudadanía. 

El episodio más notorio ocurrió tras un altercado en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, donde el senador fue confrontado por el ciudadano Carlos Velázquez de León Obregón. Aunque el ciudadano ofreció una disculpa por escrito, “Norroña” consideró insuficiente el gesto y exigió una disculpa pública y formal, la cual se realizó en el Senado ante medios y autoridades.

La contradicción es evidente: quien se presenta como defensor de la soberanía ante las potencias extranjeras, termina ejerciendo un poder casi imperial sobre un ciudadano común. 

Noroña, que rechaza “cambiar un imperio por otro”, reproduce en lo cotidiano prácticas autoritarias que recuerdan precisamente a la lógica imperial: exigir sumisión pública, exhibir al disidente y utilizar la investidura para dirimir agravios personales.

Para poner en el justo lugar de la historia este legislador, implica recordarle que la verdadera defensa de la soberanía nacional comienza por respetar los derechos y la dignidad de los ciudadanos, incluso —y sobre todo— cuando estos lo increpan o critican. La investidura no es un escudo para la humillación pública ni un instrumento para exigir reverencias; es una responsabilidad democrática que debe ejercerse con mesura y humildad.

En suma, mientras Noroña afirma que México no debe cambiar un imperio por otro, en los hechos recientes ha actuado como un pequeño emperador en su trato con la ciudadanía, mostrando que el autoritarismo no solo se ejerce desde fuera, sino que puede reproducirse en el ámbito interno si no se ejerce el poder con auténtica vocación republicana.

Con informacion: ELNORTE

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