El cartón titulado “Ayer ganado, hoy perdido” del caricaturista Paco Calderón, en El Norte, es una crítica feroz y multifacética al manejo gubernamental del sector ganadero y, por extensión, a la política pública bajo el actual régimen mexicano.
Calderón, fiel a su estilo, utiliza la sátira visual y textual para desnudar lo que considera ineptitud, corrupción y consecuencias no previstas de decisiones populistas.
Análisis visual y simbólico
- Animales grotescos y personajes caricaturizados: El ganado aparece deforme, enfermo y rodeado de moscas, simbolizando el deterioro del sector y la falta de controles sanitarios. El policía y la mosca gigante representan la vigilancia ineficaz y la corrupción.
- Dinero volando y ovejas: El dinero que se dispersa alude al desvío de recursos públicos y a la compra de votos, mientras que las ovejas sugieren a la ciudadanía pasiva o manipulada por poco dinero publico y que por cierto es del publico.
- Iconografía política: La bandera de Morena y la referencia a Cuba, con la hoz y el martillo, sugieren una crítica a la influencia de modelos autoritarios y a la retórica nacionalista del gobierno.
Contextualización política y económica
El cartón se inserta en el contexto de la crisis actual del sector ganadero mexicano, agravada por la amenaza de Estados Unidos de vetar la carne mexicana por problemas sanitarios, como la presencia del gusano barrenador.
Calderón señala que la eliminación de controles y la liberalización del mercado, justificadas con el pretexto de abaratar precios, en realidad sirvieron para desviar recursos hacia proyectos presidenciales y la compra masiva de votos, sin lograr el objetivo prometido: los precios de la carne nunca bajaron y las finanzas del pais,estan hechas un desastre silenciado.
A tres años de estas decisiones, las consecuencias son palpables: obras públicas costosas poco efectivas que siguen engullendo efectivo, un sector ganadero devastado y la pérdida de acceso al mercado estadounidense, lo que impacta directamente en la economía rural y nacional. La respuesta oficial, según Calderón, es forzar el consumo de productos nacionales hasta agotar existencias, apelando al patriotismo, lo que ridiculiza como una medida desesperada y poco efectiva.
Crítica brutal y mensaje de fondo
Calderón no solo denuncia la ineptitud técnica y la mediocridad del gobierno, sino que los acusa directamente de actuar con dolo: utilizar el presupuesto público para fines electorales y personales, disfrazando el clientelismo de política social. La alusión al “asesoramiento cubano” ironiza sobre la influencia de modelos autoritarios y la falta de autocrítica en la 4T, sugiriendo que el nacionalismo forzado y la propaganda sustituyen a las soluciones reales.
No es momento de remilgos gastronómicos, ¡la patria es primero!
Esta frase, puesta en boca de un personaje que se resigna a consumir carne nacional de dudosa calidad, encapsula la sátira de Calderón: el sacrificio ciudadano justificado por un falso patriotismo, mientras la élite política sigue beneficiándose.
Argumentación y relevancia
El cartón cumple con las características del género de opinión: crítica devastadora, humor negro y concreción semántica. Calderón, como él mismo ha declarado, lanza “torpedos” gráficos que buscan provocar reacción y debate, sin piedad pero sin odio personal. Su blanco es la ineptitud y el cinismo de quienes gobiernan, no su origen ni su apariencia.
En el contexto actual, donde el presupuesto público se sigue orientando a programas clientelares y grandes obras en detrimento de servicios esenciales y controles efectivos mientras las balas siguen surcando en las calles, la sátira de Calderón es un recordatorio incómodo de las consecuencias de gobernar con base en caprichos y propaganda, y no en evidencia ni planeación.
Conclusión
Este cartón es una crítica demoledora a la gestión de la 4T en materia agropecuaria y presupuestal, acusando al gobierno de sacrificar el bienestar colectivo y la sanidad pública en aras de intereses políticos y electorales. Calderón utiliza la exageración y el humor ácido para desnudar la brutalidad de las malas decisiones de brutos, y la falta de autocrítica, invitando al lector a cuestionar la narrativa oficial y a exigir rendición de cuentas.
Con informacion: PACO CALDERON/ELNORTE/
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