El periodista Marco Esquivel,nos quiso dejar en claro,aunque con un mensaje cifrado ,a quien o quienes se refiere cuando habla de la diferencia entre gobiernos “ratas y gobiernos memorables” publicando en su portal tres fotos de dos “morenos y una morena”, Monica Villarreal de Tampico,Armando Martinez de Altamira y el “huachicolero” de Ciudad Madero,Erasmo Gonzalez,de los cuales juntos no hace uno digno de encomiar.
El artículo de Marco Esquivel en Hoy Tamaulipas utiliza un lenguaje crítico y metafórico para exponer dos ejes centrales: la importancia de la comunicación política y la construcción de legado frente a la corrupción. A través de un tono irónico y contundente, desmenuza los errores estratégicos de ciertos gobiernos, especialmente aquellos vinculados a Morena, sin nombrarlos explícitamente, pero dejándonos ver a quienes se refiere.Estas son las claves de su mensaje:
1. Crítica a la gestión y la corrupción
Esquivel señala que muchos gobiernos son recordados no por sus logros, sino por promesas incumplidas, escándalos y desfalcos. La referencia a “gobiernos ratas” apunta directamente a casos de corrupción y mala administración, donde el enfoque se centra en el enriquecimiento personal o grupal en lugar del bien común.
“La historia es implacable: recuerda a los grandes y se ensaña con los mediocres”.
Esta frase resume su advertencia: sin ética y transparencia, el legado se reduce a una burla pública.
2. El voto corporativo y la dependencia del dinero
El texto alude al control electoral de Morena a través de estructuras clientelares (“voto corporativo”) y recursos económicos. Esquivel critica la idea de que el dinero garantice victorias electorales, advirtiendo que esta táctica genera desconfianza ciudadana y olvida que el poder debe legitimarse con resultados tangibles, no solo con campañas.
3. La comunicación como herramienta olvidada
El núcleo del mensaje es un problema del area de comunicación social y lo radica aquí:
- Falta de profesionalismo: Contratar a personas sin experiencia (“el primo del compadre”) en lugar de expertos en comunicación.
- Estrategias obsoletas: Usar métodos anticuados como boletines formales o mensajes sin creatividad, ignorando la diversidad de audiencias.
- Improvisación vs. legado: Gobiernos que no construyen una narrativa coherente pierden la oportunidad de ser recordados positivamente, aun si realizan obras.
Esquivel enfatiza que gobernar exige construir una historia pública, no solo administrar recursos. Ejemplifica esto con la dicotomía final: calles y hospitales con nombre de gobernantes versus “fotos en mantas de ‘se busca’”.
4. Advertencia a la clase política
El artículo funciona como un llamado de atención a los gobernantes en activo, particularmente a quienes priorizan el cortoplacismo electoral sobre la comunicación estratégica. La pregunta final —“¿Y tú, gobernador, en qué lista quieres estar?”— es una clara alusión a Americo Villarreal,pero no se debe de perder de vista, que todo esto pasa en favor de los ciudadanos, pues la verdad recurrentemente prostituida, surge en los contextos de los “desarreglos en los convenios de publicidad con el gobierno”,que usa millonarios recursos del contribuyente,paradogicamente para engañarlo”
Aqui podriamos aplicar una analogía de la Tercera Ley de Newton o Principio de Acción y Reacción, que establece:
“A toda acción le corresponde una reacción igual en magnitud y opuesta en dirección”.
Que dice que dijo y como lo dijo el periodista inquieto:
“…Cuando un gobierno termina, la ciudadanía suele recordarlo como una colección de promesas rotas, escándalos y desfalcos. No importa cuánto hayan hecho, si no supieron comunicarlo, de gobernantes rateros y sinvergüenzas no los bajan. ¿Por qué? Porque muchos cuidan el arranque, pero pocos se preocupan por la salida. Y sin una salida digna, la historia los tritura sin piedad.
Es un secreto a voces que, hoy por hoy, el voto corporativo está en manos de Morena. Todos saben que con dinero se ganan elecciones, lo que lleva a muchos a desestimar la comunicación efectiva. Si la estructura electoral ya está aceitada, ¿para qué invertir en narrativa? Craso error. Porque gobernar no es solo administrar, sino construir una historia que los ciudadanos quieran contar y recordar.
El problema no es que no hagan cosas, sino que no saben cómo contarlas. Muchos creen que la política es solo territorio, pero se olvidan de que sin una estrategia de comunicación bien diseñada, su trabajo se diluye en el olvido. La improvisación mata el legado. ¿Qué tan difícil es contratar profesionales de la comunicación en vez de confiar en el primo del compadre que “le sabe a las redes”?
Sigue habiendo quienes insisten en que la prensa “ya no sirve”, pero curiosamente hacen comunicación como si estuviéramos en los noventa. Rezan por likes, pero siguen comunicando con boletines aburridos y mensajes sin alma. Ignoran que hay muchos segmentos de la población que requieren estrategias distintas y que la comunicación política no es solo viralidad, sino impacto.
En política hay dos caminos: o dejas un gobierno memorable o te resignas a ser un chiste malo en las sobremesas del futuro. Quienes entienden la importancia de la narrativa terminan con calles, hospitales y proyectos que llevan su nombre. Los que la ignoran, con su foto en mantas de “se busca”. La historia es implacable: recuerda a los grandes y se ensaña con los mediocres. ¿Y tú, gobernador, en qué lista quieres estar?
Con información de: MARCO ESQUIVEL/HOYTAMAULIPAS/
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