En un inquietante reflejo de la influencia del crimen organizado en la vida cotidiana de algunas comunidades mexicanas, residentes de Huajúmbaro, Michoacán, fueron captados interactuando con miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) durante las celebraciones del Sábado de Gloria celebrado el dia de ayer.
Este incidente, que ha generado amplia difusión en redes sociales, ocurre apenas días después de que el gobernador michoacano firmara un decreto “hipocrita” para prohibir la apología del delito en eventos públicos, evidenciando la compleja relación entre algunas comunidades y los grupos criminales que operan en sus territorios.
El Desfile Narco en Pleno Sábado de Gloria
Los hechos ocurrieron en la localidad de Huajúmbaro, perteneciente al municipio de Hidalgo, ubicada aproximadamente a 70 kilómetros de Morelia, la capital de Michoacán.
Videos difundidos por redes sociales muestran a hombres armados, con rostros cubiertos y portando chalecos tácticos con las siglas “CJNG”, desfilando a bordo de camionetas por la carretera que conecta Huajúmbaro con Bocaneo.
Durante su recorrido, estos presuntos integrantes del cártel fueron recibidos con muestras de apoyo por parte de los habitantes locales, quienes les arrojaban agua —siguiendo la tradición del Sábado de Gloria— y les ofrecían botellas de alcohol. “¡Eh, eh, eh!”, gritaban entusiasmados los jóvenes a los encapuchados mientras compartían bebidas alcohólicas con ellos. Este intercambio ocurría en un ambiente festivo, con música en vivo proporcionada por la “Banda Orgullo Tarasco”, que incluso publicó un video del evento en sus redes sociales.
El Contexto de la Celebración Religiosa
El Sábado de Gloria forma parte de la Semana Santa y precede a la conmemoración de la resurrección de Jesucristo. En muchas comunidades mexicanas, este día se celebra tradicionalmente arrojando agua a las personas, una práctica que simboliza la purificación de los fieles.
Lo peculiar en este caso fue la incorporación de los presuntos sicarios a esta ceremonia religiosa, difuminando las líneas entre tradición cultural y apología del delito.
El Decreto Contra la Apología del Delito: Una Medida Reciente
La escena del CJNG participando en las festividades religiosas ocurre en un contexto particularmente significativo: apenas tres días antes, el 16 de abril de 2025, el gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, firmó un decreto administrativo que prohíbe espectáculos que promuevan la apología del delito, una iniciativa que en Tamaulipas fue reciente congelada.
Este decreto, publicado en el Periódico Oficial del Estado, establece que “no se podrán otorgar permisos para la interpretación y reproducción de música que promueva la apología del delito en eventos públicos en la entidad”. La medida está dirigida especialmente contra géneros musicales como “corridos tumbados, narcocorridos, corridos progresivos, corridos bélicos y corridos alterados u otros que hagan alusión o promoción de grupos delictivos o personas vinculadas a los mismos”.
Las sanciones para quienes incumplan este decreto incluyen multas de hasta 700 veces el valor de la Unidad de Medida y Actualización, suspensión temporal o definitiva del evento, clausura del lugar y revocación de licencias. Según declaró el gobernador, esta acción está alineada con la estrategia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo para “fomentar una conciencia social y dejar de consumir contenidos que hagan apología de la violencia”.
El Caso de “Los Farmerz”
Un reflejo inmediato de la aplicación de este decreto fue la suspensión del concierto que el grupo musical “Los Farmerz” tenía programado para el 19 de abril de 2025 en Ciudad Hidalgo. Esta agrupación, conocida por interpretar canciones sobre Nemesio Oseguera ‘El Mencho’, líder del CJNG, y Ricardo Ruiz, “Doble R”, otro de los capos de esta organización criminal, emitió un comunicado junto con la empresa organizadora ‘Rancho Humilde Events’ anunciando que pospondrían el evento “hasta nuevo aviso”.
El Ayuntamiento de Hidalgo, gobernado por la alcaldesa Jeovana Alcántar Baca (PRI-PAN-PRD), había ya declarado su deslinde del evento, aclarando que “no tiene registro para la realización de dicho baile” y citando el reciente decreto contra la apología del delito. Sin embargo, resulta paradójico que mientras se prohibía un concierto por sus posibles vínculos con el narco, la presencia física de presuntos miembros armados del CJNG en plena vía pública no encontrara oposición oficial.
La Normalización de la Presencia Criminal: Un Fenómeno Social Complejo
El incidente de Huajúmbaro refleja un fenómeno preocupante: la normalización y hasta celebración de la presencia de grupos criminales en ciertas comunidades mexicanas. Este caso no es aislado. En enero de 2024, integrantes del Cártel de Sinaloa (CDS) fueron aplaudidos al transitar por la zona sierra de Chiapas.
Factores que Contribuyen a la Glorificación
Varios factores pueden explicar esta normalización:
- Vacío de autoridad estatal: La ausencia de instituciones gubernamentales efectivas en ciertas regiones permite que los cárteles ejerzan control territorial sin oposición, como se evidencia en la falta de intervención policial durante el desfile del CJNG.
- Dependencia económica: En algunas comunidades, los grupos criminales se convierten en proveedores de recursos económicos y “protección”, creando relaciones de dependencia con la población local.
- Influencia cultural: La proliferación de narcocorridos y otras expresiones culturales que idealizan la vida del narcotraficante contribuyen a crear una imagen romantizada de estos personajes[8].
- Normalización de la violencia: La exposición constante a la violencia relacionada con el narcotráfico puede llevar a su aceptación como parte de la vida cotidiana.
La Contradicción Entre Discurso y Realidad
El contraste entre las medidas oficiales contra la apología del delito y la realidad en comunidades como Huajúmbaro revela una profunda contradicción en la política de seguridad. Mientras el gobierno estatal prohíbe narcocorridos, los propios grupos criminales desfilan armados por las calles sin que autoridad alguna intervenga.
Este fenómeno plantea importantes cuestionamientos sobre la efectividad real de los decretos y leyes cuando no existe la capacidad o voluntad para aplicarlos en el territorio. La prohibición de expresiones culturales relacionadas con el narcotráfico, como los narcocorridos, puede tener un limitado impacto si no se aborda simultáneamente el control territorial que ejercen los grupos criminales.
Conclusión: Más Allá de los Decretos
El incidente de Huajúmbaro ejemplifica las complejidades del fenómeno del narcotráfico en México y los desafíos para combatirlo. Si bien los esfuerzos legislativos como el decreto contra la apología del delito representan un paso en la dirección correcta, resultan insuficientes cuando no van acompañados de estrategias integrales.
La glorificación del narcotráfico en comunidades como Huajúmbaro no es simplemente un asunto cultural, sino el síntoma de problemas estructurales más profundos relacionados con la gobernabilidad, la desigualdad y la seguridad. Abordar estos desafíos requiere un enfoque multidimensional que vaya más allá de prohibiciones y decretos, atacando las raíces sociales, económicas y políticas que permiten la normalización del crimen organizado en la vida cotidiana mexicana.
Con informacion: ELNORTE/