El senador ex-panista neomorenista Miguel Ángel Yunes Márquez llamó “cobardón” al panista Mario Humberto Vázquez por haberle cuestionado con un “las dio” tras su paso a la bancada mayoritaria, lo que provocó un zafarrancho en el Pleno la semana pasada.
“Valiente para ofender, cobarde para responder. Así resultó el senador Mario Vázquez”, acusó Yunes en un escrito que un asistente dejó en la sala de prensa del Senado.
“El mismo cobarde que subió a la tribuna a ofenderme estando yo ausente, ahora amenaza con denunciarme penalmente por temor a lo que él llama ‘un posible daño en el futuro’. Dice que ‘a veces es muy bronco’, pero su respuesta indica lo contrario. Es un cobardón que no tiene el valor de sostener sus ofensas y se escuda en senadoras y senadores para que lo protejan y lo apoyen en su denuncia”, machacó.
Yunes aclaró en la hoja distribuida que él no es bronco: “nada más es varón (y) bien educado, formado en el respeto a los demás, en la no agresión, pero también en la respuesta debida frente al agravio. Al ‘llorón de Chihuahua’ le pedí que me ofreciera una disculpa por las ofensas y en lugar de hacerlo quiso burlarse. Ni a él ni a nadie se lo permito. El que agrede debe asumir las consecuencias de la agresión”.
El senador Vázquez Robles dijo al respecto en un comunicado, que ya había presentado la denuncia ante la Fiscalía General de la República, “para que quede por ahí una evidencia por lo que pudiera ocurrir en el futuro inmediato”.
“Hoy interpuse la denuncia ante la FGR en contra de Miguel Ángel Yunes Márquez, por el probable delito de amenazas, luego de los hechos ocurridos el pasado 5 de diciembre en el Senado de la República y que son de conocimiento público”, posteó.
“No me van a callar, ni intimidar. Tengo compromiso con las y los ciudadanos de seguir defendiendo la república, las libertades y la democracia”.
Como buenos arguenderos
El enfrentamiento entre este para de arguenderos,profugos del “lavadero” que inició con un comentario en tribuna y escaló hasta empujones en el Senado, refleja la teatralidad y el dramatismo que a menudo caracterizan la política mexicana.
El episodio no solo incluyo insultos verbales, sino también momentos dignos de una comedia: empujones en el pleno, gritos de “¡váyanse de aquí!” por parte de otros legisladores como Lilly Téllez, y la intervención del senador Gerardo Fernández Noroña pidiendo cordura con un tono que recordaba las discusiones acaloradas en un barrio popular. Todo esto ocurrió mientras Manuel Velasco del Partido Verde intentaba evitar que los ánimos se desbordaran aún más, abrazando a los involucrados como si fuera un árbitro en medio de una riña.
Este espectáculo es propio de una caricatura, donde los senadores se enfrentan como luchadores en un ring; un sketch humorístico donde las palabras “cobardón” y “llorón” se convierten en eslóganes políticos; o incluso una parodia musical sobre la fragilidad del ego político.
En esencia, este pleito no solo pone en evidencia las tensiones entre partidos, sino también el uso del Senado como escenario para pugnas personales, con el tono arguendero propio de Morena y toda clase de partidos sin clase.
Con informacion: ELNORTE/
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