El gobierno de Tamaulipas invierte poco en obra pública en Tamaulipas, pues el año pasado usó apenas el 5 por ciento de su presupuesto para inversión y obra pública, de acuerdo con datos oficiales.
el ray gomez recoge las maletas del soborno:
Menos del 10 por ciento del presupuesto estatal se destinó a Inversión en Obra Pública en Tamaulipas en 2020, y de esa cantidad quedaron sin ejercerse 2 mil 166 millones de pesos.
Mientras el presupuesto estatal modificado total fue de 67 mil millones de pesos, el presupuesto modificado para inversión pública fue de 5 mil 608 millones de pesos, pero sólo se devengaron 3 mil 442 millones. Esto dejó un subejercicio de 2 mil 166 millones de pesos que no se usaron en el periodo autorizado, del 1 de enero al 31 de diciembre de 2020.
Organizaciones como la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción han pedido a los gobiernos que se utilicen los recursos para obra pública y se reduzcan los subejercicios en los gobiernos locales.
APRUEBAN MENOS VIGILANCIA
A pesar de que la mala calidad de los servicios y la obra pública es una de las quejas del Inegi, el Congreso de Tamaulipas decidió eliminar uno de los candados conocido como el director responsable de obra, porque según el dictamen es muy costoso e innecesario.
Cada obra debería tener un director responsable, que incluía en sus funciones “la responsiva de la licencia en una construcción, verificación de calidad de la obra, visto bueno de operación y seguridad de un inmueble, entre otras”. Sin embargo, el Congreso de Tamaulipas, con mayoría del PAN, votó para eliminar esta figura, que debería vigilar la calidad de las obras.
“Se considera que los directores responsables de obra y corresponsables son innecesarios y representan un costo excesivo ante la obra pública”, señaló el dictamen aprobado la noche del miércoles. “Se observa que en el estudio dentro de la respectiva normatividad, con la figura del director responsable de obra no se cumple con lo planteado y no materializa el término “calidad” como adjetivo”, añadieron.
La revisión de las obras la hará un funcionario, con el cargo de residente de obra, “el cual es la persona servidora pública que designan las dependencias, entidades y Ayuntamientos, y quien funge como su representante ante el contratista, así como responsable directo de la supervisión, vigilancia, control y revisión de los trabajos a ejecutar de la obra pública”.
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