Paquita La del Barrio ya está en la boleta electoral del 2021. Será candidata a diputada local de Movimiento Ciudadano en Veracruz.
Aparecerá en campaña con su nombre de pila -Francisca Viveros Barradas- y buscará ser la legisladora por el municipio de Misantla.
“…no sé a qué vengo aquí, yo solo sé que hay personas que hay atrás de mí, que me van a enseñar cómo manejar este asunto”.
No esconde su inocencia política. Después de todo, los méritos de campaña de Paquita La del Barrio no son otros que la enorme popularidad que adquirió cuando se dedicó a vengar -a nombre de todas las mujeres violentadas- el maltrato que recibió de su pareja.
Y lo hizo con canciones en las que degrada a los hombres hasta convertirlos en animales rastreros, escorias de la vida y culebras ponzoñosas. Toda una sembradora de los odios y desprecios que buscaba desterrar.
Sin actividad pública ni política previa, la dueña del grito femenino de guerra que dice ¡¿Me estás oyendo, inútil?!, es la última adquisición de los partidos que buscan sin escrúpulos el voto de los electores, recargándose solo en los reflectores.
Conductores de televisión, guapas y esculturales jóvenes que dan el estado del tiempo en pantalla, anti-héroes de los reality shows o ex parejas de estrellas del espectáculo.
La degradación política de México continúa su ruta decadente, en la que no importan la preparación o la capacidad para legislar o para gobernar. Lo mismo un municipio que todo un Estado. Las hormonas pesan más que las neuronas.
Por supuesto que no juzgamos por el empaque. Sin duda, algunos de esos populares candidatos exprés son ciudadanos con buenas intenciones.
Pero su fichaje político busca servir a los intereses de los partidos que requieren de votos a cualquier precio. Primero, para conservar su registro, y luego, para cobrar los jugosos presupuestos electorales.
Y ante un electorado poco educado, sin capacidad de juicio -muy lejos del “pueblo sabio” al que invoca en sus mañaneras el presidente López Obrador- el camino fácil para acumular votos se pavimenta con harto dinero o con la popularidad que dan el espectáculo y los reflectores.
Tomen el ejemplo de Baja California, en donde un personaje tan impresentable como Jorge Hank Rhon -quien ya perdió dos elecciones para gobernador- anuncia que la tercera será la vencida.
Con cuestionables negocios de juegos, apuestas y hasta un hipódromo, señalado por la justicia norteamericana por sus presuntas relaciones con el crimen organizado, acusado incluso de apadrinar la muerte de periodistas incómodos, ni el PRI ni el PAN pudieron cruzar la frontera de la decencia que les permitiera postularlo. Habría sido suicida.
Pero el hijo del profesor Carlos Hank González, el mitológico fundador del Grupo Atlacomulco, encontró en el revivido Partido Encuentro Social -el famoso PES- la posibilidad para su tercera postulación. Sin duda, su abultada cartera fue muy convincente.
La reacción del PRI, el PAN y el PRD frente a la amenaza del presupuesto sin límites de Hank Rhon es la de ofrecerle la candidatura de esa alianza a Lupita Jones, la ex Miss Universo. Lo está pensando.
En Nuevo León, el ex Big Brother, ex futbolista y conductor de televisión Arturo Carmona, ex esposo de la cantante Alicia Villarreal, será candidato a diputado federal por el PRI. Y tendrá que salir a cabalgar muy duro en busca del voto, para evitar que le quede grande la yegua.
Otro Big Brother, Patricio “El Pato” Zambrano, irá también en la boleta por el PRI buscando una diputación local, luego de que perdiera dos intentos de ser alcalde de Monterrey. Una con el PT y otra con el Partido Verde. Muy versátil el también conductor de televisión.
Lo mismo sucederá con Flor Veliz, una conductora, modelo e influencer regiomontana, más conocida por despertar la hormona de los caballeros en Instagram, que en poner a funcionar la neurona en causas políticas. Será otro de “los rostros” tricolores.
Y esas son solo algunas de las “luminarias” que aparecen en las primeras listas para renovar el Congreso, alcaldías y gubernaturas el próximo 6 de junio.
Pero no se le pueden pedir peras al olmo. Después de ver cómo un primitivo deportista, de muy limitado alcance como Cuauhtémoc Blanco se hizo de la gubernatura de Morelos, cualquiera se siente con la vocación de anotar goles con cargo al Erario.
Por eso, cuando Movimiento Ciudadano presentó el lunes a Paquita La del Barrio como su candidata a diputada local en Veracruz, nadie se dijo ni sorprendido ni extrañado.
Sin duda, uno de sus lemas de campaña será la de ir por las ratas de dos patas y por las malditas sabandijas, que saquean el presupuesto nacional. Suerte, Paquita.
Desde los días de Vicente Fox en que prometió -sin éxito- acabar con las tepocatas, las víboras prietas y las alimañas, que la política mexicana no volvía a tomar esas alturas.
¡¿Me estás oyendo, inútil?!
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