Manchado por la corrupción y con una desbandada de relevantes militantes, está “en la inanición”, señala el politólogo Fernández Santillán, y va más allá: “Está jugando un papel humillante de partido satélite como nunca en su historia lo había sido…”. El senador priista Jorge Carlos Ramírez reconoce que “éste ha sido un año difícil” y para su actual dirigente nacional, Alejandro Moreno Cárdenas, la estrategia del partido “no será tomar tribunas ni ser radical, sino reencontrarse y ser cercanos a la gente”.
Con la sombra de corrupción que lo ha perseguido por años, desbandadas, y en medio de luchas internas luego de que perdieron la elección presidencial del 2018, el PRI no ha logrado sacudirse esa derrota que derivó en un año complicado, de reacomodos y renuncias, que lo llevaron incluso a desaparecer como oposición por lo menos en este 2019, donde algunos analistas lo calificaron como “partido satélite” o colaboracionista con el gobierno federal que encabeza Morena.
Priistas históricos, como el senador Jorge Carlos Ramírez, reconocen que ha sido un año difícil luego de perder el gobierno federal, donde incluso el PRI “ha pecado de institucionalidad” y considera que hay muchas cosas que evaluar después de este año que significa una barrera sicológica y cronológica natural para el partido que está dejando el gobierno.
“En general el PRI debe de tener una estrategia, este año ha sido administrar esta salida del gobierno, no digo que ha sido excelente, a lo mejor hemos podido hacer más, seguramente, pero insisto en que confío en los priistas que están en la dirigencia”, asevera.
Para analistas y politólogos como José Fernández Santillán, el PRI se encuentra “desorientado” luego de perder el gobierno federal, y no cuenta con una estrategia para enfrentar a Morena en las elecciones ni al gobierno federal como oposición.
Aún más, el doctor en ciencia política sostiene que el PRI ha pasado de ser un partido hegemónico durante más de 70 años, a una oposición en el 2000, luego de perder la Presidencia por primera vez, a convertirse en un partido satélite del gobierno federal en la actualidad.
“Está jugando un papel humillante de partido satélite como nunca en su historia lo había sido…”, sostiene.
SI NO LES GUSTA…LO SIENTO. Pero el dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, revira que no es el papel del PRI ser un partido radical, que tome tribunas como oposición y asegura que su estrategia es recuperar la confianza de los priistas para ganar elecciones venideras.
“Es que me dicen que el PRI no habla y no dice, es que eso no es nuestra agenda política ni nuestro objetivo, nuestro objetivo es reencontrarnos con los ciudadanos, reagrupar a los priistas, ganarnos su confianza y ganar las elecciones. Si a unos no les gusta cómo es la estrategia del PRI, lo siento mucho; si les gusta otra estrategia, adelante”, sostiene.
Incluso recurre a una analogía futbolera para defender su estrategia que no a todos convence al interior y exterior del tricolor.
“Todo mundo critica al Tuca (Ricardo Ferreti ) porque no les gusta cómo juega, pero es el que gana campeonatos y aquí lo que necesitamos nosotros es ganar, no que le pase, como a la selección, ‘jugaron como nunca y perdieron como siempre’, nosotros vamos a hacer una estrategia que es la que estamos haciendo para recuperar la cercanía, primero agruparnos al interior del PRI, ganarnos la confianza de los ciudadanos y volver a ganar las elecciones, eso es lo que queremos, para eso trabajamos”, afirma.
Si a algunos partidos políticos les gusta estar más en los medios de comunicación —agrega— eso lo respetamos, nosotros estamos en la tierra, en estados donde no gobierna el PRI y ahí está la fuerza de la gente.
RENUNCIAS. Desde antes de las elecciones del 2018, el PRI sufrió una lluvia de renuncias en los estados para sumarse a las filas de Morena en busca de cargos o candidaturas. El 2019 no fue la excepción y la elección interna para renovar la dirigencia nacional del PRI fue el escenario para otras renuncias de priistas connotados que dejaron las filas tricolores con fuertes señalamientos de trampas, fraude y simulación al proceso interno.
Primero lo hizo el exsecretario de Salud y exrector de la UNAM, José Narro, quien acusó simulación de ese proceso; semanas más tarde, luego de esa elección interna, fue la exgobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega, quien renunció a su militancia priista.
Pero las dimisiones de importante dirigentes priistas siguieron en este año: el líder de los burócratas del país, agrupados en la Federación de Sindicatos de Trabajadores al Servicio del Estado (FSTSE), Joel Ayala, también renunció para buscar la creación de una nueva organización política.
Otro importante dirigente sindical del PRI, como Carlos Romero Deschamps, no renunció al PRI pero sí al sindicato petrolero y desapareció de la escena política.
Hace apenas unos días, el 15 de diciembre, el diputado local en la Ciudad de México, Guillermo Lerdo de Tejada Servitje, nieto de Lorenzo Servitje presidente honorario del Grupo Bimbo, renunció a su militancia en el tricolor al acusar falta de apoyo de sus compañeros frente a las batallas contra Morena en el Congreso local.
El dirigente nacional del PRI, Alejandro Moreno, reconoce que no ha sido fácil, pero que trabaja por la unidad para agrupar al tricolor, y si bien todos son importantes, nadie es indispensable en las filas priistas, que ahora abre las puertas para todos aquellos que se fueron y quieran regresar aunque con la condicionante de que lo harán para trabajar desde las bases.
“En el PRI todos son importantes, pero nadie es indispensable; en el PRI hay una gran fortaleza, estamos abriendo la puerta para todos aquellos que se fueron del PRI, eso sí, a la fila a trabajar por el partido, porque vamos a reconocer a los que demostraron lealtad y se quedaron en el PRI y tampoco vamos a permitir que quieran regresar quienes sí lastimaron y traicionaron al PRI, a esos no los vamos a aceptar, porque hay muchos que quieren regresar”, indicó.
Para el politólogo Fernández Santillán “el PRI muere de inanición consumiéndose internamente”. Para la dirigencia nacional, el tricolor se reagrupa para fortalecerse de cara a las elecciones, sobre todo del 2021, donde se renovará la Cámara de Diputados, pero también 13 gubernaturas, ocho de ellas gobernadas justamente por el tricolor.
Se renuevan Colima, Guerrero, Michoacán, Querétaro, Sinaloa, San Luis Potosí, Nayarit, Campeche, Sonora, Zacatecas, Baja California Sur, Chihuahua y Tlaxcala.
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