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viernes, 5 de septiembre de 2014

"Aspirantes a JUECES FEDERALES "...Todos reprobados".


  • Definitivamente, el enemigo del ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Juan N. Silva Meza, está en casa.
Enemigo en casa

Mexico,D.F (La Jornada) 05/Sep/2014  El fracaso en los dos concursos de oposición para elegir a 75 jueces de distrito puso en evidencia no sólo a los aspirantes, sino también al Consejo de la Judicatura Federal (CJF) y al Instituto de la Judicatura Federal (IJF), encargados de elaborar y aplicar los exámenes correspondientes, porque cuando sale reprobado casi 100 por ciento de los aspirantes, quiere decir que el problema estuvo en los aplicadores no en los aplicantes.

Cuando dimos a conocer, en este espacio, que en el Concurso Interno de Oposición para la Designación de Jueces de Competencia Mixta de 53 aspirantes, sólo dos pasaron -prácticamente de "panzaso" con 8.8 de calificación-, las burlas, los comentarios y las descalificaciones hacia los secretarios de Estudio y Cuenta de la SCJN y, en menor medida, para los secretarios proyectistas de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación -a quienes iba dirigido el concurso- fueron muchas.
Pero, después de que trascendió que en el otro Concurso de Oposición -dirigido a secretarios de juzgados y tribunales de circuito- para la Designación de Jueces de Distrito Especializados en el Nuevo Proceso Penal Acusatorio, de mil 221 aspirantes pasaron únicamente cinco. Las burlas se tornaron en preocupación y decepción.
El CJF falló en su intención de elegir 25 jueces de competencia mixta y 50 jueces para el nuevo sistema penal acusatorio. Pero además, quedó en evidencia que con ese índice de reprobación, o los exámenes estaban mal hechos y fueron elaborados con mala fe o total ignorancia, o algo más, grave aún.
Los secretarios proyectistas del Poder Judicial de la Federación están en la calle y no tienen los merecimientos profesionales para ocupar esos cargos.
Además, como una jugada de billar, estos resultados fueron un golpe directo al ministro Silva, quien desde que llegó a su cargo en el año 2010 impulsó la idea de que el CJF -organismo que también preside- estableciera el perfil del juez del siglo XXI, basado en una sólida carrera judicial.
Silva planteó que la mejor forma de contar con jueces autónomos, independientes y capaces era consolidando la carrera judicial. Es decir, que se establecieran concursos internos para que los secretarios proyectistas de juzgado ascendieran a secretarios proyectistas de tribunal de circuito y que los mejores llegaran a la Suprema Corte como secretarios de Estudio y Cuenta.
Una vez que contaran con el bagaje profesional de haber trabajado en el máximo tribunal del país, los secretarios estarían en condiciones de concursar para ser juez de distrito.
En concursos anteriores, en el que participaban secretarios de juzgados, tribunales y de la Corte, los ganadores eran en su gran mayoría los primeros. Los funcionarios de la Corte se quejaron de que los dados estaban cargados en su contra, que las pruebas en general estaban diseñadas para dejarlos fuera.
Tanta fue su insistencia, que en el último tramo de su presidencia, Silva acordó con el Colegio de Secretarios de la SCJN que llevaría a cabo un examen para jueces, en el que participarían los secretarios de la Corte, y para evitar problemas, integró de última hora a los secretarios del tribunal electoral.
Pero los resultados echaron a la borda ese proyecto.
El Consejo, para tratar de remediar el asunto, declaró el primer concurso desierto y convocó a uno nuevo, en el que los dos secretarios de la Corte que pasaron con 8.8 serían beneficiados al pasar directamente a la segunda etapa del concurso.
Trascendió que el primer examen estaba tan mal hecho, que muchas de las preguntas contenían "distractores" y que incluso, había cuestionamientos que tenían que ver con tesis de jurisprudencia de la Corte que aún no han sido resueltos, es decir, cuestiones de criterio que no caben en un exámen de opción múltiple.
Lo cierto es que el asunto dejó muy mal parado a Silva Meza, máxime cuando él se comprometió, a nombre del Poder Judicial de la Federación, a implementar en el tiempo constitucional establecido la reforma al sistema penal, para lo cual, es indispensable contar con jueces reconocidos y que su capacidad esté fuera de toda duda.
Este fracaso del CJF exige que los responsables sean llamados a cuentas.

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