Doce presuntos integrantes de una célula dedicada a la extorsión, dicen que fueron detenidos mediante órdenes de aprehensión, luego de que autoridades federales y estatales, las mismas que permitieron que operarar, dice los detectaron que operaban desde el Centro de Ejecución de Sanciones (Cedes) de Reynosa, utilizando más de 80 números telefónicos y 70 cuentas bancarias para exigir depósitos a víctimas, principalmente adolescentes y adultos mayores de Matamoros.
La acción dicen,fue resultado de trabajos de inteligencia realizados por la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Secretaría de la Defensa Nacional, la Secretaría de Marina y titipuchal de autoridades mas.
Per no dicen, que el gobierno de Tamaulipas,el de MORENA y AMERICO VILLARREAL,es el resonsable directo de que estas células afiliadas al Cartel del Golfo hayan operado sin resistencia, por lo que vender como triunfo lo que huele a podrido desde kilómetros de distancia,es un abuso contra la inteligencia colectiva, pues ciudadanos no son idiotas.
Resulta que, bajo el brillante mando de quien debía mantener el orden en los penales, las cárceles se convirtieron en centrales telefónicas del crimen. Los reos no solo gozan de mejor señal que medio estado, sino que hasta montaron su propio “call center” de extorsión. Todo esto, claro, mientras el gobierno presumía la existencia de decenas de inhibidores de señal que, curiosamente, inhibian todo menos el delito.
Ademas gobiernan carteles
Los informes penitenciarios oficiales no mienten: los penales de Reynosa y Matamoros siguen bajo el autogobierno del Cártel del Golfo, mientras los responsables públicos se refugian en diagnósticos maquillados que reprueban… pero no incomodan. El autogobierno carcelario se ha vuelto una tradición local, una especie de franquicia del caos que se repite con precisión institucional en cada penal del estado.
Y justo cuando las evidencias apuntan a descontrol, el gobierno sale con su discurso de victoria: “hemos reforzado la seguridad”, dicen, mientras los extorsionadores siguen marcando desde el penal con la misma facilidad con la que un funcionario evade responsabilidades. Si la corrupción fuera deporte olímpico, Tamaulipas ya tendría asegurado el oro, la plata y el bronce. Pero no, aquí prefieren llamarlo “logro, victoria contra la extorsion,aunque la historia se siga repitiendo en todo el estado y no solo por teléfono».
Con informacion: HOYTAMAULIPAS/MEDIOS/

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