El asesinato en «práctica de tiro» perpetrado por un sargento de la Guardia Nacional dentro de un Batallon em Acapulco, estado de Guerrero y quien en vez de enfrentarse con honor,valor,lealtad y sacrificio al incidente que dicen fue accidente, mejor decidio huir para decirnos con claridad que se trato de otra ejecucion militar perpetrada por otro de los que nos deberia proteger.
Desde el inicio, la versión oficial suena tan creíble como un vendedor de autos usados: se reporta que el sargento Yair Manuel “N” mató de dos balazos —no uno, ni por accidente, sino dos— a la agente Stephania Carmona Rojas, de solo 20 años, durante una supuesta “práctica de tiro” en instalaciones militares de Acapulco. ¿Práctica de tiro con la compañera como blanco? ¿Era entrenamiento paramilitar o de sadismo encubierto?
Asesinato con “sello militar”
La narrativa del suceso rezuma negligencia y opacidad. Familiares y colectivos no tardaron en señalar feminicidio, algo que, visto el historial de México, parece receta repetida: mujer joven, asesinada, en un contexto de autoridad y con pronta huida del responsable. Ni guion de Netflix o Amazon prime lograría escribir que el asesino “se dio a la fuga” tras el hecho, mientras la Fiscalía, la GN y la Policía estatal apenas corrían a revisar terminales de autobús y sitios de taxi, como si estuvieran en búsqueda de un ladrón de carteras y no de un sargento militar homicida.
La huida: ¿escape o dejenlo que escape?
El despliegue y la “búsqueda exhaustiva” resultan tan creíbles como la promesa de una consulta en el ISSSTE para el mismo día. El hecho de que hasta días después el militar no haya sido detenido abre la puerta a la duda: ¿de verdad lo están buscando o simplemente espera a que “la cosa se enfríe”? Resulta insultante que, con todos los recursos de la Guardia Nacional y la Fiscalía, siga libre. O bien, el sargento huyó con el clásico apoyo del “compadrazgo” militar, ese blindaje institucional donde la Ley se dobla y el honor se desdibuja.
Protección punible: ¿Quién encubre a quién?
La sospecha sobre la protección desde adentro flota en el ambiente: si lo protegen, ¿no es eso complicidad? La demora en la entrega del cuerpo, la tibieza de los comunicados institucionales y la investigación “interestatal” entre Puebla y Guerrero,pues la mujer militar era originaria de Puebla, solo apuntan a que la justicia, como siempre, es solo un adorno retórico.
En resumen, lo que en el papel parece un “accidente” en práctica de tiro, en la realidad es un feminicidio militar con la clásica fórmula de huida, encubrimiento y dolor para familias que exigen justicia en tierra de nadie.
Con informacion: ZOCALO/ @MonicaGarzaG
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