El caso de José María Tapia es una radiografía perfecta del cinismo y la doble moral del poder en México: el mismo personaje que administraba el Fonden bajo Peña Nieto y que fue criticado por la 4T como símbolo de corrupción, terminó siendo arropado, protegido y hasta candidato de Morena, mientras su fortuna personal se disparaba a niveles de escándalo.
Fiestas y lujo mientras México sufría
En septiembre de 2013, durante la devastación causada por los huracanes “Ingrid” y “Manuel” —que dejaron a su paso cientos de muertos y miles de damnificados— Tapia, entonces director del Fonden, celebraba a cuerpo de rey en Las Vegas, aventando champagne y apostando miles de dólares en casinos cinco estrellas. El país bajo el agua, y él —fungiendo como el garante federal de los recursos de emergencia— ahogado, sí, pero en opulencia y frivolidad.
De emblema priista a “cuadro” de la 4T
Tapia, con historial de operador discrecional y señalado de otorgar contratos a sobreprecio vía adjudicaciones directas, formalizó su salto del PRI a Morena en 2023. Sheinbaum y Delgado no sólo lo respaldaron: lo presumieron como ejemplo de lo “nuevo” y distinto que traía la 4T. Irónico, porque su gestión en el Fonden fue tan opaca que hasta la Auditoría Superior de la Federación detectó irregularidades por más de 200 millones de pesos —precisamente lo que la 4T juró erradicar.
El “milagro patrimonial” de Tapia
La evolución de su fortuna es brutal: tras dejar el Senado por el PRI y salir del Fonden, en 2019 adquirió una residencia en la zona más exclusiva de Houston, The Woodlands, valuada en más de un millón de dólares. Ya como prominente morenista, en 2023 Tapia se hizo de un departamento en Miami de 6.5 millones de dólares, justo en el más lujoso complejo de la ciudad, Acqualina. No sólo eso: suma dos casas más en “El Campanario” de Querétaro y otra propiedad en Houston, además de una red de restaurantes y empresas familiares abiertas en Texas y Miami.
Contratos dorados en la pandemia
Durante el COVID, una de sus empresas —Soluciones Integrales en Gestión de Riesgos de Desastres— recibió una adjudicación directa de la Sedena por más de 1,300 millones de pesos para surtir ventiladores… con precios hasta el doble del mercado. Así se financia el brinco de “opositor corrupto” a “representante ejemplar” del obradorismo.
La honestidad presidencial en entredicho
Es insultante: mientras la 4T presume la extinción del Fonden por “corrupto y opaco”, cuida y promueve a uno de sus mayores saqueadores. Sheinbaum, que ahora se llena la boca prometiendo limpiar “toda la corruptela del pasado”, calla ante la obscena riqueza de un exdirector que se enriqueció del dolor ajeno y que ahora vive como jeque en Miami y Houston. ¿Así o más hipócrita el cuento del “cambio verdadero”.
Aquí no se trata solo de dos partidos que se reciclan al mismo personaje. Se trata de una clase política dispuesta a premiar la corrupción, siempre y cuando se pongan la camiseta correcta. La 4T ha convertido la honestidad y el combate a la corrupción en puro marketing: Tapia hoy es su mejor evidencia.

El por que del titulo:
Nuestro encabezado es un machetazo de verdad: “LA ‘DECENCIA de CUARTA de SHEINBAUM’: PASO del SAQUEO del FONDEN a ENRIQUECERSE en las FILAS MORENISTAS de PRESIDENTA de DOBLE DISCURSO y TRIPLE MORAL” revela la esencia del gran teatro político de la 4T: mientras prometen ética, austeridad y ruptura con el pasado, reciclan con total impunidad a los mismos operadores y saqueadores, ahora envueltos en color guinda y bonos de lealtad.
La farsa de la transformación
Sheinbaum no sólo presume limpiar el pasado “corrupto” y fustiga el Fonden como símbolo putrefacto del priismo, sino que convenientemente olvida —y encumbra— al propio exdirector de ese fondo, José María Tapia, en los cuadros de Morena. Lo señala en la mañanera, lo exhibe como emblema de descomposición… pero hace apenas un año lo promovía como candidato de la 4T en Querétaro, pidiéndole el voto “de la mano de la doctora Sheinbaum”. ¿Qué clase de ética es esa, donde el verdugo de ayer es hoy mártir del oficialismo?
Enriquecimiento, impunidad y doble moral
Tapia pasó del PRI a Morena con la misma facilidad que amplió su fortuna: del escándalo por desvíos y vacaciones doradas durante desastres nacionales, al estreno de propiedades millonarias en Houston y Miami, blindado por el nuevo régimen que presume transparencia pero niega su propia suciedad. No sólo Sheinbaum calla sobre la riqueza de su protegido, sino que lo respalda como si aquí la corrupción, con otro color, ya no fuera pecado.
Ciudadanos tarugos y la triple moral oficial
La simulación es tan burda que sería cómica si no fuera insultante. Sheinbaum pide ética y compromiso, mientras su partido promueve a Tapia; denuncia la corrupción pasada mientras se rodea de sus autores. ¿Y nosotros? Obligados a comernos la fábula del “nuevo pacto” como si no viéramos el reciclaje inmoral de la clase política. La 4T ha demostrado que la cuarta “decencia” es sólo otro disfraz: ni ética, ni novedad; puro discurso, triple moral y una ciudadanía a la que toman por mensa, pero a golpes de realidad.
La “decencia” de cuarta es reciclar saqueadores y pedirnos fe ciega. El discurso anticorrupción de la presidenta es, visto así, una obra maestra de doble cara… y nosotros, los de a pie, la audiencia cautiva de su burla.
Con informacion: ELNORTE/

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