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martes, 14 de octubre de 2025

LA «LLUVIA QUITAVISAS»: «PRESUMEN EE.UU YA REVOCÓ MAS de 50 VISAS a POLITICOS de MORENA»… la inteligencia gringa hace listas y reparte sopas de letras con información que nadie ve pero todos sienten en la nuca.


La administración de Donald Trump decidió ponerle candado a la puerta de entrada de Estados Unidos… y no precisamente a los migrantes que cruzan por el río, sino a un nutrido grupo de políticos mexicanos que ya no pueden ni comprar en los outlets de Texas porque les revocaron la visa, sin mayor explicación que “esto es en el interés nacional de Estados Unidos”.

Sí, más de 50 políticos de Morena –ese partido que dice combatir el narco pero que ahora parece la sala de espera del consulado estadounidense– se enteraron de que sus paseos a Las Vegas y reuniones en Nueva York se acabaron de la noche a la mañana. Y, para darle sabor al asunto, decenas de funcionarios de otros partidos tampoco la libran. Ninguno sabe por qué, pero todos sospechan lo mismo: a Estados Unidos le huele a narco, y no le tiembla la mano para cerrarles la puerta.

La movida se da en medio de la nueva ofensiva trumpiana contra los cárteles y sus “aliados políticos”. ¿Más presión que nunca? Los exembajadores gringos dicen que sí, que nunca habían visto tal lluvia de quitavisas. Earl Anthony Wayne lo resume al estilo Hollywood: “La administración Trump está encontrando nuevas maneras de ejercer más presión sobre México”.

Pero nadie se confía. La gobernadora de Baja California, Marina del Pilar Ávila, está en la lista y ya negó vínculos con el crimen organizado. Sheinbaum –desde la presidencia– intenta mantener la calma en medio de rumores y desmentidos, mientras el Departamento de Estado aclara que no tiene que dar explicaciones y puede cancelar la visa de quien se le antoje siempre que lo considere “contrario al interés nacional de Estados Unidos».

Dicen que Christopher Landau, el exembajador y autoproclamado “quitavisas”, goza negándoles el ingreso a los que en Washington consideran indeseables. Y no solo en México: ha caído gente en Colombia, Brasil, Costa Rica… hasta Gustavo Petro, presidente colombiano, se quedó sin acceso por decir cosas que no le gustaron a Trump. Ni el Nobel de la Paz costarricense Óscar Arias se salvó.

¿A qué le teme la élite política mexicana? A que la DEA y la inteligencia gringa ya estén haciendo listas y repartiendo sopas de letras con información que nadie ve pero todos sienten en la nuca. Que la próxima llamada al consulado sea la del “ya no puede venir, gracias por participar”.

Mientras tanto, la presidencia de México y la SRE se hacen las que no recibieron el correo, y los afectados prefieren callar. Para ellos, perder la visa es peor que perder la curul: la mancha en la reputación no se despinta fácilmente y, encima, ni siquiera pueden hacer shopping en Houston.

En resumen, Estados Unidos no quiere “narco-políticos” ni en sus tiendas ni en sus hoteles, y México, con cara de “no sé qué hice”, ve cómo la relación bilateral se pone más tensa que el tráfico en Periférico… y todo ello sin explicaciones. Porque si algo nos enseñó este episodio: con Trump, las reglas son claras, aunque las razones no lo sean.

Con informacion: ELCONOMISTA/

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