En su mas reciente videocolumna,Héctor de Mauleón sostiene, con tono irreverente y crítico, que la impunidad de los escándalos de corrupción está “desangrando” el apoyo ciudadano a Claudia Sheinbaum, quien paga el precio político de encubrir y proteger a caciques y aliados cómplices, entre ellos Américo Villarreal (Tamaulipas), Rubén Rocha Moya (Sinaloa) y Alfonso Durazo (Sonora) y sus hijos, entre muchos otros nombres de la élite morenista beneficiada por los saqueos y negocios turbios.
El festín de impunidad y corrupción
El sexenio de López Obrador repitio los vicios de los gobiernos más corruptos de la historia mexicana, dice Mauleón. La magnitud de fraudes como Segalmex y las tramas del ‘huachicol’ —operadas desde aduanas terrestres y marítimas, apadrinadas por altos funcionarios de la Marina, el Ejército y la Guardia Nacional— no sólo sirvieron para enriquecer y financiar campañas de Morena, sino para asegurar la continuidad de un sistema podrido, donde los hijos y círculos íntimos del presidente y gobernadores se volvieron millonarios de la noche a la mañana.
El costo político para Sheinbaum
La principal factura la recibe Sheinbaum, como revela la más reciente encuesta de El Financiero: en apenas medio año, su aprobación cayó 20 puntos y su rechazo subió 23 puntos. El 75% de la gente desaprueba su gestión en combate a la corrupción y la califica de “mala o muy mala”, no por falta de popularidad, sino por hartazgo ante el encubrimiento y la impunidad total. Ningún escándalo termina con castigos: los aliados y cómplices siguen en el poder y viven una vida de lujos, mientras el gobierno de Sheinbaum pierde credibilidad y sufre el desgaste por protegerlos.
El saldo: pérdida de apoyo ciudadano
La narrativa de “no somos iguales” se volvió caricatura: mientras la élite morenista goza de impunidad y riqueza inexplicable, la mayoría ve que el pecado original del nuevo régimen es tapar, encubrir y dejar vivir felices a quienes protagonizan los mayores robos, incluidos los hijos y familias de altos funcionarios y gobernadores.
La factura política es clarísima: perder apoyos ciudadanos por proteger a quienes saquean el país y viven en palacios, rinden y compran obras de arte por cientos de miles o se confabulan con el crimen organizado , como símbolo del nuevo poder corrupto.
Con informacion:YOUTUBE/

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