“YA lo MANDARON a PELEAR con el MENCHO”: “REMUEVEN GENERAL ACUSADO en NARCOMANTAS DIRIGIDAS a SHEINBAUM de ECHARLE la MANO a MAYITOS en SINALOA”…se va fracasado con mas penas que glorias.

En medio de la guerra interna que desangra a Sinaloa por la ruptura entre las facciones de “Los Chapitos” y “Los Mayos” del Cártel de Sinaloa, el Ejército Mexicano realizó un relevo crucial en la Novena Zona Militar con sede en Culiacán: el general Santos Gerardo Soto asumió el mando este 1 de agosto de 2025, en sustitución del general Porfirio Fuentes Vélez.

Vélez fue reasignado como comandante de la V Región Militar, con sede en Jalisco y jurisdicción en Aguascalientes, Colima, Nayarit y Zacatecas.

Este relevo militar ocurre tras meses de señalamientos y una campaña creciente para remover al anterior comandante, a quien se acuso de favorecer a la facción de “Los Mayos”—enfrentada violentamente contra “Los Chapitos”. 

La denuncia se hizo pública incluso mediante narcomantas dirigidas a la presidenta Claudia Sheinbaum y a la opinión pública, donde se acusó al jefe militar saliente de ser aliado de “Los Mayitos Flacos”, término usado para la célula que lidera ese bando en la pugna sinaloense. Esta narrativa es parte de una estrategia de ambas facciones para influir e intimidar, pero evidencia el fuerte señalamiento de parcialidad contra el mando militar removido.

La llegada del general Santos Gerardo Soto sucede mientras la violencia alcanza niveles inéditos, con cientos de asesinatos y desapariciones en el estado, y mientras la credibilidad e imparcialidad del Ejército son cuestionadas por ambas partes. 

El contexto de la sustitución revela, por un lado, la gravedad de la división criminal—donde ya incluso la “inteligencia” militar recibe información sesgada y filtrada por las mismas organizaciones rivales para azuzar la guerra interna—, y por otro, la presión pública y política para mostrar una respuesta institucional contundente en un escenario donde el control territorial y la connivencia están sistemáticamente disputados.

Así, el relevo en la Novena Zona Militar no solo representa un ajuste de nombres: se da bajo la sombra de señalamientos públicos de colaboración y alianzas, que llevan la guerra entre narcos hasta las estructuras oficiales, en una etapa de máxima tensión y descomposición, con efectos directos en la seguridad regional y nacional,en medio de frecuentes reforzamientos.

Con informacion: NOROESTE/