Quizás, una de las cosas más predecibles del presidente de Estados Unidos Donald Trump en su política, es que es impredecible. Cambia de opinión y se contradice al momento de negociar tanto con adversarios como con aliados. Para algunos académicos ese estilo que ha impuesto a la política exterior estadounidense no es nuevo y podría tener relación con una vieja estrategia política conocida como la “Teoría del loco”.
¿En qué consiste exactamente esta teoría?
La “teoría del loco” es una estrategia política que consiste en hacer creer a los adversarios que el líder o el país es impredecible y capaz de tomar decisiones extremas para obtener concesiones. Su fuerza radica en generar confusión: si el oponente no puede predecir el siguiente movimiento, se ve presionado a ceder más de lo que pensaba.
Según los expertos, lejos de ser un acto puramente irracional, es una táctica basada en un razonamiento lógico de presión. El objetivo es que la incertidumbre funcione como ventaja negociadora o disuasoria.
Ejemplos históricos incluyen a presidentes estadounidenses como Eisenhower, Nixon y, más recientemente, Donald Trump, quien utiliza la imprevisibilidad tanto en la política exterior (amenazas a la OTAN, negociaciones con Ucrania y Rusia, posturas ambiguas hacia Irán) como en temas comerciales (aranceles y amenazas a México, Canadá, China).
La teoría fue desarrollada en círculos académicos por teóricos como Thomas Schelling (referido erróneamente como Stirling en el texto), y ha sido interpretada como una herramienta tanto de intimidación como de negociación. Sin embargo, esta estrategia presenta riesgos: puede debilitar la credibilidad del líder, afectar las relaciones con aliados y, en ocasiones, provocar consecuencias opuestas a las deseadas, como la escalada de conflictos.
Con informacion:BBCMundo/

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