La reciente muerte de un campesino de la tercera edad en Apatzingán, Michoacán, al activar una mina terrestre colocada por células del narcoterrorismo, expone la profundización de la crisis de seguridad en la región y las fallas estructurales traducidas a la incapacidad del gobierno para proteger a la población.
Este incidente ocurre en el contexto de una estrategia de guerra híbrida empleada por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y Los Viagras, que incluye drones armados, vehículos blindados y minas artesanales para controlar territorios.
La imagenes publicadas en redes, nos muestran un impactante contraste que ilustra la brutal realidad de las minas terrestres. A la izquierda se observa a un hombre de edad avanzada con camisa a cuadros sentado en una bicicleta roja, aparentemente en un entorno tranquilo. A la derecha se aprecia lo que parece ser una motocicleta completamente destruida sobre terreno herbáceo como consecuencia de la explosión de la mina terrestre.

Efectos de las minas terrestres en las víctimas
Las minas terrestres causan lesiones devastadoras que siguen patrones identificables según el Comité Internacional de la Cruz Roja:
- Amputación traumática: Cuando la víctima pisa una mina (Patrón I), la explosión genera una fuerza vertical que destroza el pie y la pierna, causando amputaciones inmediatas. En el 73,3% de los casos documentados, las víctimas requieren amputación.
- Lesiones por fragmentación: La explosión impulsa fragmentos secundarios (trozos de la mina, tierra, piedras, partes del calzado, e incluso huesos y tejidos de la propia víctima) que penetran profundamente en los tejidos, causando heridas adicionales en todo el cuerpo.
- Daños severos en múltiples órganos: Las víctimas pueden sufrir lesiones en ojos, cara, tórax y abdomen, especialmente en minas de fragmentación. La ceguera es una consecuencia frecuente.
Consecuencias médicas inmediatas:
- Pérdida masiva de sangre (62% de las víctimas requieren transfusiones).
- Tejidos altamente contaminados con tierra, polvo y fragmentos extraños.
- Necesidad de múltiples desbridamientos quirúrgicos (entre 2-5 procedimientos)
- Tasa de mortalidad entre 3.8% y 5.2%, siendo mayor en niños y civiles
Impacto socioeconómico y ambiental
Las minas también generan:
- Negación de acceso a recursos vitales como agua y tierras agrícolas
- Degradación ambiental de grandes extensiones de tierra
- Desplazamiento de poblaciones hacia áreas urbanas
- Discapacidad física, mental, social y económica para los sobrevivientes
Lo más trágico es que, como muestra la imagen, las víctimas son mayoritariamente civiles (80% según estudios), muchos de ellos personas mayores y niños que simplemente realizaban actividades cotidianas como trasladarse o trabajar la tierra. Cada mina representa una amenaza silenciosa que puede permanecer activa durante décadas después de finalizado un conflicto, en este caso de indole narcoterrorista.
Responsabilidad del gobierno en la escalada de violencia
- Inacción militar ante avances criminales:
Pese a que el Ejército Mexicano tenía conocimiento del avance del bloque criminal CMNG (alianza CJNG-Viagras) hacia comunidades como El Alcalde y El Guayabo, no implementó operativos efectivos para frenar su despliegue de minas terrestres y ataques con drones. - Fuentes locales denuncian que las “valientes” fuerzas federales suelen llegar tardíamente, solo después de que los grupos criminales consolidan su control.
- Declaraciones contradictorias de autoridades:
Mientras el narcogobernador Alfredo Ramírez (Morena) afirma que “hay seguridad para el retorno de desplazados”, los datos oficiales revelan que el 94% de la población de El Alcalde huyó por la violencia. - Además, la Fiscalía de Michoacán no ha esclarecido los 14 incidentes con minas registrados desde 2022, incluida esta última víctima.
- Fallas en la estrategia de seguridad:
Los operativos de la Guardia Nacional se limitan a patrullajes reactivos, sin desmantelar las redes de extorsión que cobran hasta $3.50 por kilo de limón a agricultores. Esto ha permitido que el crimen controle el 70% de la producción citrícola de la Tierra Caliente y se empodere a nivel de enfrentar al gobierno con exito.
Contexto de impunidad y crisis humanitaria
- Tácticas de terrorismo criminal: Las minas terrestres, denominadas “narco-minas”, han causado al menos 16 muertes de civiles desde 2022, incluyendo niños y jornaleros.
- Su proliferación en caminos rurales busca bloquear operativos militares que también han sido victimas y desplazar comunidades para controlar tierras.
- Desplazamiento forzado: Más de 1,200 familias han abandonado sus hogares en Apatzingán solo en 2025, según el Observatorio de Seguridad Humana.
- Los que permanecen, como “El Fredy”, enfrentan extorsiones diarias y la obligación de pagar “derechos de piso” hasta para transitar por sus propias comunidades.
- Economía secuestrada: El CJNG y Los Viagras han convertido la región en un enclave narco, donde controlan desde la cosecha de limón hasta el transporte, mientras las autoridades se limitan a realizar detenciones simbólicas que luego presumen con estridencia ,pero sin impactar sus finanzas.
Este caso refleja como en el resto del pais, un patrón de abandono institucional en Michoacán, donde el Estado ha cedido el monopolio de la violencia a grupos criminales.
Pese a la militarización transexenal y la inteligencia + coordinación del Secretario de SSP Federal,la inseguridad se sigue perpetúando en un interminable ciclo de violencia que ya casi cumple dos décadas en esta entidad donde Felipe Calderón y el ejercito,inauguraron la guerra al narco,con pocos cambios hasta la fecha.
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