Los estadounidenses han vuelto ya una tradición ver el Súper Tazón comiendo guacamole y el "jugador" que no puede faltar al evento es el aguacate mexicano.
No obstante, el camino que siguen los cargamentos de esta fruta tiene un inicio peligroso en los bosques de Michoacán, principal productor de aguacate en México.
El llamado "oro verde" debe cruzar carreteras acosadas por cárteles del narcotráfico, bandas de extorsión y secuestro, y delincuentes comunes, por lo que su transporte requiere de conductores valientes y escolta policiaca.
En pueblos como Santa Ana Zirosto, en las boscosas montañas michoacanas, camioneros y policías estatales arman convoyes diarios que permiten bajar cargas de aguacates valuadas hasta en 100 mil dólares en el mercado estadounidense.
Más de 3 mil millones de dólares recibe México al año por el aguacate, beneficiando a productores como los michoacanos.
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