Bao Fan, el director ejecutivo de China Renaissance Holdings, cumplió ayer una semana y media de estar desaparecido en su país, en medio de rumores de que es un personaje más de los ámbitos financiero y tecnológico que han sido reprimidos por el Gobierno y su Partido Comunista.
Su compañía ha estado detrás de grandes acuerdos entre firmas tecnológicas, como la inversión de Tencent en JD.com, y las fusiones de las firmas de transporte compartido Didi y Kuaidi, los sitios publicitarios 58.com y Ganji, y los gigantes de entrega de alimentos Meituan y Dianping.
Desde que se supo de la desaparición de Bao, el 17 de febrero hasta ayer, la acción de Renaissance ha caído 29%.
El máximo organismo anticorrupción chino se comprometió el jueves a perseguir las malas prácticas en el sector financiero, días después de que Bao se convirtiera en el último ejecutivo desaparecido sin explicación.
"Debemos investigar y abordar con determinación la corrupción en los casos en que las cuestiones políticas y económicas están entrelazadas, impedir con determinación que los cuadros dirigentes se conviertan en portavoces y agentes de grupos de interés y grupos poderosos", señaló la Comisión Central de Inspección Disciplinaria (CCDI, por sus siglas en inglés) en su sitio web.
El texto sugiere que la campaña anticorrupción del presidente Xi Jinping se dirige cada vez más hacia el sector empresarial.
En los últimos años, las investigaciones sobre corrupción del CCDI han afectado a funcionarios del gobierno y del Partido Comunista, incluidos miembros de la policía y del poder judicial.
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