El gobernador de un estado fronterizo mexicano relacionado con un cártel amenaza con despedir a los empleados estatales atrapados en reuniones sociales privadas, alegando que contribuyen a la propagación de COVID-19. La medida ha sido calificada de “ilegal” e “hipócrita” por políticos rivales.
Esta semana, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, emitió una orden que prohíbe a los empleados asistir a reuniones, eventos sociales, bodas y fiestas bajo la amenaza de sanciones e incluso el despido “sin importar el puesto”.
Según García, la medida se justifica por el reciente repunte de casos de coronavirus. En la orden, García aseguró que el declive está vinculado a la flexibilización de las medidas preventivas durante las últimas vacaciones.
García compartió el documento en las redes sociales, donde él y su esposa tienen muchos seguidores.
La medida de García fue rápidamente criticada por el congresista mexicano Waldo Fernández González del Partido Morena, que gobierna a nivel nacional. Fernández afirmó que la ley mexicana no le otorgaba el poder para llevar a cabo tales medidas.
"Sres. Gobernador, usted no puede sancionar a nadie de su gabinete por ir a una reunión social”, dijo Fernández. “No se puede hacer eso porque no está en la ley. No eres un emperador.
En su video, Fernández también criticó a García por hablar de que la gente relaja las medidas sanitarias, mientras que durante las vacaciones de Navidad, el gobernador se fue a pescar a Cabo.
“Te casaste en medio de la pandemia, seguro que lo hiciste manteniendo el distanciamiento social”, dijo sarcásticamente Fernández.
García es sobrino de un exjefe del Cartel del Golfo, y la riqueza de su familia supuestamente provino de la malversación de fondos de su tío . García también está bajo una investigación federal por canalizar fondos ilícitos a su campaña para gobernador.
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