En medio de la presión y la indignación social que provocaron las imágenes de Emilio Lozoya Austin comiendo “pato a la Pekín” en un restaurante de lujo, en un hecho que además desató la ira del presidente López Obrador que lo calificó como “una provocación”, la Fiscalía General de la República informó el pasado 11 de octubre que el proceso judicial en contra del exdirector de Pemex seguía abierto y que el 3 de noviembre se vencía el plazo que tenía para presentar pruebas.
la justicia aunque cojea va terminar alcanzandolos:
Eso generó una expectativa de que dentro de una semana exactamente, el próximo miércoles 3, un día después del Día de Muertos, Lozoya podía ser detenido por la Fiscalía si no acreditaba las citadas pruebas.
Con ese plazo y su breve comunicado, la FGR de Alejandro Gertz Manero trató de curarse en salud y dar la idea de que podría detener a Emilio Lozoya si resultaba que sus testimonios y acusaciones, como testigo colaborador, no llevaban a la detención de más acusados. Nada más falso que una próxima detención o encarcelamiento de Lozoya. Abogados penalistas consultados por esta columna nos explicaron que el único plazo que se vence el 3 de noviembre es el término de la investigación complementaria de su proceso y las pruebas que tendría que presentar el acusado son para alegar su inocencia en las acusaciones de haber recibido sobornos de Odebrecht y de la compra fraudulenta de la planta de Agronitrogenados.
Es decir, que aún cuando presentara o no esas pruebas, lo único que se va a decidir el 3 de noviembre –en una audiencia judicial que ha sido aplazada ya dos veces y que incluso podría aplazarse de nuevo ese día si lo pide la defensa o la misma Fiscalía y lo concede el juez— es si se declara ya cerrada la investigación complementaria y si el juez así lo considera, negando una nueva prórroga, le ordenaría al fiscal que en un plazo de 10 días determine si va a acusar o no a Emilio Lozoya Austin por los delitos de Odebrecht y Agronitrogenados.
Ese proceso contra Lozoya corre de manera independiente al Criterio de Oportunidad que su defensa solicitó y que lo convirtió en “testigo colaborador”. Incluso aún cuando este 3 de noviembre el juez declare cerrada la investigación complementaria y la Fiscalía acuse a Lozoya de los dos delitos mencionados, no podría ser detenido ni perdería el criterio de oportunidad que seguiría vigente porque ahí no existe plazo, porque quien aporta la información hace su parte y quien tiene que corroborarla y decidir si le sirve o no para imputar a otras personas es la FGR.
Es decir, que aún acusado formalmente y sometido a juicio por los sobornos de Odebrecht y el caso de Agronitrogenados, Lozoya no será detenido en los próximos días porque la acusación la tiene que hacer la Fiscalía por escrito y se corre el traslado para que la defensa del acusado la pueda contestar. Pero aún si la FGR lo acusa, el exdirector de Pemex aún puede recibir el criterio de oportunidad que se le puede aplicar antes de la audiencia intermedia, que se podría fijar para finales de noviembre o principios de diciembre. Si en esa audiencia se decide aplicarle el multicitado criterio, Emilio Lozoya mantendría todos los privilegios que hasta ahora ha gozado en casi año y medio desde que fue traído a México, incluida su libertad de moverse con un brazalete electrónico y visitar cuanto restaurante de lujo se le antoje y comer los patos a la Pekín que le dé la gana.
Y es que el Código Penal federal establece claramente que no hay un plazo para el criterio de oportunidad al señalar en su artículo 256 que “el Ministerio Público aplicará los criterios de oportunidad sobre la base de razones objetivas y sin discriminación, valorando las circunstancias especiales en cada caso, de conformidad con lo dispuesto en el presente Código, así como en los criterios generales que a su efecto emita el Procurador o su equivalente. La aplicación de los criterios de oportunidad podrán ordenarse en cualquier momento y hasta antes que se dicte la apertura del juicio”.
Para que quede claro y no haya confusiones: Emilio Lozoya está enfrentando un proceso penal por los hechos que le atribuyen y eso es muy independiente de la posibilidad de que le otorguen un criterio de oportunidad. Son dos caminos y procesos legales diferentes aunque puedan ser paralelos. A partir de eso, es claro que Lozoya no será detenido el próximo 3 de noviembre y que, después del escándalo que desató su imagen comiendo Pato a la Pekín en un restaurante de las Lomas y de la regañiza presidencial que, aseguran, recibió el fiscal Gertz Manero, éste quiso curarse en salud y mencionó en su comunicado el plazo del 3 de noviembre en el proceso penal contra el exdirector de Pemex, para calmar la indignación popular y generar falsas expectativas y confusiones.
En conclusión, ni los muertos de este 2 de noviembre ni todos los santos podrán quitarle, por ahora y en lo inmediato, todos los privilegios y el trato de príncipe de la corrupción de la que goza Lozoya en el gobierno de la 4T. Su proceso penal aún va para largo, aún cuando la información y testimonios que le proporcionó Lozoya a la FGR ha resultado totalmente ineficaz e inservible o de lo contrario el fiscal Gertz ya hubiera realizado varios procesos en contra de los políticos y exfuncionarios de oposición que él denunció. Lozoya ha sido un testigo fraudulento y Gertz ha sido un fiscal ingenuo e ineficaz.
¡Que le traigan otro Pato a la Pekín al testigo consentido!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: