CORRUPCION UNFORMADA NO TIENE FRONTERAS:
El ex coronel explicaría ante los tres magistrados que conforman la Cámara Primera de lo Penal que el general José Atilio Benítez ordenó que se legalizaran al menos 15 fusiles AK-47 y M-16 por medios fraudulentos cuando se desempeñó como viceministro y ministro de la Defensa.
NINGUNA NOVEDAD:
Al ex general se le atribuye la matrícula de manera irregular de unas 29 armas, con las que se le acusa de traficar a precios que rondan los $4.000 y $6.000. González Quezada alude a que recibió órdenes por parte de Benítez para alterar y renovar las armas y después ponerlas a nombre del general para poder registrarlas y venderlas de manera fraudulenta, recibiendo el coronel una parte de la ganancia. Los fusiles, AKM, M-16, un G-3, dos carabinas y armas cortas de la marca Beretta, se encontraban en arsenales de las Fuerzas Armadas salvadoreñas (FAES), donde eran reparados y modificados antes de su venta. González Quesada declararía que fue apartado de su cargo cuando en noviembre de 2011 se rehusó a inscribir a nombre de Benítez un fusil de asalto Steyr que pertenecía a los inventarios de la FAES y no de los equipos en bodega confiscados. El testigo también afirmó que Benítez facilitó en su momento el registro de armas al expresidente Mauricio Funes, a quien se le encontraron 92 armas de guerra tras su huída a Nicaragua. Consecuentemente, el general es procesado por estafa, actos arbitrarios, tenencia y portación ilegal de armas de fuego y comercio ilegal.
Armas diplomáticas
Entre el 31 de mayo de 2009 y el 22 de noviembre de 2011, el general José Atilio Benítez Parada fue viceministro de Defensa, pasando a la cabeza de esa cartera el 23 de noviembre de 2011, puesto que ocupa hasta el 10 de junio de 2013.
El general fue nombrado embajador salvadoreño en España el 5 de mayo de 2014, puesto que ocupa hasta el 23 de abril de 2015, desde donde tramita el traslado de armas adicionales. Ciertamente obtiene pertrechos de exceso, pero en lugar de hacerse de algunos cañones sin retroceso M40A1 (CSR-106), principal arma antitanque salvadoreña de la que solo hay 20 en inventario, o de bateas blindadas AML o BMR/VEC que necesita el Regimiento de Caballería salvadoreña para resolver desgastes de los propios, o de morteros de 120mm, pues aquellos en inventario ya no funcionan, se le ocurre tramitar la transferencia de 18 obuses OTO Melara Mod.56 de 105/L14mm [1].
Contemporáneos a los obuses M102, y Zastava M56, los Mod.56 no contribuían en nada al alcance, y poder de fuego del que ya gozaba la artillería salvadoreña, el OTO Melara 105mm Mod.56. Para rematar, en 2016 el Comando de Apoyo Logístico (CALFA) salvadoreño ya había logrado la recuperación de las miras y sistemas de los obuses M101A1 con tecnología propia, y se había restaurado plenamente un obús yugoslavo M56. Todo por una fracción del coste de una nueva, y que podía implementarse plenamente a todos los M56 por el coste del flete de los viejos OTO Mod.56.
El 24 de abril de 2015 el general pasa como embajador de El Salvador en Alemania. Allí tramitaba un lote de ametralladoras MG-5 (comercializadas como HK-121). Aunque son excelentísimas armas, en inventario de la FAES hay más de 1.200 ametralladoras M60 estándar. El Comando de Apoyo Logístico (CALFA) pudo dotarse del módulo de conversión de la U.S. Ordnance, el que actualiza cualquier receptor M60 utilizable a la configuración M60E6/E4 por una fracción del costo de las pocas MG-5 que pudiesen adquirirse. Además, el molde de conversión se encuentra disponible bajo programa Foreign Military Sales y otros de ayuda estadounidense. Reconvertidas, las “nuevas” M60 son más ligeras y compactas que la estándar, lo que aumenta la movilidad; el ensamblaje mejorado de la cámara de alimentación elimina los atascos de carga y, mejora la seguridad del operador al permitir una función cargada con correa, pero sin carga.
Armas permutadas
En cuanto a las armas permutadas por dos obuses M71, los 709 fusiles HK G-3 en buen estado, entre ellos 150 modelos que habían estado en almacenamiento “nuevos” – sin uso desde su recepción – entregados durante la permuta, trata de armas que pudiesen haberse afinado por armeros experimentados. El modelo básico podía rápidamente adaptarse al modelo compacto de culata retráctil, y así, usarse por unidades de patrulla. Un cambio del cañón y afinado del mecanismo de disparo lo hacen un arma precisa, y un cambio de guardamanos permite la adaptación de todo tipo de accesorios. Un cañón recortado lo convierte en el HK-51, un arma de preferencia en manos de los comandos británicos SAS. Es decir que, con algunos accesorios disponibles comercialmente, el CALFA pudo modificar los 709 fusiles HK G-3 no solo para dotar a unidades delComando de Fuerzas Especiales con armas especializadas, sino que también había suficientes números como equipar un batallón.
Había 1.873 metralletas Madsen M50, repuestos estarían disponibles en Brasil, donde se construyó como la INA M953 y donde todavía se usa. Y de las 2.157 metralletas FMK-3 usadas y 2.446 FMK-3 nuevas, sabemos hoy que el lote salvadoreño sería de entre 5000 y 8000 ejemplares, la mayoría usadas por la Policía Nacional. Una revisión, ajuste, y modernización usando implementos comerciales, y haciendo uso de munición adecuada, la FMK-3 podría haberse todavía utilizado y reciclado a unidades activas.
[1] Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (febrero de 2016). The Military Balance 2016. 116. Routlegde. pags. 398. ISBN 9781857438352
Fotografía: Armas de la permuta.
Los OTO Melara Mod 56 en El Salvador (J. Montes)
CSR-106 en m240 (J. Montes)
Fuente.-Julio Montes/
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