El secuestro y asesinato de un adolescente en el estado fronterizo de Tamaulipas resalta el reinado del terror que el Cártel del Golfo ha tenido en la región durante varios años. Sicarios del cártel mataron a la víctima de 14 años y escondieron su cuerpo incluso después de que sus familiares intentaron pagar sus demandas de rescate.
El caso de Luciano Leal Garza, de 14 años, señala a la ola de violencia atribuida a dos facciones principales del Cártel del Golfo que operan en el norte de Tamaulipas. Los sicarios atrajeron a Luciano a la plaza de de San Fernando, donde pensó que iba a conocer a una jovencita. La familia del adolescente es conocida en la región por ser propietaria de varios negocios y no tener vínculos con actividades delictivas.
Breitbart Texas informó sobre el secuestro de Luciano en agosto, después de que los familiares se desesperaron por no tener respuestas.
Los secuestradores del cártel exigieron 100 mil dólares, y aunque la familia no pudo pagar la suma total, hicieron varios pagos mas pequeños pero no obtuvieron respuestas. Si bien los familiares se habían puesto en contacto con las autoridades poco después del secuestro, los padres del niño, Luciano Leal y Anabel Garza, comenzaron a realizar su propia investigación.
A través de su investigación, los padres pudieron enterarse de que el secuestro había sido realizado por el Cártel del Golfo en San Fernando. A través de su investigación, los padres pudieron enterarse de que el jefe de plaza local del Cártel del Golfo llamado Guadalupe “El Camarón” Flores Silguero y dos parientes de la familia identificados como Erick Gamaliel Garza y Ubaldo Garza se habían llevado físicamente al niño. El secuestro había recibido luz verde por parte de un jefe regional del Cártel del Golfo, Carlos “El Pawa” De La Cruz.
El 11 de septiembre, las autoridades del estado de Tamaulipas arrestaron a El Camarón, sin embargo el criminal mantuvo los labios cerrados y se negó a cooperar con las autoridades. A pesar del arresto, las autoridades no pudieron avanzar con el caso debido al silencio de El Camarón. Los familiares desesperados comenzaron a realizar protestas y concentraciones en la ciudad y comenzaron a presionar a los funcionarios estatales pidiendo respuestas.
La clave para resolver el caso se produjo el 15 de octubre, cuando la policía estatal de Tamaulipas arrestó a Erick Gamaliel Garza en la ciudad fronteriza de Matamoros. Mientras era interrogado por la policía, Gamaliel dijo a las autoridades que Luciano estaba muerto y los condujo hasta una maleta abandonada en el fraccionamiento Jardín de San Fernando. Los restos del adolescente estaban dentro de la maleta.
La ciudad agrícola de San Fernando tiene una larga historia de terror por manos de Los Zetas y el Cártel del Golfo. La violencia en la región se disparó después de que los dos cárteles se fracturaran a finales de 2009 y principios de 2010, lo que llevó a años de enfrentamientos. Desde entonces, la facción Zeta en San Fernando se ha reincorporado al Cártel del Golfo, mientras que otras facciones de Los Zetas se han dividido aún más. Como informó Breitbart Texas, en 2010, Los Zetas asesinaron a 72 migrantes que intentaban llegar a la frontera de Estados Unidos. Apenas unos meses después, en 2011, las autoridades comenzaron a desenterrar decenas de fosas comunes en varios ranchos en San Fernando donde Los Zetas habían estado arrojando cuerpos, las autoridades estatales en ese momento dejaron de buscar después de encontrar 193 cuerpos. Tanto Los Zetas como el Cártel del Golfo han sido vinculados a innumerables otros asesinatos y secuestros en el área donde han atacado a agricultores, ganaderos y empresarios inocentes.
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