Que los adolescentes de México inciten a la violencia a través de publicaciones en sus redes sociales, posando con armas o subiendo videos en los que se les aprecia cometiendo un delito es resultado de una sociedad que ha normalizado esa violencia y en donde existen altos índices de impunidad,coincidieron especialistas.
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José Luis López, académico de la Universidad Panamericana y experto en investigaciones de redes sociales, explicó que vivir en un contexto violento deriva en que los jóvenes quieran imitar a los criminales y mostrar su lado “malo” en redes sociales para ser populares.
“Es más fácil que celebren a un adolescente que subió una fotografía portando un arma al que proyecta sus logros y metas. Publicar contenidos que inciten la violencia también es una forma de blindarse, de generar miedo y respeto”, declaró.
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Agregó que la falta de criterio en los adolescentes y la libertad que existe en las redes sociales son factores de riesgo para realizar apología de la violencia sin recibir un castigo o llamada de atención. “No dimensionan las consecuencias que pueden tener los posteos, con el objetivo de entrar en un círculo social, los muchachos se van desafiando, si uno sube una foto con una pistola, otro va y publica un video asaltando a mano armada, esa es la forma en la que pretenden hacer amigos”, dijo el experto.
José Luis aseguró que la juventud mexicana también está copiando comportamientos delincuenciales, debido a la impunidad que existe en la nación.
“No quieren estudiar ni encontrar un trabajo, prefieren crear una fortuna vendiendo droga o matando, les llama el dinero fácil, porque además ven que estos criminales, que son ex gobernadores, funcionarios públicos, capos o narcomenudistas, pueden librar la cárcel”, argumentó.
Enfatizó que vivir en un entorno que ha normalizado la violencia tiene como consecuencia que al capturar y abatir a un narcotraficante se le despida como si fuera un héroe y que los adolescentes quieran alcanzar una vida similar, porque obtienen dinero fácil. “Los jóvenes se quieren parecer a los narcos y estas aspiraciones surgen más en los niños con rezago educativo, su modelo a seguir es un delincuente”, consideró.
“Si no logran entrar a ese mundo, lo que hacen es trasladar su realidad a las redes sociales. Ahí anuncian lo que no harían en un mundo físico, pero sí en sus páginas de Facebook, Twitter, Instagram o Snapchat; ahí pueden seguir a un personaje porque son valientes y bravucones”.
Guillermo Pérez Bolde, investigador de redes sociales y presidente de la Agencia Mente Digital, coincidió en que los jóvenes no saben la magnitud que pueden alcanzar con sus posteos que hacen apología de la violencia y tampoco las dejan de realizar porque no hay nadie que se los impida.
“Quizá alguien escribe que tiene una pistola, un cuchillo y cualquier tipo de arma con la que puede cometer delitos, pero no lo hace, simplemente quiere llamar la atención, pero este joven no sabe que otras personas que ven sus publicaciones sí saldrán a delinquir”. El experto mencionó que el problema no radica en las redes sociales, sino en la falta de monitoreo de lo que los adolescentes postean, además de que los adultos no hacen caso a cambios en el comportamiento de los menores de edad.
“De nada sirve privarlos de las redes sociales, siempre encontrarán una a la que los adultos no le entiendan, sí hay que checar lo que postean, los amigos que tienen en la red, pero en el día a día hay que vigilar sus comportamientos”, dijo.
Manuel González Oscoy, académico de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), destacó que con sus publicaciones, los adolescentes expresan su narcisismo, la imagen que tienen de ellos y por otro lado la realidad virtual que construyen para ser aceptados en un grupo de amigos.
“Muchas veces se pone más lo que se desea hacer, que lo que es, se publica lo que se añora, aunque sea falso. Fotografías de viajes, selfies con personas famosas, presumir objetos caros y posar con armas para mostrar una imagen de popularidad, machismo, un estatus de poder, de esta manera los adolescentes se sienten cercanos a grupos sociales y se proyectan a través de la pantalla”, aseguró el especialista.
Expresó que estas publicaciones obedecen en su mayoría a una forma de exhibir fortaleza y sentirse protegido. “Tratan de ganarse el respeto de los demás haciendo apología de la violencia, se toman una selfie con un rifle, porque así muestran que tienen poder, que hay que tener cuidado con ellos, porque no saben de lo que pueden ser capaces si los hacen enojar o los agreden de alguna manera”.
El experto en sicología afirmó que es difícil medir la veracidad de las redes sociales porque no se sabe quién está atrás de la pantalla, “tenemos que considerar que se publica más de lo que quisieramos ser que de lo que somos, a través de nuestras publicaciones podemos ser más jóvenes, altos, ricos y guapos, este manejo de la realidad cibernética es manipulada por nosotros”.
Mario Campos, periodista y académico de la Universidad Iberoamericana, resaltó que no se puede saber el tamaño del fenómeno porque las cifras en cuanto a redes sociales no son confiables.
“Por supuesto que hay personas que lo están haciendo, suben fotografías con armas, porque lo que vemos es que la violencia reproduce su propia cultura con sus propios antivalores, las demostraciones de poder, de algún tipo de riqueza se replican porque en las redes se refleja todo lo que pasa en la sociedad, pero no creo que sea algo de redes, sino un reflejo de algo que está presente en la vida cotidiana y lo vemos en la inseguridad, no sorprende que haya cuentas de redes sociales que muestren actos de violencia”, indicó.
Fuente.-(Imágenes/Internet/facebook)
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