El reciente escándalo en torno a la visita de Donald Trump, candidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos, a Los Pinos, donde el magnate neoyorquino humilló al Presidente Enrique Peña Nieto y a los mexicanos, evidenció que la Secretaría de Relaciones Exteriores, comenzando por su titular, Claudia Ruiz Massieu, ha sido menospreciada en sus funciones diplomáticas por la improvisación y la falta de conocimientos, coinciden analistas.
La SRE se volvió una agencia de empleos del PRI para pagar favores y, lo peor, ese club de becarios priistas que ocupan embajadas y consulados en el extranjero [en este caso 13 de ellos] le cuesta a los mexicanos un aproximado de 2 millones 415 mil 390.68 pesos al mes, o 80 mil 513 pesos diarios.
El Estado que el ex Gobernador priista Fidel Herrera Beltrán dejó en 2010 se convirtió en uno de los más violentos de la República Mexicana y una fotografía difundida por el diarioReforma en 2012 lo mostró montando a caballo junto Francisco Colorado Cessa, sentenciado en Estados Unidos por lavado de dinero.
Ahora que es Cónsul “de carrera” en Barcelona, la administración del Presidente Enrique Peña Nieto le asignó categoría de “Ministro” y un salario mensual de 8 mil 339 euros; es decir, 170 mil 905 pesos, o 5 mil 696 pesos diarios.
Como en él, que no sólo enfrenta cuestionamientos graves sino que además carecía de experiencia diplomática al momento de ser designado cónsul, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) ejerce al mes 2 millones 415 mil 390.68 pesos (28.9 millones al año) en el pago de salarios de otra docena de integrantes del Partido Revolucionario Institucional que este sexenio fueron enviados a encabezar las representaciones de México en el extranjero.
Estos montos no incluyen viáticos ni gastos de representación para los supuestos “diplomáticos”, que en el exterior tienen chofer, auto, vivienda, empleados de oficina y domésticos, comidas, pasajes de avión, etcétera, para ellos y para sus familias.
Entre ellos, el ex Gobernador de Chiapas, Juan Sabines Guerrero, quien después de dejar una deuda de 40 mil millones de pesos en la entidad ahora recibe del erario 7 mil dólares al mes (o 128 mil 531 pesos) por su función en Orlando, Florida, a donde llegó en julio de 2015 también como cónsul “de carrera”, o que no requiere aprobación del Senado de la República.
Entre los salarios de estos dos ex mandatarios, el Gobierno federal mexicano ejerce 3.5 millones de pesos al año.
De acuerdo con el tabulador de pagos del Servicio Exterior, a Sabines Guerrero también se le asignó categoría de “Ministro” y un código SE202, menor a la SE101 que obtienen los embajadores.
Con este rango SE101, como “Titular” de la Embajada de México en Brasil fue nombrada en diciembre de 2012 la también ex Gobernadora priista Beatriz Paredes Rangel, ex presidenta del Comité Ejecutivo Nacional tricolor hasta 2011, cuando fue relevada de ese cargo por el hoy también cuestionado ex Gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés.
Ahora, como representante de México en aquel país sudamericano, Paredes Rangel percibe 234 mil 418 mil pesos al mes, o 7 mil 813 diarios, o 2.8 millones de pesos anuales.
Su predecesor en el partido, Mariano Palacios Alcocer, también ex Gobernador tricolor [de Querétaro] y hasta la semana pasada Embajador de México ante El Vaticano, percibía 9 mil 810 euros, o 201 mil 65 pesos.
Este mismo salario y misma categoría de Embajador tiene desde diciembre pasado Juan José Guerra Abud, ex Secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales también sin experiencia previa en la diplomacia y ahora representante de México en Italia.
Y con un poco menos, pero en Cuba, vive el ex Gobernador coahuilense Enrique Martínez y Martínez, quien llegó a esa posición de 10 mil 190 dólares mensuales –o 187 mil pesos– sin experiencia diplomática y después de haber fungido como titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa).
“Más del 30 por ciento, más de la tercera parte de todos los nombramientos de Embajadores y cónsules, es a priístas”, dijo la Senadora panista Gabriela Cuevas, presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara Alta entrevistada por este medio para analizar, después de la visita de Donald Trump, la situación del servicio diplomático mexicano.
De acuerdo con un análisis de la Comisión de Asuntos Internacionales del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, si bien en la política mexicana es normal que las jefaturas de las misiones en el extranjero se repartan en no más de 30 por ciento para políticos y el resto, una mayoría de 70 por ciento, para miembros del Servicio Exterior, en la actual administración “se ha perdido el balance” y en esas posiciones se han privilegiado los perfiles partidistas.
En ese sentido, el análisis panista calcula que la proporción “normal” de alrededor de 70 por ciento de nombramientos para integrantes del Servicio Exterior cayó a menos de la mitad [un 44 por ciento] a partir de agosto de 2015, cuando la abogada y entonces Secretaria de Turismo, Claudia Ruiz Massieu Salinas, llegó a la Secretaría de Relaciones Exteriores.
“La Secretaría de Relaciones Exteriores misma no tiene experiencia previa, lo que es evidente”, dijo a SinEmbargo Jorge Chabat, experto en relaciones internacionales y catedrático del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE) entrevistado también para analizar la calidad del servicio exterior mexicano en el contexto de la visita de Donald Trump.
“No tiene experiencia y esto evidentemente tiene un impacto en la política exterior (…) Las formas en las que se dio evento de Trump se pudieron haber evitado con una Canciller a la que se le hubiera tomado más en cuenta; lamentablemente, no se le tomó en cuenta”, agregó Chabat el pasado lunes.
El salario mensual “ordinario” o “base” de Ruiz Massieu Salinas, de acuerdo con el Portal de Obligaciones de Transparencia, es de 32 mil 813 pesos, más una “compensación garantizada” de 172 mil 308 pesos, o 205 mil 587 pesos en total.
En los datos oficiales sobre los salarios se observa que, por el tipo de cambio del peso frente al dólar, el salario de tres “nuevos” cónsules en Estados Unidos ajenos al Servicio Exterior Mexicano quedó más alto que el de la titular de la dependencia.
Uno es Gemi José González López, ex subprocurador jurídico de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), hijo del ex dirigente priísta José Antonio González y ahora cónsul en San Francisco, California, con salario de 11 mil 358 dólares mensuales, o 208 mil 461 pesos. Otro, con el mismo salario, es Diego Antonio Gómez Pickering, ex coordinador de prensa internacional en la campaña de Enrique Peña Nieto, luego su director de Medios Internacionales en la Presidencia, Embajador de México en Reino Unido y, desde junio pasado, Cónsul general en Nueva York.
Y, también, el ex productor de televisión Andrés Roemer Slomiansky, nombrado por Peña Nieto Cónsul en San Francisco y, desde abril pasado, Embajador ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), con oficina en París.
“Los casos más evidentes son los de Fidel Herrera, que todavía no nos explicamos por qué lo nombraron, o el mismo Sabines”, comentó Chabat en entrevista.
“Nomás faltaría que a Javier Duarte (sucesor de Herrera en el Gobierno de Veracruz) lo nombraran Embajador en algún un lado. Sí se ve mal. Es un tema no sólo de experiencia, sino de cómo se percibe a México, y a veces da la impresión de que es un pago (…) Digo, Fidel Herrera claramente era un premio a no sé qué lealtades”, agregó el académico.
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