Para que la paz sea duradera y no sea ni temporal, ni ficticia, como la "paz mafiosa",la debe garantizar el estado como su principal obligación constitucional y debe ser consecuencia de actos de autoridad, no saldo de arreglos entre criminales,asi sea la iglesia católica la mediadora,como acaba de ocurrir en Guerrero,donde después del enfrentamiento a balazos entre miembros de la Familia Michoacana (FM) y Los Tlacos que dejó un saldo oficial de 17 muertos, los líderes de estas dos organizaciones criminales, que tienen el control en varias regiones de Guerrero, ya pactaron una tregua, pero no abandonar sus conductas criminales, por lo que surge la pregunta, que va hacer el ejercito ?...y el gobierno ?..y todas las autoridades ?.
El sacerdote y presidente del Centro de Derechos de las Víctimas de Violencia "Minerva Bello", Filiberto Velázquez Florencio, dijo que la conversación por vía telefónica para llegar a este acuerdo fue entre los dirigentes de la FM, los hermanos Jhonny y José Alfredo Hurtado Olascoaga, y el de Los Tlacos, también llamado Cártel de la Sierra,Onésimo Marquina.
El pacto es la no agresión y respetar los territorios que cada organización criminal tiene bajo su control.
De acuerdo a las versiones de los lugareños de comunidades de la Sierra, este lunes 19 de febrero, miembros de la FM y Los Tlacos se enfrentaron a tiros en las inmediaciones de la localidad de Las Tunas, del municipio de San Miguel Totolapan, en la región de Tierra Caliente.
En estos hechos murieron 16 miembros de la FM y uno de Los Tlacos, de acuerdo a las versiones que dio a conocer la Familia Michoacana a través de videos difundidos en redes sociales.
Sin embargo, el Gobierno federal aseguró que hasta este miércoles 21 de febrero se habían confirmado 12 muertos, pero seguían las indagaciones en la zona donde se registró el enfrentamiento.
El pasado 13 de febrero, el obispo de la diócesis Chilpancingo-Chilapa, José de Jesús González Hernández, declaró que junto con sus homólogos de las tres diócesis de Guerrero se reunieron en forma individual con líderes de organizaciones criminales para convencerlos de que pactaran una tregua y pacificar el estado.
Los líderes de los grupos delictivos rechazaron la propuesta de los prelados, pero dejaron la puerta abierta para seguir con el diálogo, dijo el obispo José de Jesús González.
El 14 de febrero, el sacerdote Filiberto Velázquez reveló que a propuesta de él, los líderes de las organizaciones criminales de Los Ardillos, Celso Ortega, y de Los Tlacos, Onésimo Marquina, aceptaron una tregua para dar por terminada la violencia en Chilpancingo con el compromiso de que se respetarán todos los negocios que tienen bajo su control como es la distribución de pollo, y la operatividad de cantinas, bares y transporte público.
Filiberto Velázquez dijo que el pacto de la tregua entre la FM y Los Tlacos ocurrió este miércoles 21 de febrero.
De acuerdo a los informes del Gobierno del estado, el Cártel de la Sierra, también conocido como Los Tlacos, domina los municipios de Heliodoro Castillo, Leonardo Bravo, Apaxtla, Eduardo Neri, Atenango del Río, Copalillo y comparte territorio en Chilpancingo con Los Ardillos.
Desde que la morenista Evelyn Salgado Pineda asumió la Gubernatura, hace dos años, la Familia Michoacana que controlaba los municipios de Arcelia, Pungarabato, Cutzamala de Pinzón, Tlapehuala, Coyuca de Catalán, Tlachapa, Ajuchitlán del Progreso y San Miguel Totolapan, se expandió a otros 10 municipios.
Los territorios que la FM domina, son los municipios de La Unión, José Azueta, Coahuayutla, Petatlán, Taxco, Pedro Ascensio de Alquisiras, Tetipac, Pilcaya, Ixcateopan de Cuauhtémoc y en Teloloapan comparte territorio con la organización delictiva La Bandera, antes Guerreros Unidos.
Las dos organizaciones criminales que llegaron a un arreglo para mantener sus negocios ilícitos han tenido aterrorizados a los habitantes de estos municipios con el cobro de piso a los empresarios, comerciantes, imponen las tarifas del transporte público, los precios de la carne, el huevo, los medicamentos, los materiales para la construcción y la gasolina.
La ley del Cártel de la Sierra, o Los Tlacos, así como de La Familia Michoacana, es la de "cuota o plomo".
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