Se dibuja en el horizonte una gran pregunta, luego de constatar que en Yucatán el índice de asesinatos es mucho más bajo que en el resto del país:¿en la península habitan menos canallas o es un lugar en el que se abstienen de delinquir?
Lo escalofriante de nuestra realidad es que al secuestrador o al que extorsiona te lo puedes encontrar al lado, sentado a la mesa en un restaurante, o delante en la fila para comprar entradas al cine. O sea, es gente que ya está ahí, que existe como cualquier otra persona y que, sacando provecho directo de la impunidad que les ofrece un calamitoso sistema de justicia, se mueve a sus anchas por todas partes.
LA GUERRA EN NÚMEROS
— TResearch (@TResearchMx) February 26, 2024
HOMICIDIOS EN MÉXICO
domingo, 25 de febrero de 2024
180,340 HOMICIDIOS SEXENIO AMLO
AYER: 86
ANTIER: 78
3 DÍAS: 87
5 DÍAS: 53
2024: 4,299
2023: 30,529
2022: 33,287
2021: 35,700
2020: 36,773
2019: 36,661
1,913 DÍAS HAN TRASCURRIDO EN EL SEXENIO AMLO
218… pic.twitter.com/AMHk2NWiaN
El tema sería justamente ése: el individuo roba y mata porque siente que no pagará el precio de ser encarcelado. Pero, habría otra interrogante, más perturbadora todavía: ¿cuántos son, en una nación, los pobladores dispuestos a cortarle una oreja al niño secuestrado o a asesinar a mansalva a un semejante o a perpetrar las más espantosas atrocidades?
Quien no experimenta sentimiento alguno al causar dolor a sus semejantes es un sujeto antisocial y pareciera que el porcentaje de individuos de esa calaña es particularmente elevado en nuestra sociedad. Digámoslo de otra manera: en México hay muchos asesinatos porque hay… muchos asesinos. Estamos hablando, ahí, de una gravísima descomposición social y de un problema prácticamente irreversible en tanto que escapa, a estas alturas, a las acciones de prevención y construcción de ciudadanía que pudiere emprender un gobierno: hay que repetirlo, esa gente ya está ahí y su único lugar es una celda de prisión.
Paradójicamente, el régimen cuatroteísta que ofrece abrazos a los homicidas ha sido el mismo que ha encarcelado masivamente a sus conciudadanos —los más pobres e indefensos ante los embates de la autoridad, además— al implementar la prisión preventiva oficiosa, es decir, el encarcelamiento inmediato de las personas sin que haya procedido todavía su enjuiciamiento.
La 4T pretende, por un lado, hacer política social para abordar desde sus orígenes las causas de la delincuencia y por el otro pisotea los derechos humanos desconociendo la presunción de inocencia.
No es así como se arreglan las cosas. Para combatir a los delincuentes que abarrotan nuestro territorio necesitaríamos un aparato judicial confiable, fiscales honestos, una policía científica profesional y cuerpos de seguridad verdaderamente capacitados. Pues…
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tu Comentario es VALIOSO: