Después de horas de violencia desatada por el crimen organizado, la cabecera municipal de Doctor Coss amaneció ayer desolada.
Casquillos regados en las calles, decenas de impactos de balas en edificios municipales y el olor que desprendían autos quemados por pistoleros, quedaron como pruebas del terror que padecieron los habitantes del municipios.
En la plaza principal sólo había soldados del Ejército, la Guardia Nacional y elementos de Fuerza Civil.
Al cabo de dos horas, una mujer de la tercera edad pasó viendo impresionada las armas largas de los militares.
Temerosa, cruzó la zona del ataque, mientras un helicóptero de Fuerza Civil sobrevolaba el área a muy baja altura.
Ayer, grupos del crimen organizado aterrorizaron a los pocos ciudadanos que viven en Doctor Coss, a menos de 15 kilómetros de los límites entre Tamaulipas y Nuevo León.
Edificios municipales, ambulancias y unidades de la policía local fueron rafagueados y quemados por hombres armados generando histeria entre los ciudadanos.
"Estuvo horrible", contó un vecino que omitió su nombre advirtiendo que arriesgaba su vida, "tenemos bastante miedo.
"Algunos se han ido del pueblo, se fueron a (General) Bravo y pagan rentas de 3 mil a 5 mil pesos, pero nosotros no tenemos ni para comer, entonces tenemos que seguir aquí.
"Nada más Dios nos cuida", añadió.
Por la tarde, diversas calles se encontraban acordonadas para realizar los trabajos de investigación.
A unos metros del Palacio Municipal aún se encontraba una camioneta calcinada.
"La gente anda atemorizada", señaló un vecino, "ya no hayamos ni qué hacer, haz de cuenta que el pueblo es de ellos.
"Es un pueblo sin ley, y no podemos decir nada porque nos mandar matar, si se enteran amanece uno colgado", añadió, "antes dormía uno en la banqueta, ahora balean las casas.
"Es una guerra, nosotros ya nada más estamos esperando que nos toque una bala".
El ataque de ayer no ha sido el único. En lo que va del año, relataron vecinos, se han registrado más enfrentamientos entre diferentes grupos del crimen organizado, y recientemente incendiaron una camioneta del INE.
"Tenemos un colchón en el piso para tirarnos cuando hay un ataque", dijo una vecina.
Para dejar atrás las balas, las extorsiones y el acoso constante del crimen organizado, habitantes han iniciado un éxodo en Doctor Coss, y otros municipios como Los Herreras y Los Aldamas.
Ayer, el Secretario de Seguridad estatal, Gerardo Palacios Pámanes, informó que en Doctor Coss hay cerca de 900 habitantes.
Según el INEGI, en el 2020 había mil 360 personas y en el 2010 eran mil 716.
"Ya muchos se fueron a buscar vida a otros municipios vecinos", explicó un ex funcionario municipal, "(los que quedan) son unos 30 en el Casco y unos 50 en el resto de las rancherías, muchos son familia del Alcalde, ex Alcaldes, ganaderos y párele. La prole nos movimos con familia o amigos.
"Sabemos, y no es para menos, que ahí no vive nadie, ¿quién se queda a ver cómo pasan estas gentes y uno con las ganas de que ni nos vean?", agregó.
"Es una vida muy triste, te escondes, no prendes nada en la noche, sólo oyes el ruidal de las camionetas, los balazos. Esto no es vida".
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