El gobierno de Francisco Javier García Cabeza de Vaca no puede sino definirse de esta manera. A solo un par de meses de que termine su gestión administrativa y desde su llegada al frente del Ejecutivo del estado, el hoy prófugo y desaforado gobernador ha cometido un sinfín de arbitrariedades que han dejado prácticamente destruido a Tamaulipas.
Desde políticas públicas dictadas en contra del propio pueblo, hasta crímenes de lesa humanidad. No se diga todo lo que ha acumulado de riqueza mal habida, según se desprende de las propias imputaciones que yacen en su contra en la Fiscalía General de la República, delitos que muy probablemente en efecto haya cometido, y que se encuentran judicializadas en sendas carpetas de investigación ante las autoridades hasta el día de hoy, en suma, incompetentes.
No hay que olvidar que además de las órdenes de aprehensión que han sido otorgadas por distintos jueces, así como el Juicio de Procedencia emitido por la Cámara de Diputados en contra de Pancho Cabeza para ejercer acción penal en su contra, van por los delitos de delincuencia organizada, operaciones con recursos de procedencia ilícita, así como defraudación fiscal equiparada.
También hay que recordar que este tristemente célebre personaje ha armado en su defensa un grupo compacto de ex colaboradores del espurio Felipe Calderón, tales como Roberto Gil Zuarth, Salvador Vega Casillas, Javier Lozano, Jorge Manzanedo Quintana, Max Cortázar e Irving Barrios Múgica, entre otros, quienes han entablado una andanada de bandazos y chicanadas inconstitucionales que rayan más bien en malandrinadas.
Para ello, en una total, ya no se diga, falta de respeto a la división de poderes, sino una clara manipulación y prostitución, tanto del Poder Judicial, pero mas descaradamente, del Legislativo Local, en donde han llegado a usarlos al extremo más burdo de torcer la ley con el único objetivo de blindarse mutuamente en manos de quienes son los indicados de crear y respetar las leyes, optando estos últimos -porque al final de cuentas son libres, mayores de edad y en pleno goce de sus facultades- no solo por violarlas y adecuarlas a sus propios intereses faltado al juramento de cumplir con la Constitución, sino que en la desesperación de verse acorralados y saberse derrotados, se precipitan al despeñadero terminando por traicionar la inteligencia de los ciudadanos tamaulipecos que los votaron.
Vergüenza les debería de dar a estos dizque “representantes populares”, que no son ni dignos de representarse a ellos mismos. Y este comportamiento faccioso de los diputados del PRIAN no es privativa de la presente Legislatura, ya se venían cocinando ofensivas directas en contra del pueblo y a favor de solo unos cuantos a los que estos siempre han representado.
Pero, a raíz de haber sido derrotadas sus estúpidas aspiraciones, primero de apuntalar a CDV como candidato a la Presidencia, después de aferrarse al gobierno por medio de trukos, fraudes y trampas, salen ahora con la grosería que representa a estas alturas del partido aventurarse a modificar la Ley mediante una “Fe de erratas” para solicitar más deuda. Vulgar, errática, arbitraria, abusiva, cínica, y corrupta acción legislativa.
ADENDUM
Y así, igual como los diputados del McPRIAN de la presente Legislatura son una fiel calcomanía de su goberladrón, de igual manera resulta ser Luis Alejandro Espino Acosta, hijo del auditor del estado, quien retrata a una verdadera rata queriendo sobornar a regidores de Morena en Reynosa para quedar en una “terna” y así poder sustituir a Makito, de quien asegura, será destituido de la alcaldía por medio de una estrategia en la que participan personajes del gobierno panista del más alto nivel como el secretario de Gobierno, Gerardo Peña Flores, el Fiscal del Estado, Irving Barrios Múgica, y el propio gobernador, Pancho Cabeza de Vaca (Lo cual no debe extrañarnos en lo más mínimo) “… así llegamos, trabajamos de la mano, nos mamamos de billetes y buscamos repetir en la que sigue”, se le escucha decir a este deplorable personaje que representa los valores, por lo menos, de lo que ha aprendido en su casa, no se diga, de lo que ha visto de su progenitor como colaborador cercanísimo y encargado principal del gobierno de Cabeza de Vaca, de cuidar -con supuesto y debido recelo-, de los dineros que ejerce esta corrupta administración.
Esas son las manos en las que estamos. Y si los dejamos, estimado lector, estimada lectora, terminarán no solo por secuestrar el estado de Derecho que, por cierto, ya hicieron con los lamebotas cómplices en el Congreso, sino terminaran por desmantelar al Estado por completo en su conjunto.
Necesitamos de manera urgente el apoyo de la federación, que atraiga los casos para amarrarles las manos a estos ladrones, e iniciar un juicio político, y los penales contra quien resulte, ¡pero ya!.
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