Un segundo del lunes le bastó al presidente Andrés Manuel López Obrador para rechazar el gel antibacterial que se le ofreció instantes previos a su conferencia matutina para la higiene de sus manos, pese a que ha sido una de las constantes recomendaciones de su gabinete de salud a fin de prevenir el contagio de COVID-19. Quizá por eso, este martes la repartición del gel solo fue para los reporteros, camarógrafos, fotógrafos y trabajadores de la Presidencia, quienes antes de ingresar al Salón de Tesorería debían untárselo. Pero ésta parece fue la única medida que se tomó ante la proximidad de la fase dos del coronavirus.
Este martes en la sede del Ejecutivo federal no hubo ningún despliegue especial para detectar personas con síntomas de fiebre, tos o dificultad para respirar, como sí sucedió en la Cámara de Diputados y el Senado de la República donde personal con mascarilla y termómetros medía la temperatura de quienes intentaban ingresar. De pasar el primer “filtro”, se les otorgaba gel antibacterial para sanitizarse las manos.
En Palacio Nacional y afuera no se respetó la receta del gobierno: la sana distancia, que incluye lavado frecuente de manos durante 30 segundos, no saludar de beso, abrazo ni de mano, así como evitar eventos y actividades no esenciales.
En tiempos de evitar actividades no primordiales, desde las 06:00 horas maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación de la Sección 7 de Chiapas mostraron “músculo” reuniendo a decenas de ellos para manifestarse en las entradas de Palacio Nacional e incluso instalaron un plantón en la Plaza de la Constitución para exigir que se frene la “represión económica" que ha ejercido contra ellos el gobernador de la entidad, Rutilio Escandón.
Y adentro, el presidente no canceló sus actividades privadas. Alrededor de las 12:00 horas se reunió con una comisión de maestros para atender sus demandas, encuentro al que asistió la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero y el titular de la Secretaría de Educación Pública, Esteban Moctezuma.
Sobre las calles de Corregidora y Moneda fue posible ver la entrada y salida de miembros del Gabinete, quienes, pese a las recomendaciones, igual que el presidente de la República, se detienen, abrazan y toman fotografías con ciudadanos. Como el titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, a quien antes de su reunión con el Jefe de la Oficina de la Presidencia, Alfonso Romo, un par de señores lo detuvieron para solicitarle una foto, petición que él aceptó e incluyó un intercambio de abrazos.
A punto de ingresar a Palacio Nacional, Jiménez Espriú se contuvo de saludar de mano a los miembros de seguridad del recinto argumentando “Ah, que ya no nos podemos saludar de mano”, lo que causó risas.
En el espacio que de lunes a viernes se realiza la conferencia matutina, no se modificó la distribución de los asientos para los reporteros. En cada una de las filas, se sentaron 12 periodistas, por lo que no faltó quien le gritara al primer mandatario “¿en la conferencia matutina también habrá sana distancia?”.
Y algunos medios de comunicación han comenzado a tomar medidas para salvaguardar la salud de sus reporteros, por lo que dispusieron seguir las conferencias vía remota y otros más alternar el home office con días de calle, lo que se notó en la sala de prensa. Durante el día solo una veintena de reporteros ocuparon alguna máquina para redactar sus textos, cuando en un día cualquiera, previo a la presencia de coronavirus en México, ese espacio era ocupado por más de 30. Algunos medios de comunicación determinaron que durante las próximas semanas no habrá enviados a las giras de presidente.
En sala de prensa tampoco se dispuso del servicio de café. Algunos afirmaron que era una medida para no compartir tazas a fin de prevenir contagios, que hasta este martes sumaban 93 casos positivos en México.
Incluso el Museo de Palacio Nacional continúa recibiendo a turistas nacionales e internacionales, solo fue cerrado por unas horas mientras maestros de la CNTE sostenían una manifestación.
En otros sitios ya se empezaron a tomar medidas de sana distancia como en la Catedral de la Ciudad de México, en donde en sus ocho misas del día pasaron de darse la paz de mano en mano a realizar una reverencia y a recibir la comunión en mano y no en la boca y en sucursales bancarias, en las que se atendió a los clientes por"bloques" ello para evitar el contacto entre personas.
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