Con la detención de Servando Gómez Martínez “la Tuta”, y la captura de Omar Treviño Morales “Z-42”, la hipótesis lanzada a principios de este año por la consultoría estadounidense en seguridad Stratfor, sobre “balcanización” de las grandes organizaciones del narco en México, parece tomar forma. No solo por la fragmentación, sino por el encono de los grupos que se enfrascaron en luchas territoriales, como el caso del cartel del Golfo, donde la falta de liderazgos consolidados ha echado por la borda la idea de “grandes” organizaciones para dejar paso a las “facciones”. El nuevo mapa del narco quedaría dividido en tres amplias regiones: Sinaloa, Tamaulipas y Tierra Caliente.
México, 5 de marzo.- Miguel Ángel Gallegos Godoy es un hombre de 65 años de edad cuyo perfil ha pasado casi desapercibido para los medios de comunicación nacionales. Apodado “el Micheladas”, Gallegos Godoy aparece en reportes de inteligencia del gobierno federal como el hombre fuerte del tráfico de droga por territorio michoacano. Desde mediados del años pasado está considerado como el heredero de las rutas que pertenecieron a Enrique “Kike” Plancarte, el capo muerto en los primeros meses del 2014 y quien junto Nazario Moreno, también fallecido por esas fechas en un enfrentamiento con fuerzas federales, encabezaron la organización conocida como Caballeros Templarios.
La detención de Servando Gómez Martínez, otro de los jefes de ésta organización, vino a fortalecer al grupo del “Micheladas”, un hombre discreto, hecho a la antigua usanza donde se privilegia el negocio por encima de la violencia y la presencia en los medios. Los reportes a los que se tuvo acceso, fechados en la primavera del 2014, señalan que Gallegos Godoy controla las rutas que pasan por Zicuirán, Ario de Rosales, la Huacana, y la sierra oriente michoacana, del municipio de Huetamo hacia el estado de Guerrero. Es decir, el corazón de la Tierra Caliente que une Michoacán con las montañas guerrerense y varios municipios del sur del Estado de México.
El reporte señala que el “Micheladas” se separó desde hace más de dos años de quien fuera su socio, el fallecido “Kike” Plancarte, quien dominó hasta meses antes de su muerte el mercado de mentanfetaminas en Texas. Junto a Gallegos Godoy se menciona a integrantes de la familia González Valencia, apodados “los Cuinis”, encabezados por José María, quien fue señalado como el cerebro financiero del denominado Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG).
Existe una vena familiar que atraviesa el origen y se asienta en la jefatura del CJNG, según los reportes consultados. José María González Valencia, “el Cuini”, cuya familia es oriunda de Aguililla, Michoacán, es cuñado de Nemesio Oceguera Cervantes, “el Mencho”, quien nació en el poblado de Naranjo de Chila, en éste municipio. Oceguera vivió en Nueva Italia, en Uruapan y en Taretán, después radicó un tiempo en Tijuana. Hoy día se sabe que su familia radica en Zapopan, aunque él se mueve entre el área metropolitana de Guadalajara y poblados jaliscienses cercanos a Michoacán como El Grullo. Sobre José María la prensa nacional ha dado cuenta desde el año pasado que como operador financiero de ésta organización del narco, ha realizado inversiones inmobiliarias en la industria hotelera en Guadalajara y la costa de Jalisco. Una nota del diario Reforma de marzo del año pasado, refería que también tenía cuentas bancarias en Europa.
La esposa de Oceguera Cervantes, hermana de los “Cuinis”, es también prima de una de las mujeres que en vida tuvo “Kike” Plancarte, socio hace más de una década del “Mencho”, cuando ambos trabajaban para la organización que encabezaba a finales de los años 90 los hermanos Valencia, líderes del hoy desaparecido cartel del Milenio.
Los hermanos González Valencia están identificados como los “pioneros” en introducir una “metodología” de la extorsión que utilizaban grupos paramilitares en Colombia. Se trataba de un sistema de “inteligencia” que consistía en revisar el registro de sanidad de la secretaría de agricultura, para checar quienes eran los agricultores con amplias extensiones de producción de aguacate, dónde estaban localizadas sus huertas, y cuánto reportaban en ventas por exportación. De la suma de todo ello se imponía una cuota, a quienes se negaban, les secuestraban o asesinaban familiares como herramienta de presión hasta que cedían. La táctica fue copiada por los Templarios quienes hicieron de poblados como Tancítaro, el mayor productor de aguacate, su fuente de financiación “externa” al tráfico de drogas.
Las tres grandes “narco regiones”
La pérdida de liderazgos le ha dado una nueva dimensión geográfica a las zonas donde las organizaciones del narco tienen sus bastiones. La mutación tomó mayor presencia desde febrero del 2014 cuando fue detenido Joaquín “El Chapo” Guzmán. Las “líneas inferiores” a la cúpula del cartel de Sinaloa tuvieron reacomodos en tres entidades: Sonora, Chihuahua y Baja California Sur. Lo que se tradujo en un incremento de autonomía de jefes intermedios de la organización, mandos regionales, manteniendo el control territorial e incrementando su influencia en línea directa con la jefatura que recae en Ismael “el Mayo” Zambada.
La región noroeste del país, que va de Nayarit, Durango, parte de San Luis, Zacatecas y Coahuila, así como la totalidad de los estados de Chihuahua, Sinaloa, Sonora y la península de Baja California, sería el área hegemónica del cartel de Sinaloa o Pacífico, de acuerdo a un análisis de la consultoría estadounidense en inteligencia Stratfor. El documento fechado en enero pasado, es una prospectiva para el año 2015 sobre los reacomodos en las organizaciones criminales dedicadas al tráfico de drogas, los cuales quedaron divididos en una cartografía con tres grandes regiones: Sinaloa, Tamaulipas y Tierra Caliente.
Los estadounidenses señalan que 2015 será el año de la confirmación de la “balcanización” de las organizaciones, fenómeno que ha tenido en el llamado cartel del Golfo el botón de muestra. Desde principios del 2014 la organización que encabezó hasta el año 2010 Jorge Eduardo Costilla Sánchez, “El Cos” y Ezequiel Cárdenas Guillén, “Tony Tormenta” agudizaron los choques al interior entre las diferentes facciones que llevó a que entre ellos comenzaran a pelear con mayor beligerancia por el control de los pasos fronterizos de Matamoros y Reynosa.
Stratfor no los identifica pero la prensa mexicana ha dado cuenta de que los grupos que pelean por la hegemonía al interior del cartel del Golfo, y que en este 2015 iniciaron con mayor violencia los enfrentamientos, son “los Metros” contra “los Ciclones”, en la frontera; y “los Fresitas” contra “los Panteras” en el sur de Tamaulipas.
También en Tamaulipas con ramificaciones en la zona del Golfo y la península de Yucatán, aparecen los Zetas, el grupo paramilitar que ha perdido liderazgo desde la detención en 2014 de su líder Miguel Treviño Morales. Apenas el miércoles 4 de marzo, el gobierno federal anunció la detención de quien lo sustituyó en el mando, su hermano Omar Treviño Morales, alias “Z-42”. En estas semanas la jefatura de la organización, mermada por las detenciones, estaría por definirse aunque la capacidad operativa, con frentes abiertos contra el cartel del Golfo en territorio tamaulipeco, y contra el Cartel de Jalisco Nueva Generación en estados como Veracruz, estaría a prueba para refrendar su hegemonía en sus áreas de control.
Dos de las alianzas que tenían los Zetas, con la organización Beltrán Leyva y los Carrillo Fuentes, se vieron “sacudidas” después de la captura el año pasado de los cabecillas, Héctor Beltrán Leyva y Vicente Carrillo Fuentes. La duda que se plantea es si la ausencia de liderazgos fuertes y consolidados en las tres organizaciones, repercutirá en el mantenimiento y control de sus rutas y territorios.
Stratfor identifica a la Tierra Caliente, que geográficamente abarca la región que une los estados de Michoacán, Guerrero y Estado de México, como la zona donde el Cartel de Jalisco Nueva Generación (CJNG) se alza como la segunda organización hegemónica, después de Sinaloa, con más presencia territorial en el país. Liderados por el “Mencho”, el CJNG se haría con el control del estratégico puerto de Lázaro Cárdenas, por donde entran precursores químicos, además de mantener el dominio en el área de mayor presencia de narco laboratorios y producción de metanfetaminas, como son las zonas serranas de Jalisco y Michoacán.
Al CJNG le favorecería la “balcanización” que se vive en Michoacán y Guerrero, donde la desarticulación de los Caballeros Templarios, devino en el surgimiento de organizaciones locales como “los Viagra” y “Nueva Línea”; mientras en territorio guerrerense pelean “los Rojos”, “Cartel Independiente de Acapulco”, “Guerreros Unidos”, “los Ardillos” y “la Familia”. Todas estas disputas caracterizadas por fuertes episodios de violencia, beneficiarían a mediano plazo a la organización del “Mencho”, el capo que ya está en la mira de las agencias de inteligencia estadounidenses.
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