Felipe Calderón alterna sus días entre las acciones promocionales de su libro autobiográfico "Decisiones difíciles" y, de manera más reservada, acelerar sus contactos con los gobernadores del PAN para propiciar una alianza de cara al 2021 entre dicho partido y su propio sello, México Libre, que tiene en Margarita Zavala a su figura central.
ERA LA SOLUCION Y RESULTO OTRO PROBLEMA:
La realidad es que, según se desprende de esos intercambios, los gobernadores panistas hoy por hoy están más cerca de jugar con Calderón que de volver a la replicar la alianza del 2018 con Movimiento Ciudadano y lo que quede del PRD. Esto último es lo que pretende Marko Cortés.
Solo habría dos excepciones que insisten con la formula que llevó al fracaso a Ricardo Anaya en la última presidencial. Por un lado Javier Corral, que quiere volver a replicar la transversalidad, y por el otro Francisco Domínguez, que está condicionado judicialmente en el escándalo de la Caja Libertad.
Con el paso de las semanas se va a hacer más evidente esa brecha entre lo que se decide en el partido y lo que prefieren los gobernadores.
En los lugares donde se juegan gubernaturas el acuerdo no implica grandes conflictos porque Calderón está eminentemente concentrado en San Lázaro, donde quiere conseguir una bancada de por lo menos 30 legisladores federales.
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