A pesar de las restricciones pandémicas en ambos lados de la frontera, los carteles en el norte de México continúan enfrentándose regularmente con sus rivales y las fuerzas de seguridad. Las estadísticas de delitos más recientes publicadas por el gobierno federal de México indican que la violencia está aumentando a pesar de las medidas de bloqueo del Coronavirus (COVID-19).
Uno de los tiroteos más recientes tuvo lugar la semana pasada, justo al sur de la frontera con Estados Unidos, desde el refugio Santa Anna Wildlife, donde se enfrentaron pistoleros del Cártel del Golfo y la policía de Tamaulipas. Después del ataque inicial, hombres armados en camionetas intentaron huir y emprendieron una persecución a alta velocidad a través de los caminos de tierra que conducen al Puente Internacional Pharr-Reynosa. Un oficial resultó gravemente herido cuando se cayó de la parte trasera de un vehículo policial.
En otro enfrentamiento, un grupo de hombres armados del Cártel del Golfo en un SUV negro intentó emboscar a un escuadrón de la policía de Tamaulipas en Matamoros. Un oficial sufrió heridas de bala. Los pistoleros lograron escapar.
También la semana pasada, un grupo de hombres armados del Cártel del Golfo se enfrentaron con oficiales a lo largo de la carretera que conecta San Fernando con Reynosa. Los pistoleros chocaron su vehículo e intentaron escapar. Oficiales de policía rescataron a una víctima de secuestro.
Un choque similar tuvo lugar cerca de Nuevo Progreso, justo al sur de Progreso, Texas, cuando las fuerzas policiales estatales y federales se enfrentaron con un convoy de carteles. No se reportaron heridos.
Las batallas regulares con armas de fuego se producen mientras los funcionarios trabajan para mantener las calles despejadas y detener la propagación del coronavirus.
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