La pesadilla de Claudia comenzó por WhatsApp. Era 2018, cuando Aarón Iván, uno de sus alumnos, compartió una foto de ella de espaldas en el salón de clases, en un grupo que tenían con los demás estudiantes. Junto a la foto escribió: “Le mandé un inbox (sic) y está súper loca”, e insinuó que ya había tenido relaciones sexuales con ella, sin importarle que la propia Claudia estaba en ese grupo. Fue el principio de un horror en que las autoridades abandonaron a la víctima.
deshonrando el uniforme:
En ese “inbox” de mayo de 2018, Iván le dijo a Claudia que quería tener relaciones sexuales con ella. Claudia tenía 36 años y era su profesora de Inglés en el Centro de Estudios Superiores Navales (Cesnav), que en ese entonces dirigía el Almirante Ricardo Gómez Meillón y que pertenece a la Secretaría de Marina (Semar).
A diferencia de sus alumnos, Claudia no era marina. Antes de entrar al mundo naval, daba clases particulares de inglés y danza en centros comunitarios de la Ciudad de México. No se imaginaba que al pisar por primera vez esta escuela su vida cambiaría para siempre.
El inicio del acoso
Desde los primeros mensajes, Claudia le pidió a Iván que no la molestara más. Y cuando denunció a su alumno con las autoridades del Cesnav, él le envió audios diciéndole que “estaba loca y que no hiciera más grande las cosas”.
“Ya, para mí nunca ha pasado nada, sigo siendo tu alumno y sigo yendo a clases normal, si tú quieres hacer algo, adelante, me vale v*rga, me vale v*rga, me vale v*rga”, dice el cabo en uno de los audios en poder de Cuestione. Pero el acoso fue más grande.
El 8 de junio de 2018, el cabo tocó a la puerta de su casa, para “aclarar las cosas”. Pero no fue así. Entró, forcejeó con ella, la golpeó y violó. Aquel día cambió su vida para siempre. “Yo sabía que él me podía matar”, relata Claudia a Cuestione.
El 8 de junio de 2018, el cabo tocó a la puerta de su casa, para “aclarar las cosas”. Pero no fue así. Entró, forcejeó con ella, la golpeó y violó. Aquel día cambió su vida para siempre. “Yo sabía que él me podía matar”, relata Claudia a Cuestione.
El mismo día de la violación, Claudia fue al Hospital Naval de la Secretaría de Marina. Al principio se negaron a atenderla, pues decían que tenía que irse a la Fiscalía de Delitos Sexuales porque ellos no tenían médico legista. Aunque después de ver cómo venía golpeada y llorando, el personal jurídico del hospital decidió atenderla “para no meterse en problemas”, recuerda Claudia.
Fue así que el 2 de julio abrieron el oficio 1627/18, en el que el Departamento de Urgencia del Hospital Naval, da cuenta que Claudia llegó el 9 de junio golpeada y con rasgos de agresión sexual en su cuerpo, de acuerdo con el documento del cual Cuestione tiene copia. Sin embargo, esto no fue prueba suficiente para que la Semar le creyera.
El 11 de diciembre de 2018, Alejandro Encinas, subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), envió una carta al Almirante Secretario, José Rafael Ojeda Durán, quien, al igual que Encinas en su nuevo puesto, tenía 11 días al frente de la Semar, y le pidió que atendiera el expediente de Claudia en calidad “de urgente”.
Su caso es uno de los cinco que ha registrado la Secretaría de Marina (Semar) desde 2016, cuando se puso en marcha por primera vez un protocolo de actuación dentro de la dependencia, para atender casos de hostigamiento y acoso sexual, de acuerdo con la solicitud de información 000130004379. Sin embargo, esta cifra podría ser mayor, pues no todos los casos se registran o se investigan, tal como documentó Cuestione.
Caso cerrado
En enero de 2019, Luz, mamá de Claudia, increpó públicamente al Almirante Ojeda Durán, durante la comparecencia en la Cámara de Diputados para exigir que se investigara el caso de su hija: “Yo le suplico justicia, ¿quiere que se lo suplique de rodillas? Lo haré, por favor.”
“Si me permite, señora, yo la recibo con todo gusto y se va a aplicar la ley con toda transparencia y a fondo”, prometió el Almirante Rafael Ojeda Durán.
Pero Ojeda Durán ya conocía el caso desde septiembre de 2018, cuando era inspector y contralor general de la Semar y recibió el documento D/2271/SGDQP499/2018. Ese año dijo que la dependencia “no era competente” para hacer la investigación sobre la conducta del cabo ni podía ordenar medidas cautelares para la seguridad de Claudia.
Por eso es que a Claudia no le sorprendió que la Semar dijera que el expediente de Claudia estaba “concluido”, pues no había pruebas suficientes para inculpar al cabo. Además, en una reunión previa con Ojeda Durán, les dijo a ella y a su mamá que “aquí no hay nada que resolver”.
Cuestione solicitó entrevista con la Semar para conocer su postura al respecto, pero hasta el momento de la publicación no han respondido.
La vida de Claudia se divide en un antes y después de violación. La que recuerda es que antes de ese 8 de junio era una mujer feliz, que le gustaba rescatar animales de la calle, practicar danza y dar clases de Inglés. Pero ahora, esa luz siente que se apagó.
Hay días de mucha tristeza, días en los que hasta bañarse es un trabajo difícil. Se quedó sin empleo y sin tranquilidad, pues recibió constantes amenazas por parte de su agresor. Tuvo que cambiarse de casa.
Claudia también se alejó de sus amigos, y cada que sale de su casa lo hace con una navaja, pues las secuelas que deja una violación son irreparables, dice. Ella ha tenido que pagar todos los medicamentos y terapias que llevó después, pues en la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) se limitaron a darle sólo 12 sesiones.
La revictimización para Claudia
Incluso la propia Secretaría de la Marina reconoció que hubo una “inobservancia” por parte de Aarón Iván, es decir, que hubo una falta de disciplina y norma al Pronunciamiento de Cero Tolerancia al Hostigamiento Sexual y Acoso sexual, como consta en el expediente con número de folio 3569DIG231/18 con fecha 4 de julio de 2018, de la Unidad de Promoción y Protección de los Derechos Humanos, a cargo del Vicealmirante Hilario Durán Tiburcio.
La única solución que había ofrecido la Cesnav fue dar de baja al cabo el 6 de junio 2018 (tres días antes de que Iván fuera casa de Claudia y la violara). A él le dijeron que había sido por ausentarse en cinco ocasiones en clases, sin embargo, las autoridades del Cesnav, le aseguraron a Claudia que su baja fue por el acoso sexual que sufrió.
Después de todas las batallas que Claudia dio en la Semar, también inició una denuncia en la entonces Procuraduría General de la Justicia de la Ciudad de México (PGJCDMX) y, aunque hubo dos audiencias con el juez Joel de Jesús Garduño, el cabo nunca fue vinculado a proceso, pues a pesar de tener las pruebas mínimas “desestimó mi dicho y juzgó con cero perspectiva de género”, dice Claudia.
Cuando una mujer en las fuerzas armadas y de seguridad denuncia un caso de acoso o violación, es revictimizada y castigada, como ya había documentado Cuestione.
El “castigo” para Claudia fue haber sido señalada como “loca”, mientras su agresor quedó en impunidad, con el respaldo de la Semar y del gobierno que asegura ser el “más feminista de la historia”.
fuente.-
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