El certificado ISO 9001:2015 que ha sido “cacaraqueado” por el Diputado Presidente de la Junta de Gobierno,el ex-panista ahora Morenista y Americo Villarreal,el gobernador “chamuscado” de Tamaulipas,está siendo utilizado como símbolo de honradez, eficiencia y transparencia del Congreso local, presentándolo mediáticamente como un aval de buena gestión y ética pública para que ciudadanos aplaudan.
Sin embargo, el verdadero alcance y valor de este certificado es mucho más limitado y técnico, y existen serias dudas -documentadas académicamente- sobre su uso como sinónimo de integridad o eficiencia institucional.
¿Qué significa realmente el certificado ISO 9001:2015?
- Acredita que existe un sistema de gestión de calidad documentado y auditado, pero no garantiza ni la honradez, ni la eficiencia real de los procesos, ni la ausencia de corrupción.
- El auditor externo solo verifica que los procedimientos están formalmente implementados, no que los resultados sean óptimos o que la organización sea ética o eficiente en su operación diaria.
¿Cómo se falsea o manipula la obtención de este certificado?
Según estudios académicos y reportes internacionales, existen varias formas de manipular o falsear la obtención del ISO 9001, tanto en el sector privado como en dependencias públicas:
- Engañar a los auditores: Presentar documentación o encuestas de satisfacción fabricadas o alteradas para mostrar cumplimiento ficticio.
- Simular procesos solo para la auditoría: Implementar los procedimientos únicamente durante la visita de los auditores, pero no en la operación cotidiana.
- Sobornar a auditores o elegir organismos poco exigentes:Pagar o buscar certificadoras que no realicen auditorías rigurosas, obteniendo el certificado sin cumplir realmente los estándares.
- Falsificar certificados: Crear documentos apócrifos o adquirir certificados de entidades no acreditadas.
- Implementar el sistema solo en el papel: Documentar procesos para cumplir el requisito, pero no aplicarlos en la práctica real.
¿Qué dice la evidencia sobre corrupción y certificación ISO 9001?
- El nivel de corrupción de un país influye en la proliferación de certificados ISO 9001, ya que en contextos donde la ética es débil, es más fácil obtener el certificado sin cumplir los requisitos de fondo.
- El estudio citado (…en el PDF adjunto) concluye que muchas organizaciones buscan el certificado solo para mejorar su imagen y no para transformar realmente sus procesos, y que la corrupción puede facilitar la obtención de la certificación a bajo costo y sin cambios reales.
- En países con mayor corrupción, la certificación ISO 9001 se utiliza como “credencial de calidad” para compensar la falta de prestigio institucional, aunque el proceso esté viciado.
¿Por qué se usa como propaganda?
- El certificado ISO 9001:2015 se ha convertido en un instrumento mediático y político para proyectar una imagen de transparencia y eficiencia, aunque en la práctica solo garantiza la existencia de procedimientos formales, no su cumplimiento efectivo ni la integridad de la gestión.
- En el caso del Congreso de Tamaulipas, la entrega del certificado se ha publicitado como un logro de “transparencia” y “orden administrativo”, pero esto esta muy lejos del equivalente de una garantía de honradez o eficiencia real.
Cambios y cuestionamientos recientes
- La literatura internacional y casos recientes han generado presión para reformar los procesos de certificación ISO 9001 y endurecer los controles sobre las auditoras, debido a la proliferación de prácticas corruptas y certificados sin sustento real.
- Se ha detectado que algunas certificadoras han perdido credibilidad o han sido reemplazadas por otras más estrictas, precisamente por estos escándalos de corrupción y simulación.
En conclusión:
El uso mediático del certificado ISO 9001:2015 por parte de Humberto Prieto y el Congreso de Tamaulipas como sinónimo de honradez y eficiencia es, en el mejor de los casos, una exageración y, en el peor, una estrategia de propaganda.
La evidencia muestra que este tipo de certificaciones pueden ser obtenidas sin cambios reales y, en contextos de corrupción, incluso mediante prácticas fraudulentas. El certificado solo avala la existencia formal de un sistema de gestión de calidad, pero no garantiza resultados, ética ni eficiencia institucional.
Con informacion: LARAZON/ MEDIOS
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