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sábado, 9 de noviembre de 2024

“APLAUSOS a lo COSMETICO ? “: “SEDENA CAMBIA su ACRONIMO y AHORA sera DEFENSA”…en eso andamos ocupados.


A partir de hoy, el acrónimo de la Secretaría de la Defensa Nacional ya no será “Sedena” sino “Defensa“, cambio realizado con el objetivo de ensalzar el principal objetivo de esta corporación armada, comunicó el Ejército y dijero,cuenta con el aval de la Presidenta Claudia Sheinbaum.

“Con autorización de la Presidenta de la República y Comandanta Suprema de las Fuerzas Armadas, el acrónimo Sedena para identificar a la Secretaría de la Defensa Nacional, fue sustituido por la palabra ‘Defensa’”, informó.

“Lo anterior, obedece a que la palabra ‘Defensa’, se asocia de una mejor manera a la institución con su misión primigenia, referente a la defensa exterior de la federación contenida en el artículo 89, Fracción VI de la Carta Magna; y además, vincula a la institución con su atribución de formular y ejecutar los planes y órdenes para la defensa del país cuando sea necesario, establecida en el artículo 29, Fracción VI de la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal”, explicó.”Este cambio permitirá a la sociedad mexicana e instituciones nacionales e internacionales, tener más claridad de la función principal de la Secretaría de la Defensa Nacional y una mayor comprensión y coordinación de todas las actividades que se realizan en este rubro en beneficio de los mexicanos”, apuntó.

La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) se creó el 1 de noviembre de 1937, cuando el entonces Presidente Lázaro Cárdenas así lo instruyó y llevaba el nombre de Secretaría de Guerra y Marina.

Aunque lo único que cambia ahora es el acrónimo y seguirá llevando el mismo nombre, desde hace 87 años no se realizaba un cambio en la denominación de esta corporación militar.

Ésta es una dependencia del Poder Ejecutivo Federal y está integrada por el Ejército y la Fuerza Aérea Mexicanos. La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) fue creada el 25 de octubre de 1937, con el objetivo de defender la integridad, la independencia y la soberanía nacional, y garantizar la seguridad interior y auxiliar a la población civil en casos de emergencia.

A lo largo de la historia su denominación sufrió diversas modificaciones: Secretaría de Estado y del Despacho de Guerra y Marina; Ministerio de Guerra y Marina, y Secretaría de Guerra y Marina, hasta llegar a la creación de la institución actual.

Para separar las funciones de la Sedena y las de la Armada marítima, el 31 de diciembre de 1940 se estableció que el Departamento de Marina Nacional se elevara a la Secretaría de Estado, creándose la Secretaría de Marina.

El reciente cambio del acrónimo de la Secretaría de la Defensa Nacional de “Sedena” a “Defensa” puede considerarse una medida superficial y poco trascendente por varias razones:

Impacto limitado en las operaciones

El cambio de nombre no altera las funciones ni la estructura fundamental de la institución. Las responsabilidades y tareas de la Secretaría seguirán siendo las mismas, independientemente de cómo se le denomine en forma abreviada.

Costos innecesarios

Este tipo de modificaciones suelen implicar gastos en diversos aspectos:

  • Actualización de papelería oficial
  • Cambio de señalización en edificios y vehículos
  • Modificación de documentos y sistemas informáticos

Estos recursos podrían destinarse a áreas más críticas dentro de la propia institución o en otros sectores prioritarios para el país.

Confusión temporal

El cambio puede generar cierta confusión entre la población y los medios de comunicación acostumbrados al acrónimo “Sedena”. Esto podría resultar en malentendidos o errores en la comunicación durante el período de transición.

Falta de justificación clara

No se ha proporcionado una explicación convincente sobre los beneficios tangibles que este cambio aportará a la institución o al país en general. Sin una justificación sólida, la medida puede percibirse como un mero ejercicio de imagen sin sustancia real.

Distracción de temas importantes

El enfoque en este tipo de cambios nominales puede desviar la atención de asuntos más urgentes y relevantes relacionados con la seguridad nacional y las fuerzas armadas.

En conclusión, aunque el cambio de acrónimo de “Sedena” a “Defensa” ha sido avalado por la Presidenta Sheinbaum, se puede argumentar que esta modificación es principalmente cosmética y no aborda las cuestiones fundamentales que podrían mejorar el funcionamiento y la percepción pública de la institución. 

En un contexto donde existen desafíos significativos en materia de seguridad y defensa, este tipo de cambios pueden ser vistos como superfluos y desconectados de las necesidades reales del país.

Con informacion: ELNORTE/

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