"Cuando tenía 10 años un primo mío mayor me besaba mientras estaba dormida y me tocaba en partes íntimas. Yo me hacía la dormida por pena y nunca le dije a nadie por el miedo de qué diría mi primo. Ya tengo 16 y sigo con el miedo". 10 años, ASFM
Este es uno de los cientos de relatos de acoso o abuso sexual que sampetrinas han enviado de forma anónima al Instagram de Mujeres San Pedro (@mujeressanpedro), abierta el 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer.
Las creadoras de la página, mujeres originarias de San Pedro, prefieren mantenerse en el anonimato, pero comparten en entrevista por escrito su motivación para generar este espacio: están cansadas de que en San Pedro nieguen que esto ocurre.
"Surgieron conversaciones con amigos, amigas, padres de familia, maestros y maestras", relatan.
"Y al hablar de temas como violación, feminicidios y acoso, siempre se acababa la conversación con la frase: 'Lo bueno es que en San Pedro no pasa'. Frase que por mucho tiempo nosotras mismas creímos".
A la fecha, las administradoras de Mujeres San Pedro han recibido más de 520 relatos: más de la mitad son de menores de 20 años.
Por medio de un formulario de Google que han compartido en chats y que está en la cuenta de Instagram, mujeres han escrito su historia. Se les pide poner su edad y nombre del colegio o universidad donde estudian o estudiaron. Algunas ponen la edad en la que fueron agredidas y otras omiten su institución educativa.
"Llenas de impotencia comentábamos que sentíamos que nadie nos escucha", explicaron, "y que nadie hace nada.
"Justo ahí surgió la idea: '¿Por qué no hacemos una cuenta de Instagram en donde podemos subir nuestras historias y que la gente nos escuche?'".
Son casos de estudiantes o egresadas del Colegio Americano, Instituto Americano de Monterrey, PrepaTec, UDEM, y los colegios San Roberto e Inglés, Cecvac y Necalli.
También, del Liceo de Monterrey, Euroamericano, Brillamont, Himalaya, Facultad Libre de Derecho y Tec de Monterrey, entre otros.
Hay historias donde han sido abusadas sexualmente por compañeros luego de que les dieron bebidas adulteradas. Otras donde los agresores han sido los padres, tíos, primos, amigos. Narran abusos en campamentos, viajes, fiestas, antros, escuelas, casas.
Incluso cuentan casos de abusos que ocurrieron cuando tenían 4 ó 5 años de edad.
"Lo que predomina en las denuncias es que la mayoría de las mujeres nunca lo han dicho o platicado con alguien porque sufren vergüenza, asco o pena", contaron las creadores de la cuenta.
"Tienen miedo de decirle a sus amigas o a sus papás, porque piensan que no les van a creer o las van a juzgar. La mayoría de las mujeres conocen a su acosador y le tienen un cierto nivel de confianza".
Primer paso: reconocerse sobreviviente
La psicóloga y sexóloga clínica Karla Urriola explica que la violencia sexual es muy compleja de identificar, por lo tanto es difícil hablarla y pedir ayuda.
"Hablamos poco, educamos poco, entonces reconocer que algo te pasó lleva tiempo", indica Urriola. "Para muchas de las personas que plantean su relato les costó trabajo saber qué pasó".
"Estos espacios ayudan a identificarte, a reconocer... Y yo te diría que también es un paso bien importante entre ser víctima y ser una sobreviviente".
Urriola detalla que cuando una mujer da el salto para pasar de víctima a sobreviviente entiende que no es responsable de lo sucedido y puede transformar el dolor para darle un sentido diferente a lo vivido. Con alzar la voz busca una justicia social y logra que otras se identifiquen.
En algunas historias estuvo de por medio el alcohol y unas mujeres no recuerdan todo lo ocurrido, lo cual también las hace sentir culpa.
Sin embargo, especialistas recalcan que no importan las condiciones en las que estaba: una mujer nunca es culpable de ser violentada.
"Culpar a la víctima siempre es revictimizar", expone Mariana Gabarrot, especialista en género y profesora de la Escuela de Humanidades y Educación del Tec de Monterrey.
"Aunque tomes, nunca nadie debería de ser violentada... Nunca, no importa que hayas hecho tú, nunca debes de ser violentada".
Una realidad que persigue a todas
La cuenta de Instagram @mujeressanpedro es una muestra de que la violencia de género, el silencio y la revictimización atraviesan las clases sociales, señala Mariana Gabarrot especialista en género y profesora de la Escuela de Humanidades y Educación del Tec.
"Son como una vía para manifestar lo que nadie quiere escuchar. Se dan cuando hay muchos silencios y pocos canales de escucha", dice. "Son un síntoma de violencias de género que no están visibilizadas y también es una manera de las mujeres que al unirse y hablar en colectivo evitan la revictimización: así nació el #MeToo".
Las creadoras de la cuenta de Instagram sienten que en San Pedro "hay un 100 por ciento de negación" a aceptar este tipo de situaciones por el "qué dirán".
Señalan que los hombres actúan en la impunidad porque nunca ha habido un castigo para ellos. A eso se suma que hay casos donde la propia familia les pide a las mujeres guardar silencio.
"La mayoría sabe que son intocables, porque saben que las mujeres tienen miedo de hablar", dicen las creadoras de la cuenta.
"Inclusive adultos han comentado que esto no sucede y que son publicaciones falsas, negados a creer que estas mujeres pueden ser sus hijas, amigas, hermanas o conocidas".
Con este espacio buscan concientizar a la sociedad y a colegios para que la violencia de género deje de ser un tabú, haya una mayor educación y se tomen acciones cuando detecten un hecho violento.
"Como sociedad hemos asociado la idea de que el dinero es sinónimo de educación y ética, que somos privilegiados y por tal no hemos sufrido de acoso", dicen las creadoras de la página.
"Sin embargo, es una realidad que nos persigue a todas, sin importar tu estatus social".
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