Los operativos especiales y la incorporación de miles de elementos del Ejército y de la Guardia Nacional no han frenado la violencia en Michoacán.
Masacres, asesinatos de Alcaldes, ataques contra periodistas, balaceras y grupos criminales controlando regiones marcan el Estado gobernado por el morenista Alfredo Ramírez Bedolla.
En lo que va del año, se han registrado 694 homicidios dolosos, de acuerdo con las cifras oficiales.
En enero hubo 234 asesinatos, cifra que subió 6.8 por ciento en febrero, cuando se registraron 250 muertes.
En marzo sumaban 210 víctimas hasta el domingo, según el registro diario de homicidios de la Secretaría de Seguridad federal.
Pero apenas el domingo una nueva matanza sacudió a Michoacán con la ejecución de al menos 20 personas en un palenque clandestino de Zinapécuaro.
La violencia es atribuida a la disputa que mantiene el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con otras organizaciones como Cárteles Unidos.
Pese a la ola de violencia, Ramírez defendió ayer la estrategia de seguridad al afirmar que va en "ruta correcta" y las ejecuciones son "reacciones violentas" al rompimiento de las inercias del pasado.
"Hay operativos diarios, hay toda una estrategia echada a andar, cuesta trabajo, tiempo, para que comience a dar algunos resultados, pero estoy seguro que vamos en ruta correcta", dijo.
Ramírez Bedolla sostuvo que las "reacciones violentas" de la delincuencia organizada son consecuencia del rompimiento de las inercias del pasado.
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