“Él es de Mataulipas”. “¿Eres de Mataulipas? digo Tamaulipas jajaja”. “Allá está feo ¿verdad?” “¿Cómo es vivir entre los balazos?”. Estas son frases jodidas que los y las tamaulipecas tenemos que escuchar y tolerar al presentarnos ante nuevas personas o en la sobremesa con amigos de otros lugares, donde incluso Cabeza de Vaca es "tema",pues es el único gobernador del pais con amparo y acusado de delincuencia organizada en el cargo en vías de ser detenido,dijo recientemente el Fiscal General de la Republica (FGR).
Para el resto del país -y eso que en Guanajuato, Michoacán, Jalisco, Nuevo León, Coahuila, Sinaloa, Ciudad de México, Quintana Roo, Colima, Zacatecas, Sonora el crimen tambien campea,estamos apestados y apestadas por la barbarie producto de la estrategia fallida de todos los niveles del gobierno que con mas o menos responsabilidad "no tienen nivel, ni estatura a la altura de los problemas".
Esta percepción hay que aceptarla y trabajarla desde la sociedad. Y los gobiernos deben admitir la realidad que nos marca desde hace décadas.
El gobernador Francisco García Cabeza de Vaca ha repetido hasta el cansancio que Tamaulipas ya no es el mismo de hace 5 años y medio. El Observatorio Nacional Ciudadano "cabildeado y previamente consensuado" con Cabeza de Vaca busco ángulo para reconocer una baja del 28% en la comisión de los delitos de homicidio doloso, secuestro, robo a casa habitación, a domicilio y vehículos cuyas cifras son maquilladas por el gobierno de Cabeza de Vaca y no dijeron nada, de las ejecuciones de alto impacto, cometidas muchas por su policia,de los levantones de gente que "nunca aparece",la extorsion como deporte exclusivo de los carteles del golfo,zetas y tambien de la policia de cabeza de Vaca,de las zonas intransitables en Tamaulipas,la carretera que recorre la llamada frontera chica y la del terror de Nuevo Laredo a Monterrey,escenario de mas de 200 desapariciones en carretera,particularmente en el km-26,ya en tramo de Nuevo laredo en Tamaulipas,cometidas por Zetas desde octubre de 2020.
Aunque el estado de las cosas,es tolerable en algunos sitios donde la violencia silenciosa es menos estruendosa, la actividad criminal no cesa en todo Tamaulipas y esta bajo el control del narco que ayudo a Cabeza de Vaca a duplicar la cifra de desaparecidos,Tamaulipas es un rosario deshonroso de distinciones en materia de delitos con cabeza de Vaca al frente del gobierno,mas alla de la perorata oficial secundada por la prensa acallada con las mismas contribuciones de los ciudadanos. 
Por ejemplo, la semana pasada charlé con una persona de Nuevo Laredo -que por obvias razones guardaré su identidad- sobre la situación en la ciudad fronteriza. Al final de la charla me dijo: “tenemos miedo que entre otro grupo (delincuencial), porque los de aquí nos conocen, nos respetan, y si vienen de otros, de afuera serán sanguinarios y atacarán al pueblo”.
En esa misma plática, la persona admitió que su círculo cercano no se siente seguro con la llegada de cientos de militares y policías estatales al municipio. “Ellos no se van a meter cuando ‘levanten’ a alguien en el Oxxo o en la calle”, dijo.
Así las cosas en Tamaulipas, donde estos pensamientos y sentimientos -no generalizo- se han asentado en lo profundo de la psique de cada región y localidad según la experiencia al encontrarse con los grupos criminales y las fuerzas del Estado.
Claro que no es lo mismo en Tampico, Altamira y Ciudad Madero que en Reynosa-Río Bravo, Matamoros-Valle Hermoso, Nuevo Laredo-la ribereña. Ni qué decir de la zona centro, colocada dentro de la alerta máxima emitida el martes por el gobierno de Estados Unidos.
Tal vez la región con menos foco mediático es la Cañera -cuna del virtual candidato panista César Verástegui-, pero ahí desde mediados del año pasado hay una confrontación de baja intensidad por el territorio, especialmente en la frontera con San Luis Potosí.
La realidad no es una, son diversas situaciones que imperan en la entidad. El gobernador Cabeza de Vaca apunta su máximo logro a la seguridad en las carreteras, pero él y el presidente saben que la violencia golpea en la frontera ,el centro y en el sur de Tamaulipas de manera silenciosa.
Desde fuera de Tamaulipas, 4 casos bastan para sustentar el “Mataulipas”: la masacre de migrantes en Camargo cometida por la Policia Especial del Gobernador "GOPES", la matanza en Reynosa del Cartel del Golfo, el intento de “Culiacanazo” en Nuevo Laredo por una pésima estrategia que repite errores y el asesinato de una familia mientras festejaban los 18 años de un joven en su casa en Victoria en el contexto de la cruenta guerra entre "golfos y zetas" la semana que recien transcurrió,son síntomas de la descomposición que niega el Gobierno de "cabeza".
Pero, desde adentro, sabemos que no no todo es blanco y negro. Y, a la vez, que la realidad tan compleja y la violencia tan prolongada mantiene a la seguridad como la principal preocupación de la población con miras a la elección del 5 de junio. Los precandidatos Américo Villarreal, César Verástegui y Arturo Diez lo tienen claro. Los dos primeros tendrán que asumir los costos de lo que no han podido o querido hacer sus jefes políticos que de facto les heredaran enconos y la lista de enemigos. El tercero, el candidato naranja, desde ya ha hecho uso de 2 problemáticas estatales para lanzar una narrativa asentada en las carencias más longevas de Tamaulipas: la seguridad y la identidad.
En un futuro ¿volveremos a ser tamaulipecos o seguiremos mataulipecos?
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