Un análisis de las principales organizaciones criminales de México revela que los cárteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa registran el mayor número de enfrentamientos con otros grupos delictivos del país.
Al analizar las organizaciones criminales de mayor relevancia en México entre 2011 y 2019, a partir de la confrontación y enfrentamientos, así como su presencia territorial, líderes y actividades, el analista Josué Ángel González concluye que Jalisco Nueva Generación y Sinaloa registran mayor cantidad de eventos de violencia armada con organizaciones rivales.
“Entre 2011 y 2019, el Cártel Jalisco Nueva Generación registró 1 mil 493 enfrentamientos con otras organizaciones criminales; el cártel de Sinaloa, 1 mil 362 eventos; Los Zetas, 745 eventos; el cártel de Juárez, 360 eventos y cártel del Golfo, 340 confrontaciones”, desmenuza Josué Ángel González.
Maestro en ciencias políticas por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y exfuncionario del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), González Torres describe en entrevista los enfrentamientos entre los grupos criminales, su trayectoria, líderes, desarrollo y perspectivas hacia 2030.
Con base en el programa de datos de conflictos de la Universidad de Uppsala, Suecia, que recaba información mundial georreferenciada sobre conflictos, y para el caso mexicano registra datos de enfrentamientos desde los 90 de las partes en conflicto, el analista precisa que el criterio de selección de estos grupos criminales es que cumplen con 300 eventos en el periodo analizado.
Es decir, aclara que, debido a algunas limitaciones metodológicas, no incluye en su análisis todos los enfrentamientos, ni a todas las organizaciones del crimen organizado sino, únicamente, aquellos que cumplen con dicho criterio.
“A mí me llamó mucho la atención que no hubiera tanta información sobre la Familia Michoacana y los Caballeros Templarios y otras organizaciones importantes, por lo que se pueden perder algunos detalles específicos para el análisis”, indica.
EL CJNG, la hegemonía
Entre los grupos criminales con los que ha tenido enfrentamiento el CJNG en el periodo de análisis, destacan el Cártel de Sinaloa, los Zetas, Santa Rosa de Lima, la Nueva Familia, Nueva Plaza y Caballeros Templarios, en ese orden, enuncia González Torres, egresado del Center William Perry en Estados Unidos y el Marschall Center en Alemania. (Gráfica 1)
En la gráfica 1, el investigador ilustra en el mapa con rojo sólido los enfrentamientos del CJNG contra el Cártel de Sinaloa y los Zetas; con una tonalidad más transparente, entre rosa y roja, la magnitud de enfrentamientos en Sinaloa, Colima, Jalisco; y en Quintana Roo con Los Zetas en Veracruz, Tabasco, Chiapas y Oaxaca, y Santa Rosa de Lima en Guanajuato.
La tendencia, prácticamente, cuando surgió el CJNG, tenía alrededor de 25 enfrentamientos al año, pero a través de los años estos se han incrementado hasta llegar a 597 enfrentamientos en 2019, acota. (Tabla 1)
El Cártel Jalisco Nueva Generación surgió directamente del grupo de los Mata Zetas que se conformó hacia 2008, tuvo su independencia hacia 2009-2011, tiene una hermandad con Los Cuinis, conformados por18 hermanos González Valencia, quienes cometen el delito de operación con recursos de procedencia ilícita, básicamente, lavado de dinero, para proveer de recursos a la organización.
Entre los liderazgos más relevantes del CJNG están Nemesio Oseguera Cervantes, el Mencho, el Cuini y la Garra. De esos tres, Abigail González Velencia, el Cuini, considerado líder del grupo delictivo en Michoacán, es el único arrestado, quedan los otros dos hermanos González Valencia.
El analista apunta cuatro ideas fundamentales que caracterizan actualmente al CJNG: es el principal Cártel para la presente administración, tiene una presencia territorial expansionista que se basa fundamentalmente en las alianzas con otros grupos criminales, tiene diferentes tipos de negocios, especialmente, las drogas de diseño, como el fentanilo, así como el enlace principal que establece la relación con los Cuinis a través de la esposa del Mencho, Rosalinda González Valencia.
Considera que romper ese vínculo familiar resulta, a veces, incluso, más importante que la inestabilidad de la misma organización criminal, ya que representaría una pérdida económica muy importante para la organización y el enfrentamiento en la cúpula del cártel.
Por su parte, la consultora Lantía Intelligence advierte que, con corte a 2019, el CJNG tiene 36 células y una escisión (el Cártel Nueva Plaza), registra presencia en todas las entidades con excepción de Sinaloa.
Destaca la alianza con el Cártel de los Arrellano Félix conocida como El Cártel Tijuana Nueva Generación (CTNG) en Baja California; con La Fuerza Anti-Unión Tepito en Ciudad de México y Estado de México; con algunas facciones del Cártel del Poniente en Coahuila; la célula de El Negro en Puebla; así como Los Talibanes (escisión de Los Zetas) en Aguascalientes, Quintana Roo, Tabasco y Zacatecas.
Por otra parte, mantiene enfrentamientos por el control de mercados ilícitos contra el Cártel de Sinaloa en varias entidades, con Los Viagra en Michoacán, y el Cártel de Santa Rosa de Lima en Guanajuato.
Cártel de Sinaloa
Después del CJNG, la organización de Sinaloa es la más relevante en cuanto a riñas entre cárteles. Comenzó a formarse en los 70, su liderazgo está conformado por Ismael, el Mayo Zambada y los Chapitos –Ovidio Guzmán López, Iván Archivaldo Guzmán Salazar, Jesús Alfredo Guzmán Salazar y Joaquín Guzmán López–, nuevos objetivos principales de la justicia norteamericana.
Estas son las organizaciones con las que se ha enfrentado el Cártel de Sinaloa: el CJNG, Cártel de Juárez y Los Beltrán Leyva en Sinaloa y Sonora. Se replica en Baja California Sur, Baja California, Colima, Jalisco, con el Cártel de Juárez se circunscribe a Chihuahua, y con Los Zetas, en Tijuana, fracción Los Damasco y La Mochomera. (Gráfica 2)
Su tendencia anual de enfrentamientos también ha ido a la alza, pero hay dos momentos fundamentales: de 2011 a 2016, cuando más o menos tiene una relativa estabilidad, que pudiera ser la hipótesis de estabilidad en los negocios, y la hegemonía que pudiera tener; y de 2017-2018 cuando hay un incremento debido a enfrentamientos con el CJNG. (Tabla 2)
El Cártel de Sinaloa tiene un modelo empresarial de transporte, producción, organización y de innovación en el uso de las armas inteligentes y tráfico de fentanilo, que han adoptado los grupos criminales para actualizarse. Es decir, son procesos de innovación que no son de hace 20 años, sino lo vienen haciendo desde los 80.
González Torres pronostica que la cúpula del Cártel de Sinaloa en los próximos años va a sufrir resquebrajamientos internos, en los que se va a fortalecer la presencia del Mayo Zambada. “Y yo creo que se va a venir abajo lo que se pensaba que alguien perciba cada vez menos el Cártel de Sinaloa, pues tiene esa perspectiva más relacionada con las redes criminales”, sostiene.
De acuerdo con Lantia Intelligence, el fin del juicio de Joaquín Guzmán Loera, el Chapo, en febrero de 2019 en Estados Unidos –y la sentencia de cadena perpetua de julio– extinguen en alguna medida su capacidad de influencia. Sin embargo, el cártel continúa siendo, junto con el CJNG, el único que cuenta con cohesión para tener operaciones en la mayor parte del país y presencia en Asia, América Latina, Estados Unidos y Europa.
Actualmente el liderazgo del cártel se basa en dos pilares: Ismael Zambada García, el Mayo; y la familia Guzmán Loera encabezada por “los Chapitos”. Según datos de Lantia Intelligence, el CDP dispone de 37 células en 28 entidades del país.
Entre éstas destacan Gente Nueva –conformado por varios brazos armados de mafias afiliadas al cártel– en Chihuahua, Colima, Durango, Guerrero, Nuevo León, Sinaloa y Tabasco.
Cárteles Unidos-La Unión (CU/CDS) –una plataforma de Sinaloa que reúne grupos locales contra el CJNG– en Aguascalientes, Guanajuato, Oaxaca y Michoacán.
La Barredora-El Comando de la Muerte en Colima, Baja California y Ciudad de México; Los Cabrera en Chihuahua y Durango; Los Erres en Baja California y Baja California Sur; Los Zambada en Baja California y Sinaloa; Los Salazar en Chihuahua y Sonora; Los Artistas Asesinos en Chihuahua; y Los Jaguares en Chihuahua.
Cártel de Los Zetas
Para Los Zetas –grupo de protección al fundador del Cártel del Golfo, Osiel Cárdenas Guillén, con características militares que introdujeron altísimos niveles de violencia–, cualquier actividad delictiva que fuera económicamente redituable –tráfico de drogas, tráfico de personas, contrabando, delitos sexuales, etcétera–, explican buena parte de su historia.
Sus alianzas criminales con el Cártel de Sinaloa en el año 2011, ejercen control total en Sinaloa y Tamaulipas, hasta su separación y posteriores enfrentamientos con el CJNG (314), Golfo (311), y Sinaloa (87) y otras fracciones entre ese año y 2019 en la región del Golfo de México. (Gráfica 3)
Su tendencia de confrontación con otras organizaciones criminales registra cierta estabilidad entre 2011 y 2013, disminuye considerablemente entre 2014-2016, y repunta de nuevo en 2017-2019, en paralelo a la pérdida de su presencia nacional, sus disputas con el CJNG en Puebla y Veracruz, así como con la organización del Golfo en Tamaulipas. (Tabla 3)
Sin embargo, González Torres observa que Los Zetas continuará como organización altamente violenta en alianza con el Cártel del Noreste y Los Zetas Vieja Escuela, y que en 2024 podría tener un impacto relevante en la región.
Hay 12 escisiones en igual número de entidades entidades del país, entre las que destacan Cártel del Noreste y su brazo armado la Tropa del Infierno, agrupaciones responsables de generar violencia en Coahuila, Nuevo León, San Luis Potosí, Tamaulipas y Veracruz.
Los Zetas Vieja Escuela en Hidalgo, Quintana Roo, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz; Zetas Sangre Nueva en Coahuila, Puebla, Tamaulipas y Veracruz; y Los Talibanes (actualmente grupo asociado al CJNG) en Aguascalientes, Quintana Roo, Tabasco y Zacatecas.
Cártel de Juárez
Un caso peculiar en la historia del crimen organizado en México es el Cártel de Juárez, fundado en los 90 en la ciudad del mismo nombre en Chihuahua, donde desde entonces controla el trasiego de droga hacia el Paso, Texas. (Grágica 4)
La organización criminal ha mantenido una disputa histórica con el Cártel de Sinaloa de Joaquín el Chapo Guzmán, con sus brazos armados La Línea y Los Aztecas, con quién ha tenido 360 enfrentamientos durante el periodo de estudio. (Tabla 4)
De acuerdo con González Torres, su fortaleza radica en el control de Ciudad Juárez, la cual podría acrecentar de forjar una alianza con el Cártel de Jalisco Nueva Generación, y podría aumentar considerablemente la violencia armada en la región en su disputa con el Cártel de Sinaloa.
Cártel del Golfo
Finalmente, el Cártel del Golfo (CDG), de larga data fundado por Juan N. Guerra que ha sufrido detenciones importantes como sus sucesores, Juan García Ábrego, Osiel Cárdenas Guillén, sus hermanos Tony Tormenta y Ezequiel Cárdenas, así como Mario Ramírez Treviño.
Esta organización ha sostenido batallas con su ex brazo armado Los Zetas, Los Dragones, Los Fresitas, y con fracciones de Los Treviño y Los Villarreal. (Gráfica 5 y Tabla 5).
Según Lantía Intelligence, como en el caso de Los Zetas, el Cártel del Golfo fue pulverizado con operativos federales: primero, en noviembre de 2010, la cabeza de la facción de Los Escorpiones, Tony Tormenta, fue abatido por fuerzas federales en Matamoros, Tamaulipas; y, después en el contexto de la Operación Lince Norte, el 12 de septiembre de 2012 la Armada arrestó a Costilla Sánchez, el Coss.
Aunque continuaron otros capos como Mario Ramírez Treviño, Comandante X20 –capturado en agosto de 2013 por la Semar–, Homero Cárdenas Guillén, el Orejón –falleció de un infarto en 2014– y José Alfredo Cárdenas Martínez, el Contador –sobrino de Osiel Cárdenas Guillén y líder de Los Ciclones, detenido el 19 de marzo de 2019 en San Luis Potosí.
Hoy se registran catorce escisiones del CDG en 11 estados del país. Destacan Los Ciclones en Nuevo León, San Luis Potosí y Tamaulipas; Los Metros en Nuevo León y Tamaulipas; Los Escorpiones y Rojos en Tamaulipas; Fuerzas Especiales Grupo Sombra en Tamaulipas, Veracruz y Oaxaca; y Los Pelones en Quintana Roo.
Tendencias actuales
Las organizaciones nacionales que continuarán hacia 2030 en un segundo nivel de profesionalización estratégica en el mercado de las drogas y frente a la tregua de combate del gobierno mexicano, en medio de un proceso de fermentación que no ha terminado, concluye González Torres.
“Ya no estamos en la década de 1980 que teníamos un Cártel del Pacífico y un Cártel del Golfo; ya no estamos en la década de 1990; ni cuando teníamos Tijuana en 2006-2008, ni en 2011-2012 con la Familia Michoacana y Caballeros Templarios.
Tampoco en 2013 y 2018 que había un registro en la base de datos de 20 organizaciones, locales y regionales, y no necesariamente nacionales, lo cual hay que tomarlo en cuenta para el análisis, pues su fragmentación va ser una necesidad que posiblemente acabe con la idea de que hay cárteles nacionales, como se llama a cualquier cártel sin estructuras de manera incorrecta, subraya.
“Esto tiene que ver con la idea los capos de vieja escuela que detuvieron detrás de Caro Quintero desde que salió de prisión. Y otros como Eduardo Arellano Félix también van a salir y no sabemos a qué se va a dedicar, si se va a regresar a sus actividades en el Cártel de Tijuana o qué va a pasar”, indica el investigador.
El nuevo mercado de las drogas cimbra los cimientos de las “drogas tradicionales” y de las nuevas sustancias psicoactivas, drogas de diseño o drogas químicas que, de hecho, se establecen en el mundo para el año 2030, cuando va haber un aumento del 20 por ciento en el consumo a nivel mundial.
“En ese contexto, el mercado de drogas a nivel internacional y México como actor estratégico en ese tablero, es algo que tenemos que tener en cuenta y considerar el uso de la red oscura, donde los grupos delictivos mexicanos todavía no le entran a fondo, pero estamos esperando a que lo hagan y eso potenciará sus mercado y grado de conflictos de violencia armada”.
De acuerdo con la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos, Stop US Arms to Mexico y el Centro de Estudios Ecuménicos, entre 2007 y 2020 la Sedena reportó 4 mil 995 enfrentamientos entre militares y el crimen organizado, lo que corresponde a más de 350 enfrentamientos armados por año.
Por su parte, la Semar señaló que de 2008 a 2020 participó en 389 enfrentamientos con grupos del crimen organizado, un promedio de 29 agresiones por año. La Guardia Nacional, por su parte, participó en al menos 120 enfrentamientos del 1 de enero de 2019 al 31 de diciembre de 2020.
De todos estos incidentes, la Sedena muestra un mayor índice de letalidad: de 2007 a 2020, del total de 5 mil 374 fallecidos reportados, 5 mil 42 fueron civiles que se presume eran delincuentes, lo que representa un 94 por ciento del total de personas asesinadas.
Por su parte, la Guardia Nacional reportó 44 fallecidos en enfrentamientos, 27 fueron civiles que se presume eran delincuentes, un civil no involucrado y 16 elementos de la Guardia Nacional, en el mismo periodo.
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