La Fiscalía General de la Republica (FGR) se negó a entregar copias de la carpeta de investigación sobre un asesinato, a la hermana de una víctima, alegando que ésta podría filtrar información, ya que meses atrás Animal Político realizó una nota sobre el caso.
José Guadalupe Pacheco Malagón, exmilitar de 49 años, murió baleado junto a otros tres compañeros (Eugenio Cruz Mora, Oscar Valentín Gómez Reyes y Leopoldo Felipe Guerrero López) en una emboscada ocurrida el 13 de agosto de 2020 en Cazadero, municipio de San Juan del Río, Querétaro. Los cuatro formaban parte de una brigada que custodiaba un ducto de Pemex cuando fueron atacados por desconocidos.
Su hermana, Elena Pacheco Malagón, denuncia que no hay avances en las pesquisas y por eso ha solicitado copia del expediente. Un juez de amparo dio la razón a la víctima, que no ha recibido todavía los documentos porque la FGR impugnó la decisión.
“No tengo ningún interés más que saber quién mató a mi hermano”, dice Pacheco Malagón, molesta con la respuesta de la Fiscalía. “Dicen que puedo revelar detalles de la investigación, ¡pero si no hay ningún avance!”, afirma.
Tras el atentado que acabó con la vida de su hermano, Pacheco Malagón fue reconocida como víctima indirecta, es asesorada por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) y ha podido consultar la carpeta de investigación FED/QRO/SJR/0001735/2020 en la sede de fiscalía de Querétaro.
Para no tener que depender de los horarios de los investigadores y poder consultar los avances con más detenimiento, la mujer solicitó copia simple de los documentos, según le corresponde por ley. Sin embargo, el 14 de abril de este año recibió la negativa.
El argumento sorprendió a Pacheco Malagón. Entre sus razones para no darle copia del expediente, la FGR alegaba que Animal Político elaboró una nota sobre el caso, que se puede consultar aquí. En la misma, la hermana de la víctima hace referencia a la carpeta de investigación para explicar que los vigilantes iban bromeando antes de sufrir el ataque y que no existe ninguna línea que señale a posibles culpables.
Además, la fiscalía argumenta que existen más víctimas directas e indirectas y que la fuga de información podría revictimizarlas.
Animal Político consultó con FGR sobre el caso, pero hasta el cierre de la edición de esta nota no había recibido respuesta.
Ante esta negativa la mujer presentó un amparo, que fue resuelto a su favor. En su sentencia, el juzgado tercero de amparo y juicios federales en el estado de Querétaro dice que “en ningún caso la reserva puede invocarse para impedir a la víctima el acceso al expediente de una causa penal, pues la potestad del Estado de evitar la difusión del contenido del proceso de ser el caso, debe ser garantizada al adoptar las medidas necesarias compatibles con el ejercicio de los derechos procesales de las víctimas”.
Así, el juez estima que la carpeta debe estar a disposición de la víctima.
A pesar de la sentencia, Pacheco Malagón no ha recibido todavía las copias de la carpeta ya que la FGR impugnó la sentencia de amparo.
Más allá de la batalla legal por el acceso a la carpeta de investigación, la lucha de esta mujer es por saber quién mató a su hermano. Y al día de hoy, cuando ya ha transcurrido más de un año desde el asesinato, apenas hay explicaciones.
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Aunque una respuesta de Pemex a una solicitud de información de Animal Político puede arrojar algo de luz: el asesinato de los cuatro guardias de seguridad no era el primer ataque que se registraba en la zona y apenas un mes antes, el 5 de julio, trabajadores de la empresa petrolera respondieron a balazos una agresión armada.
“Durante el servicio de patrullaje los trabajadores fueron agredidos por civiles quienes portaban armas de fuego, por lo que estos procedieron a repeler la agresión”, dice esta respuesta.
La afirmación se contradice con otro documento enviado por Pemex a solicitud de la hermana de la víctima en la que se niegan ataques previos.
“No se cuenta con información de que algún grupo de vigilancia de agentes adscrito al departamento de seguridad física en Querétaro hayan sufrido ataques dentro de los seis meses anteriores a la fecha de solicitud”, dice.
Hasta el momento solo se sabe que los cuatro oficiales circulaban en una camioneta de vigilancia de ducto cuando cerca de las 23 horas fueron emboscados por un grupo armado. Recibieron casi 300 impactos de bala aunque en la zona se encontraron más de 450 casquillos, ya que ellos también se defendieron.
Pacheco Malagón ha tratado de buscar pruebas, como las comunicaciones entre su hermano y sus compañeros, o los videos que debieron grabar las cámaras de seguridad aquella noche. Hasta ahora no hay información sobre quién atacó o quién pudo dar la orden.
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