En 2015, la familia de Miguel emitió una denuncia por su desaparición, posteriormente, la Fiscalía del estado les entregó un cuerpo con las mismas características.
“Gracias por hacerme sentir que soy parte de la sociedad”, dice Miguel, testimonio del colapso de la L12.
Eusencio Córdova, quien es hermano de Miguel Córdova, narró que la Fiscalía General del Estado (FGE) de Tabasco les entregó a él y a su familia, un cuerpo y durante seis años pensaron que era Miguel.
El supuesto cuerpo de Miguel, el hombre en situación de calle que narró su experiencia durante el colapso de la Línea 12 del sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro el pasado 3 de mayo, fue enterrado en un panteón de Olcuatitán en Nacajuca, Tabasco.
Según la información recabada, en 2015 después de haber emitido una ficha por la desaparición de Miguel, la Fiscalía les mostró un cuerpo con sus características, mismo que les fue entregado a la familia. Tras convencerse, lo dieron por muerto.
Sin embargo, luego del derrumbe, la familia se sorprendió al ver que Miguel no estaba muerto y que en realidad se encontraba en la capital del país, incluso a través de redes sociales comenzaron a pedir ayuda para poder dar con él.
No obstante, el hermano de Miguel detalló que la Fiscalía les pidió no dar datos de lo ocurrido. “Los de la Fiscalía se contactaron conmigo y me pedían que yo ya no diera ninguna entrevista, yo no me voy a presentar a la Fiscalía porque el error no lo cometimos nosotros, la negligencia fue de ellos”.
Aunque al parecer Miguel no quiere regresar con su familia sus hermanos le piden que al menos se comunique con su madre quien según ellos, está muy delicada; “queremos por lo menos abrazarlo por última vez, saber de él, que esté bien que tenga una mejor vida a la que nosotros vimos por ser de escasos recursos”.
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