No será cualquier domingo, el próximo será de fiesta civil, será el parteaguas histórico de esta ciudad, y todo con nuestro voto, sufragio libre e inteligente de cada uno, el cual casi será mágico, en los resultados positivos que generará.
En serio, lo será para que Nuevo Laredo se dispare hacia un futuro muy promisorio, pues dejaremos atrás tanto a los bandidos del tesoro, como a los malvados responsables del marcado atraso que como ciudad padecemos, por malas decisiones tomadas por esta misma gente tan nefasta, por su enfermiza pasividad en no hacernos crecer.
Los años de malos gobiernos que nos han agobiado tanto y perjudicado más, con nuestro sufragio no ejercido, terminarán con el voto de un pueblo que ya saldrá a las urnas, porque ya no quiere ser tan pasivo, tan ajeno al interés de su ciudad.
En ocho días nos desharemos de este pésimo alcalde, del mal cabildo y de los dañinos diputados locales y federal, terminan y se van, nada de reelecciones o de brincar a otro cargo.
Los correremos porque ya estamos muy cansados de que nos roben y de que no hagan nada por la ciudad, el ciudadano es muy inteligente y recuperará su verdadera valía en esta elección.
Cada residente estamos muy por encima de cualquier político, somos más importantes que el funcionario, así que con nuestro voto, el de todos, le asignaremos su exacto valor a ese nuestro trabajador llamado servidor público.
La fecha será de fiesta, gracias a todos nosotros, pues haremos valer la única fecha del calendario de cada tres o seis años, en que el ciudadano vale más que el político.
Con el sufragio, Juan Pueblo le ubicará en su merecido lugar, al “grandilocuente” y “potentado” hombre o mujer, que siempre nos mira por sobre el hombro, pero que hoy casi se arrastra por nuestro voto, que suda la gota gorda por nuestra papeleta a cruzar.
En ocho días decidiremos quién maneja y dispone del tesoro municipal, que será de 4 mil millones en el siguiente año 2022.
No lo convirtamos en salvoconducto para que los más malos de los candidatos, hagan pingües negocios, aviesos tratos, comodinas componendas de concesiones, permisos y otras triquiñuelas que efectúan con el poder que nosotros les conferimos en las urnas o por no acudir a las votaciones y dejarles ganar la fácil.
Que no quede voto sin cruzar, todo porque desinteresadamente no vamos a las urnas y es así como ellos ganan.
Estos pillos están en el poder no por populares, sino porque ellos SÍ llevan acarreados a las casillas, tal y como este tipo que se reeligió en 2018 con sólo 50 mil votos, compró 50 mil de un padrón electoral de 300 mil votantes, en una ciudad con casi medio millón de habitantes.
YA NO CABE EL DESINTERÉS
Así que para evitar tan nefastos y ladrones gobiernos y gobernantes, debemos votar todos el domingo que viene, ya no más malnacidos que se enrique…zcan a costa de nosotros.
El pobre y humilde trabajador tendrá en ocho días, el poder que hace temblar a todos los malhechores, así que ¡hagámoslo valer!
Interesémonos en el destino de nuestra comunidad, que las arcas municipales desborden en beneficios para el pueblo, no para los ladrones de todos sabidos.
Calles transitables, agua potable para todos, no más drenajes de aguas negras brotando por doquier.
Queremos escuelas suficientes, prácticas, cómodas con aire acondicionado, baños limpios, queremos becas, maestros bien pagados, docentes como los de hace 20 años hacia atrás.
Servicios de salud para el pueblo que no goza de la prestación social como IMSS o ISSSTE y que para quienes sí tienen alguna de estas dos derechohabiencias, tengan en sus alcaldes y legisladores a los primeros defensores, que griten y acudan ante los gobiernos estatal y federal, para que se nos brinde la calidad del servicio social por el que hemos pagado durante una larga vida laboral.
Queremos representantes del pueblo que peleen por lo que nos corresponde, por el dinero del puente internacional de carga que es nuestro.
Que alcalde y diputados exijan a la Federación una Carretera Nacional libre y segura, como fue que se acordó y que esta diputada de ahora -hoy candidata a alcalde-, vendió y nos traicionó a la gente de Nuevo Laredo.
El domingo que viene, expulsemos a los que tienen tan mal a la ciudad.
Será histórica la fecha por positiva y no porque será más de lo mismo, como desde hace 44 años.
El ciudadano empezará a escribir el nuevo capítulo, lo hará por sus hijos y nietos, el voto permitirá dejarles una mejor ciudad, empezará a construirse este 1 de octubre, sin estas lacras de hoy, mismos que quieren prolongarse.
Llevaremos a nuestra ciudad a los planos que merece, a las condiciones en las que deberíamos estar por la riqueza que generamos al gobierno federal y al estatal, a nuestra ciudad misma, pero de la que no vemos nada, porque entre gobernador, alcalde y diputados, todo se lo han quedado.
Ya no permitamos que la maldad siga desposeyéndonos de todo lo que nos pertenece.
Porque esta sería una ejemplar ciudad con tanto dinero que ha tenido en sus arcas, pero que con gente tan ratera, nefasta y nociva, la han perjudicado sobremanera.
La tesorería local, es rica por las partidas federales que el comercio exterior le genera y le retribuye a nuestro gobierno local, seríamos una población privilegiada por el servicio que como puerto fronterizo o aduanero le prestamos al país, por ser el paso de 14 mil camiones diarios de mercancías internacionales, dañando nuestras calles.
ALCALDES RICOS, PUEBLO POBRE
Nuevo Laredo, sólo ha producido políticos multimillonario, no riqueza para el pueblo, la comunidad se ha quedado atrás, sin agua potable suficiente o en cantidad para todos, pese a tener un río Bravo inagotable y una Comapa con números negros (única así en Tamaulipas).
Hoy tampoco hay buena energía eléctrica, porque no se exige la calidad que merecemos y que pagamos mucho por ella, pues no hay un líder que se preocupe por el pueblo.
La riqueza de Nuevo Laredo es tanta, que no sólo Hospital General Poniente habría desde hace años, sino que también un megaparque acuático para disfrute de todos, porque lo lúdico también es muy necesario para toda sociedad.
Nuevo Laredo debe ser tan rico que no haya una sola llanta inservible tirada, ni mucho menos decenas de basureros “clandestinos” por doquier.
Debemos tener un servicio de transporte urbano que cumpla, que sirva, que llegue y que atienda a toda nuestra clase trabajadora cansada, tal y como la de Monterrey, Guadalajara, Puebla, Saltillo, León y muchas más.
Deberíamos tener una recolección de desechos sólidos, que no nos haga vivir con la nariz fruncida ante el permanente y penetrante olor a excremento.
El abanico de oportunidades laborales, debe ser como el de las grandes urbes del país.
Esta ciudad no sólo es botín de estos tipos por el tesoro que se quedan, también se hacen muy ricos no permitiendo el progreso de la ciudad, negando la llegada a las grandes industrias, prohíben asentarse a las empresas de primer nivel, cierran las puertas a las grandes inversiones, los alcaldes pillos exigen una buena iguala ¡millones! por aprobarles el derecho de piso, el de uso de suelo, el permiso para instalarse.
La posición geográfica de Nuevo Laredo ante dos gigantes del consumo y los negocios, como son Estados Unidos y Canadá, siempre ha sido muy atractiva para todo el mundo, pero aquí se topan en pared.
Los grandes capitales del planeta ven a Nuevo Laredo, como el trampolín hacia esas dos inmensas naciones, pero los insaciables, obtusos, enfermos y maquiavélicos alcaldes en turno, se han negado permitir la industria automotriz, la manufacturera, la aeroespacial, la de productos perecederos, la farmacéutica, la de químicos, la de artículos al menudeo, la de logística, la de mensajería y la… la que usted guste citar estimado lector, simplemente no les han permitido
asentarse, no sin millones de pesos a cambio, por el “favor” de autorizarles su llegada.
Así que ya sabemos, este siguiente domingo, con nuestro voto, Juan Pueblo como uno solo, vamos a hacer historia, pero la alegre, la que deseamos, vamos a cambiar a Nuevo Laredo.
Con informacion de:Mauricio Belloc/ElMañana de Nuevo Laredo
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