Antes de dejar el Gobierno, Francisco García Cabeza de Vaca quiere ver correr la sangre de los tamaulipecos en la jornada electoral. Ya no se conforma con judicializar el proceso electoral, orquestar una persecución política en varios municipios como Matamoros, Reynosa, Madero y Soto La Marina, con tal de no perder el Congreso del Estado alienta un peligroso fanatismo virtual que ya encendió los focos rojos que de las redes sociales y pasó a las calles.
Tan hundido está legalmente el gobernador, que ya no le importa causar un cruel derramamiento de sangre entre la población, a la que calienta con su propaganda pagada y enfrenta con las publicaciones y mensajes que ordena difundir en las redes sociales. No está midiendo el daño, porque su miedo a perder todo y a ir a parar a la cárcel de un momento a otro es más grande que su prudencia.
Ni en el caso de que las autoridades federales intenten detenerlo en Ciudad Victoria, ni en el día de la elección el próximo 6 de junio, pues para él y sus cómplices en el saqueo de los recursos públicos, es más importante retener el poder, que evitar una inminente tragedia como las que ya empiezan a verse en las colonias, con gente amenazándose de hacerse daño.
A poco más de una semana de que los tamaulipecos acudan a las urnas, en diferentes ciudades de la entidad se respira el miedo, la incertidumbre y la desconfianza, el temor a los cuerpos de seguridad estatales, cuya prioridad ahora es vigilar a los opositores políticos y no la de prevenir actos delictivos comunes.
Con dinero del presupuesto enfrenta a la población, sin ningún cargo de conciencia financia a través de su asesor Max Cortázar y especialistas en redes, una campaña de desinformación para lavar su imagen, para victimizarse, una estrategia de ataques mediáticos en contra del gobierno federal para satanizar al presidente que lo tiene contra las cuerdas por tanta corrupción, y un constante flujo de publicaciones que van a dar a manos de personas que han tomado la política para crearse peligrosas rivalidades.
Todo ese dinero del presupuesto de Prensa y Difusión que desde hace un año y medio no aparece por ningún lado, casi 500 millones de pesos del ejercicio 2020 y 2021, ya se refleja con mas claridad en las redes sociales, donde el creador de una corriente a la que ahora llaman “Cabe-chairos” tiene nombre y apellido.
Posicionándose como influencer entre empleados del gobierno estatal, militantes y estructura política panista en todo el Estado, Pedro Roldán fue dotado de todo lo necesario, equipo, capacitación nacional e internacional, personal, instalaciones y muchos recursos financieros que salen de la secretaría de finanzas sin mayor problema.
Y todo para introducir la doctrina cabecista a los hogares tamaulipecos, a las familias, a las escuelas, a los centros de trabajo, a todos los círculos sociales, a través de una terapia de mentiras auspiciada por el gobernador y sus asesores como el poblano vende chiles Max Cortazar.
Tan importante ha sido para el gobernador el desarrollo de ésta estrategia aplicada por Roldán, que lo premió con la posición 4 en la lista de las diputaciones federales plurinominales. Así, Pedro Roldán, posiblemente próximo diputado federal, ha sido el encargado de manejar las redes sociales del Gobierno del Estado, para abrillantar la imagen de Ismael García Cabeza de Vaca y del propio gobernador, apoyándose en las redes sociales de todos los empleados del Gobierno Estatal en toda la entidad, instruyendo a todos los operadores territoriales y empleando la publicidad pagada con dinero del erario, para confrontar a los tamaulipecos.
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