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sábado, 6 de febrero de 2021

LA "BERNIE SANDERS" MEXICANA VIAJA en CADILLAC y QUIERE GOBERNAR QUERETARO BAJO la "FRANQUICIA ELECTORAL de MORENA"...y la bendición de "Don AMLO".


Celia Maya se ha ganado su primer apodo en la vida. No sucedió cuando estudiaba la primaria, ni cuando fue profesora universitaria o magistrada. Pasó ahora que tiene 71 años y está por entrar a la batalla más seria de su trayectoria. 

“¿Ya vio cómo le dicen?”, le preguntó su esposo, entre preocupado e intrigado, porque a la precandidata única de Morena a la gubernatura de Querétaro le habían puesto un mote raro. “¡Ah sí, leí algo en la mañana en un tuit… pues bien, ¿no?”, respondió ella, relajada, tratando de disimular que sí le gusta aquel sobrenombre.

Ese apodo es “Bernita”. La “Bernie Sanders” mexicana. Sus seguidores –entre los que se encuentan los alumnos que ha tenido a lo largo de 30 años de docencia– le han llamado así porque la ubican como una adulta mayor cargada a la izquierda: Celia Maya tiene alma de activista joven que está a favor de despenalizar el aborto, los matrimonios igualitarios y la legalización de la marihuana

No sólo la cercanía de edad y la agenda social igualan a la morenista con el senador estadounidense de 77 años. Ambos comparten la terquedad como un rasgo de carácter. Si Bernie Sanders intentó ganar dos veces la Casa Blanca con todos los pronósticos en contra, Celia Maya intentará gobernar Querétaro, este 2021, por tercera vez y con las encuestas sin favorecerle.

A “Bernie” y “Bernita” también los une lo que muchos ven una incongruencia: ambos pelean contra la pobreza desde una vida cómoda. El socialista tiene una fortuna de 2.5 millones de dólares y tres elegantes casas, mientras que la izquierdista tiene una pensión de 140 mil pesos mensuales con cargo al erario y acude a algunos compromisos acompañada por su maquillista personal. 


El día que nos hemos citado para la entrevista con EMEEQUIS, Celia Maya llega a bordo de una camioneta Cadillac Escalade, blanquísima, cuyo valor en 2021 ronda los dos millones de pesos con sus asientos de lujo y 19 bocinas de alta fidelidad.

“Estos han sido mis anhelos de toda mi vida: una mayor justicia para todos, una mejor distribución del ingreso”, dice Celia Maya, la mujer que quiere ser la mayor sorpresa del 6 de junio del 2021. “¡Y aquí estoy para dar la batalla, para ganar!”.

Celia Maya mientras comparecía ante el Senado cuando aspiraba a la Suprema Corte. Foto: Galo Cañas / Cuartoscuro.com.

LA CARTA DE AMLO EN LA TIERRA DE ANAYA

Celia Maya es la carta fuerte del presidente Andrés Manuel López Obrador para arrebatarle al PAN el gobierno de Querétaro, la tierra natal de su joven adversario Ricardo Anaya.

Su perfil es la de una magistrada en retiro, experta en Derecho Constitucional, exfuncionaria federal y fundadora de Morena que promete llevar la llamada Cuarta Transformación a Querétaro, una arena política donde ha sufrido derrotas que no fácilmente se asimilan.

Aunque, si fuéramos más atrás, Celia Maya es también la hija de una ama de casa y un zapatero convertido en mesero oriundos de la capital queretana. Alumna bien portada y   aplicada, que asistió desde la primaria hasta la universidad en planteles públicos, con una memoria portentosa que le hace aún recordar unas líneas que la describen en la actualidad.

“Me acuerdo de un pasaje que siempre les digo a mis alumnos que leía Alma Ceniza. Decía ‘tenía 85 años, tenía como 78 hijos, todavía a los 86 años cruzaba las dunas del desierto y gustaba de crearse enemigos para mantenerse en estado de alerta’ ¡Eso me encantaba!”, recita con emoción.

La frase describe a la perfección lo que serán sus próximos seis meses de vida: entrará a las elecciones más grandes en la historia reciente de México, cruzará las dunas de agrias campañas políticas y se creará enemigos tratando de vencer al PAN, cuyo casi seguro candidato, el senador Mauricio Kuri, tiene simpatías de hasta 50% en el voto.

DE MECANÓGRAFA A FUNDADORA DE MORENA

Pero si algo sabe Celia Maya es abrirse camino entre tierras áridas: eligió estudiar derecho porque medicina sería demasiado costoso para su familia de seis hermanos. En un ambiente dominado por varones, se hizo mecanógrafa y agente de ministerio público, jueza a los 30 años, con el exdiputado federal Jaime Cárdenas –cercano al presidente– como su secretario de acuerdos y docente en la Universidad Autónoma de Querétaro, donde se hizo fama de una profesora exigente, pero querida.

En el 2003, el PRD y el nuevo partido socialdemócrata México Posible la hicieron su candidata a gobernadora por Querétaro, un estado donde la izquierda no tenía arraigo. Celia Maya dio la lucha y consiguió un lejano, pero histórico, tercer lugar, con 6.6% de los votos, derrotada por el panista Francisco Garrido Patrón.

En 2006 quiso ser senadora por el PRD, aprovechando su experiencia tres años atrás. Deseaba ayudarle al favorito de ese año, Andrés Manuel López Obrador, a asegurar la Presidencia de la República y Querétaro... pero un amigo del tabasqueño, Manuel Camacho Solís, bloqueó sus aspiraciones. 

“Yo veía a AMLO como un jovencito, alguien que me inspiraba”, recuerda Celia Maya. “Yo vine a la Ciudad de México a buscarlo, a pedirle que me apoyara con la candidatura al Senado, porque Camacho Solís no me la quería dar. Ahí lo conocí por primera vez, pero su estrategia era que el movimiento se alimentara de gente de otros partidos. Quise decirle al señor López Obrador que me permitiera… pero no se pudo”.

Pero eso no paralizó a Celia Maya. Durante los siguientes ocho años trabajó para el hoy presidente en las sombras hasta que, por fin, se volvieron a encontrar en persona. Era 2014 y la magistrada había decidido comenzar su camino hacia una senaduría en 2018. Pero López Obrador, enfocado en fundar su propio partido, tenía otros planes.

“Me dijo que necesitaban que fuera (el próximo año) como candidata a la gubernatura. Yo pensé “¿Otra vez en condiciones de desventaja?” Le dije “¿Ahí debo de ir?”. Me dijo que sí y me enseñó una encuesta”.

La encuesta ubicaba a la docente con 6% de preferencias electorales. Lejísimos del PAN y del PRI, pero aún así la mejor calificada en la izquierda. Celia Maya suspiró resignada y aceptó el cambio de destino que el capitán López Obrador había decidido para ella y que la llevaría a una derrota segura.

“En el propio Morena me habían dicho ‘No, licenciada, no se preocupe, yo creo que vamos a llegar al 8% pero es muy bueno, es el inicio del partido’. Tampoco llegamos al 8%. Nos quedamos cerca del 7%, pero con eso logramos el registro de Morena en Querétaro. Sólo lo lograron dos estados: Baja California y nosotros”. 

Mario Delgado anunció que Celia Maya es la ganadora de la encuesta de Morena. Foto: Victoria Valtierra / Cuartoscuro.com

LA TERCERA ES LA VENCIDA

Aunque Celia Maya volvió a perder contra el PAN –ahora frente a Francisco Domínguez Servién, actual gobernador e implicado en los sobornos de Odebrecht– creyó que se trataba de una derrota con sabor a victoria. Había cumplido con su parte del trato. La senaduría, en el 2018, lucía asegurada. Hasta que otro revés la hizo ajustar sus expectativas.

“Luego ya vino el 2018, cuando yo iba a por la senaduría, pero al INE se le ocurrió que debía ir igual número de hombres y de mujeres en candidaturas. Y Morena, como es democrático, decidió con una tómbola”, dice, sin ocultar la tristeza que le causó que todo su trabajo político de casi dos décadas se decidiera por azar. “A Querétaro le tocó hombre y ya no fui por la senaduría”.

No sería su última derrota: un año más tarde, el presidente Andrés Manuel López Obrador la puso en su terna para ser la nueva magistrada de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Pese a tener los estudios para lograrlo, Celia Maya cosechó cero votos en el Senado de la República, acaso por su militancia partidista que muchos veían como un riesgo de parcialidad. En su lugar quedó la abogada Yasmín Esquivel Mossa.

Y el año pasado un escándalo golpeó su imagen: en septiembre de 2020, mientras luchaba por la candidatura de Morena, su esposo atropelló a una oficial de tránsito que quería multarlo por estacionarse en un lugar prohibido. En medios locales se repitieron, una y otra vez, las imágenes de Celia Moya corriendo a socorrer a su esposo para presuntamente librarlo con sus influencias, una acusación que no fue probada.

A pesar de todo, esta caminadora de dunas peligrosas ganó dos veces las encuestas internas de Morena para ser la nominada en Querétaro y, asegura, esta vez sus enemigos la tienen más alerta que nunca. Ni por error propio o por mala suerte perderá esta elección, aunque ninguna encuesta le pronostica el triunfo.

“Claro que puedo ganar, ¿cuándo me han visto rendirme fácilmente?”, se anima “Bernita” al terminar la entrevista. “En el fondo sigo siendo esa niña que creció soñando en mejorar al mundo, ¿quién puede contra eso?”.

Antes de volver a su Cadillac blanca, Celia Maya aborda una vez más al hombre que inspiró su apodo: “El señor Bernie Sanders tiene sueldo de senador, que es mucho más alto que el de una magistrada de Querétaro y está en la izquierda... Y yo tengo una visión social de mi país, de mi estado, de mi municipio, y quiero lo mejor para mi país”.

Un último reto la anima a dar la sorpresa en Querétaro: Bernie Sanders no pudo, pero ella, “Bernita”, quiere demostrar que la tercera sí es la vencida.

 Fuente.-@oscarbalmen/


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