La reciente ejecución de uno de los principales esbirros del cartel de Sinaloa, quien había estado en custodia de Estados Unidos y huyó a México, plantea el interrogante: ¿quién se beneficia de su asesinato?
José Rodrigo Aréchiga Gamboa, alias “El Chino Ántrax”, quien fuera el jefe del escuadrón de sicarios Los Ántrax, del cartel de Sinaloa, fue hallado muerto dentro de un vehículo abandonado en una carretera polvorienta al este de Culiacán el 16 de mayo, según informó el periódico local El Sol de Sinaloa. Diez días antes, había escapado de una supervisión de libertad condicional federal en San Diego.
En el vehículo también se hallaron los cadáveres de su hermana, Ada Jimena Aréchiga Gamboa, y del esposo de esta, Juan Guillermo García, hermano del diputado mexicano Ocadio García Espinoza, fallecido recientemente. Los tres, secuestrados en medio de un intercambio de disparos, fueron abaleados y sus cuerpos mostraban señales de tortura.
Conocido por su ostentoso estilo de vida, Aréchiga Gamboa fue aprehendido en el aeropuerto Schiphol de Amsterdam por una orden de la Interpol en diciembre de 2013 y extraditado a Estados Unidos en julio de 2014. En mayo de 2015, se declaró culpable de cargos de conspiración para importar cocaína y marihuana a Estados Unidos, al admitir que había “participado directamente” en actos y amenazas de violencia del cartel de Sinaloa.
Los cargos suponían una pena de cadena perpetua, pero un juez sentenció a Aréchiga Gamboa a siete años y tres meses de prisión en diciembre de 2019, una pena de la que se descontó el tiempo que ya había estado privado de la libertad.
El 3 de marzo de 2020, Aréchiga Gamboa fue liberado bajo supervisión, según documentos del tribunal. El 6 de mayo, un agente de libertad provisional informó que no se encontraba en su residencia.
En su juventud, ascendió en la jerarquía del cartel hasta llegar eventualmente a dirigir el brutal escuadrón de sicarios Ántrax. Ordenó y participó en algunos de los hechos más brutales durante las guerras del cartel de Sinaloa con la Organización Beltrán Leyva y la Organización Arellano Félix entre 2008 y 2009, incluyendo torturas a sus rivales y dejar sus cuerpos colgados en puentes.
“Chino Ántrax es uno de los capos del cartel de Sinaloa de más alto rango que se hayan juzgado en Estados Unidos”, señaló la fiscal estadounidense Laura Duffy en la época en que Aréchiga Gamboa llegó al acuerdo de culpabilidad con la justicia.
Análisis de InSight Crime
La ejecución de un sicario del cartel de Sinaloa tan notorio como Aréchiga Gamboa, en territorio del grupo criminal, indica que el golpe fue un tema interno del grupo, ordenado por sus líderes.
Es difícil saber quién ganó más con su muerte. En los días posteriores al hecho, no ha habido informes de violencia en retaliación. Esto hace probable que su muerte fuera ordenada por una de dos partes: el actual líder del cartel Ismael Zambada García, alias “El Mayo”, o los hijos de Joaquín Guzmán Loera, conocidos colectivamente como “Los Chapitos”.
Tras el arresto y la extradición de Guzmán, el legendario capo del cartel de Sinaloa, Zambada y Los Chapitos han oscilado entre las disputas internas y el poder compartido, mientras resisten ataques de otros grupos criminales.
Por ejemplo, se ha conocido que Zambada no apoyó la movilización de sicarios para liberar a Ovidio Guzmán de la custodia policial, que dio lugar a un enfrentamiento armado de grandes proporciones en octubre de 2019. Aréchiga Gamboa puede haber sido un peón de esta rivalidad.
Antes de su arresto, se dice que Aréchiga Gamboa tenía una relación cercana con la familia Zambada, por haber crecido con los hijos de El Mayo en Culiacán, según el San Diego Union-Tribune.
La larga historia de Aréchiga Gamboa con Zambada podría hacer improbable que el septuagenario capo hubiera ordenado su muerte. Pero la sentencia inusualmente corta impuesta a Aréchiga Gamboa sugiere que este cooperó con las autoridades estadounidenses, y El Mayo podría haberlo ejecutado debido a esa cooperación.
Por otro lado, los hijos de Guzmán, Los Chapitos, posiblemente eran quienes más tenían por ganar con la ejecución, al eliminar un potencial aliado importante de Zambada.
este periodista estupido hace mucho arguende con la muerte de esa basura humana,sería su amante que tanto escribe de él , si lo mataron fue porque también era un asesino y de gente desarmada , ya está muerte quien lo mató contento , pasa otra pagina
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