Médicos residentes que atienden casos de coronavirus en el Hospital General de México ayudan a sus pacientes a comunicarse con sus familiares. Las videollamadas duran de tres a cinco minutos, pero ese tiempo basta para expresar cariño, dar ánimo y consuelo.
“Pude verlo y fue un respiro muy muy grande. Él está despierto, está con oxígeno, habla muy bajito, sí se le nota que le falta el aire, pero verlo y hablarle lo alegró”, aseguró Miguel Ángel Chalini, quien temía no volver a ver a su padre.
Ataviados con el equipo de protección, los profesionales de la salud no tienen rostro, lo que puede generar incertidumbre en los enfermos y debilitar la relación médico-paciente.
Para evitar esto, los residentes han decidido pegar en su equipo de protección, a la altura del tórax, una foto de ellos para que los pacientes puedan identificarlos.
“La diferencia es impresionante: el paciente ahora sonríe, sabe quién eres, te habla por tu apellido”, contó Samuel Sevilla Fuentes, residente de Infectología.
Tardan en ir a hospitales
Hugo López-Gatell Ramírez, subsecretario de Salud, informó ayer que hay un aumento en la letalidad por el virus en algunos estados, lo que podría ser atribuible al retraso de familias en acudir a unidades médicas.
También reconoció saturación de hospitales que atienden COVID-19 en algunas regiones, pero no precisó en cuales.
En la conferencia vespertina, estimó que el pico máximo de transmisión ocurriría en la segunda semana de mayo.
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