Hace ya 40 años que Sikorsky entregó el primer helicóptero Black Hawk al Ejército de los Estados Unidos. Fue la promesa que sustituiría al Bell UH-1 Huey en todos los roles de soporte que se pudieran conocer o imaginar hasta 1978 y, a diferencia de otros productos, nadie dudó del éxito comercial del aparato; lo que sí resultó inesperado fue que a 40 años de su concepción, el Black Hawk no sólo marcaría el estándar a seguir, sino que se convirtiera en la base de la siguiente generación de helicópteros para la industria aeronáutica occidental.
La memoria hace viajar por aquella impresionante fotografía tomada durante la invasión a Panamá que inmortalizó una línea interminable de Black Hawk llegando a la capital panameña, imagen que se convirtió en el ícono de la potencia y relevancia de este ingenio militar. Dos años después se vería en el desierto iraquí, donde destacó por su tasa de supervivencia y disponibilidad. Fue en la Guerra del Golfo de 1991 a donde se cumplió la promesa y el Black Hawk se convirtió en la línea vital entre los soldados, el correo, un hospital o la diferencia entre una extracción exitosa y la muerte.
La fuerza del cine
Al paso de otros dos años el ominoso carácter de la guerra inmortalizaría en todos la frase Black Hawk Down gracias a la experiencia de Somalia, cuando la tele mostró un desastre militar que no tenía pies ni cabeza. Sería hasta años después que se lograría entender, gracias al libro de Mark Bowden, los acontecimientos del Día de los Rangers, como se le llama en Mogadiscio a este episodio. La batalla fue una terrible combinación de malas decisiones tácticas, interferencia política y la mala suerte de la guerra. Sin embargo, la aeronave no hizo más que probar su resilencia y adaptabilidad a todo tipo de escenarios, por lo que aeronaves y pilotos alcanzaron el nivel de estrellas mundiales al popularizarse la película basada en éste libro.
El Black Hawk volvió al combate en la guerra global contra el terrorismo, con un desempeño admisible en las alturas y difíciles condiciones de Afganistán y que actualmente tiene un escenario muy similar al de los roles medevac que el Huey realizó en la guerra de Vietnam. Posteriormente en la guerra de Iraq de 2003 retomó el papel de su predecesor, sin embargo, tras bambalinas el helicóptero gozaba de una gran demanda apoyando a los diversos grupos de fuerzas especiales norteamericanos.
Cuando la guerra y ocupación de Iraq estaba en pleno, la coalición ya había aceptado el hecho de que la amenaza por armas de destrucción masiva no era tan relevante como la virulenta insurgencia, que en algún punto amenazó con abrumarla. De este modo fuentes periodísticas documentan las operaciones de la Task Force Black que fue un grupo mixto de operaciones formado por personal de inteligencia, los escuadrones A y G del SAS británico y por supuesto soldados norteamericanos provenientes de diversos equipos Seals y el 1° destacamento operacional de fuerzas especiales, mejor conocido como Delta.
Mogadisco pero sin errores
La estrategia diseñada por el mayor general Stan McChrystal usaría a estos grupos para embestir noche tras noche y sin descanso a la insurgencia iraquí de modo quirúrgico, volando de un sitio a otro, apoyados por una red de vigilancia aérea de 24x7, a bordo de helicópteros Puma, Lynx, MH-6 y por supuesto Black Hawk. Los MH-60 y MH-6 del Comando Conjunto de Fuerza Especiales de los Estados Unidos (Jsoc) se conocían públicamente como la Fuerza de tarea 120, aunque en ese momento su nombre clasificado era Task Force Brown, por supuesto se trata del famoso Regimiento de Operaciones Especiales 160th, los Night Stalkers, que básicamente repetían las operaciones de Mogadisco, pero no sus errores.
El pináculo del ciclo de vida del Black Hawk llega con la misión del equipo Seal 6 para matar a Osama Bin Laden y a donde apenas pudimos conocer que no sólo existen, sino que Estados Unidos opera versiones furtivas derivadas del Black Hawk, probablemente incorporando tecnologías y técnicas aprendidas del programa Comanche. No es una casualidad que la base de este ingenio haya sido un Black Hawk.
Lockheed Martin, actualmente dueño de Sikorsky, espera que la familia de helicópteros derivados del Black Hawk pueda operar más allá del 2070, esto es un testimonio a la confiabilidad y adaptabilidad de este helicóptero y que naturalmente ha encontrado un espacio muy relevante en muchas de las fuerzas armadas de la zona Latam.
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